Fútbol

El Atlético abusa de un moribundo Sevilla y hace temblar a Lopetegui (0-2)

Los goles de Llorente y Morata dan la victoria a los rojiblancos ante un rival que dio una pobre imagen y que fue silbado por su público

Morata celebra el gol que marcó al Sevilla
Morata celebra el gol que marcó al SevillaJulio MuñozAgencia EFE

Revivió el Atlético y se prolonga hasta el infinito la agonía del Sevilla. Las diferencias ahora entre los dos rivales que pugnaron la temporada pasada por la tercera plaza son abismales. Ni siquiera el 0-2, sumarísimo, refleja la galaxia que separa a un equipo, el de Simeone, que se busca para seguir peleando por todo y otro, el de Lopetegui, que va hacia Segunda División y donde se apretará más pronto que tarde el botón del cambio de técnico... conscientes como son todos de que la medida puede no servir para mucho e incluso ser perjudicial.

El partido caminaba manso hacia la «zona Griezmann», esos minutos en los que Simeone puede contar con su mejor atacante para desatascar lo que parece permanentemente atascado. Ni visitantes ni locales, éstos mucho menos, se habían asomado apenas al área rival cuando se acercaba la media hora pero la tradicional lesión de Rekik desequilibró el duelo. Entró Alex Telles, un celofán defensivo, y en su primera acción contempló con total parsimonia cómo Llorente controlaba en el área. Se acomodó el colchonero la pelota mientras el brasileño lo miraba a distancia prudencial y ni se inmutó el lateral cuando su rival ajustó un tiro raso y cruzado que batió a Bono. Por lo visto, el mozo será el titular de Brasil en el Mundial. ¡Pobre Brasil!

El Sevilla podía darse por satisfecho con la desventaja mínima al descanso y se pellizcaba, incrédulo, cuando Simeone le concedía metros y posesión en el arranque de la segunda parte. Se fueron esos minutos de cortesía entre un dominio estéril del Sevilla, hasta que la fragilidad extrema de la defensa local –cualquier parecido con Koundé y Diego Carlos es pura coincidencia– regaló a Morata el 0-2. Buena acción, no obstante, del delantero madrileño al ganar primero un balón largo por alto y correr después al espacio para picarla sobre la salida de Bono.

Podría afirmarse sin miedo al error ni al largo texto que queda por delante en blanco que el partido terminó ahí, unos instantes antes de la hora de juego. Pero es que no se estaría contando exactamente la verdad. Con el habitual galimatías que perpetra Lopetegui en su once cuando las cosas vienen mal dadas, el Sevilla era un chollo para los dinamitadores que Simeone saca de su banquillo en las segundas partes. Griezmann, Carrasco y Correa tenían hectáreas libres de terreno para correr a la ancha espalda de los defensores locales y la goleada de sonrojo no se sustanció porque Bono sigue siendo un santo milagrero y porque los colchoneros tenían la mirilla desviada.

El Sevilla quiso maquillar el resultado con un golito que rozó En-Nesyri en un remate de cabeza, pero ver correr sin rumbo a sus veteranos atacantes causaba más pena que otra cosa. El Atlético, por momentos, parecía apiadarse.

La parte más interesante de la tarde, con todo, llegaría durante el descuento y tras señalar De Burgos Bengoetxea el final del partido. La grada del Sánchez-Pizjuán, que tradicionalmente es de mecha corta, estalló con furia contra todos los suyos: jugadores, presidente y entrenador, Lopetegui, al que en un arrebato de guasa le corearon eso de «Julen, quédate». Hasta para vivir una crisis que puede llevar a tu club de la Champions a la Segunda división hay que tener arte. La noche podía ser de cuchillos largos en Nervión, donde el miércoles llega el Borussia Dortmund para certificar la eliminación de la primera competición continental. Es muy improbable que Lopetegui dirija el partido del sábado próximo contra el Athletic.

Sevilla: Bono; José Ángel Carmona, Nianzou, Kike Salas, Rekik; Gudelj, Delaney; Lamela, Isco, Óliver Torres; y Dolberg.

Atlético: Oblak; Nahuel Molina, Savic, Giménez, Reinildo; Llorente, Koke, Witsel, Saúl; Cunha y Morata.