Opinión
El Atlético y un respiro antes de la Champions
El partido ante el Villarreal fue mejor que los tres anteriores, algo que no era complicado. Autocrítica la justa
La victoria ante el Villarreal supone una bombona de oxígeno para un Atlético que, en un inicio más que paupérrimo de temporada, esta cerca de decir adiós a la Liga más pronto que nunca. Sin ser una oda al fútbol, el partido fue mejor que los tres anteriores, algo no demasiado complicado, aunque aún con mucho margen de mejora.
El equipo salió a mandar, presionando alto, robando en campo contrario y dominando el juego con el balón. Como novedad, cabe destacar que no dejó de hacerlo cuando se adelantó en el marcador, para alegría de la afición, aunque es verdad que lo más justo al descanso hubiera sido un empate, teniendo en cuenta que los de Marcelino tuvieron alguna ocasión clara más que los rojiblancos, y es que el dominio del partido no se traducía en ocasiones de gol.
En la reanudación, el equipo amarillo quiso arriesgar para meterse en el partido, pero el Atlético lo aprovechó para poner el 2-0 en una contra excelente de Llorente y finalizada por el debutante Nico González.
Ahí murió el Villarreal y terminó el partido, que no corrió riesgo para los colchoneros en ningún momento. Al menos no tanto como la salud de varios jugadores, que tuvieron que retirarse tocados, incluso lesionados. Julián Álvarez, Le Normand y Hancko, uniéndose a Almada, que ha vuelto lesionado de los partidos internacionales con Argentina; a Baena y a José María Giménez, que está «missing».
La necesidad de ganar era tan imperiosa frente al Villarreal, que Simeone se ha visto obligado a pedir apoyo del respetable antes de lo que suele, tirando de un argumentario clásico, pero que a él le funciona muy bien. Mucho sentimiento en el discurso del Cholo, que pone en valor todo lo logrado en estos lustros en el banquillo y llama a la gente a no engañarse teniendo expectativas demasiado altas.
Eso sí, autocrítica la justa, para variar. Como está por ver aún dónde estará este equipo en el próximo parón de selecciones en octubre, sólo queda armarse de la paciencia que reclama el entrenador argentino.