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El VAR le echa una mano al Sevilla ante el Wolfsburgo (1-1)

Rakitic empató de penalti en los instantes finales

Rakitic no dudó y marcó de penalti
Rakitic no dudó y marcó de penaltiFriedemann VogelEFE

El Sevilla no arranca en la Liga de Campeones, pero tampoco pierde. En el campo del Wolfsburgo, al final de una noche aciaga, un penalti transformado por Rakitic valió el segundo empate en dos jornadas. Menos da una piedra.

Se ponga enfrente quien se le ponga, grande, mediano o pequeño, lo primero que hace el Sevilla al salir al campo es dejarle clarito al rival que la velada va a ser larga y sin concesiones. Quizá no meta miedo por su virtuosismo técnico, ni mucho menos por la velocidad de sus ataques, pero sí por la aridez de su propuesta: largas posesiones, ritmo de zumba, muchísimo roce y una maraña defensiva de acero. Con este estilo, nada vistoso, pero endiabladamente eficaz, transcurrió una primera mitad en la que sólo hubo dos ocasiones y ambas de Rafa Mir, que no llegó a una, falló la otra y se fue al banquillo nada más adelantarse los alemanes.

Semejante plan minimalista obliga, eso sí, a ser quirúrgico con la pegada, como lo fue... el Wolfsburgo. En su primer acercamiento serio, nada más empezar la segunda parte, Navas pifió el despeje de un centro desde la derecha y se la puso en bandeja a Steffen, que la empujó a la red. Lopetegui reaccionó con un doble cambio, aunque extrañamente quitó al delantero centro. Diego Carlos rozó la igualada en un córner y, la verdad del cuento, los locales remataban a la contra. Tuvo que aparecer Bono para ganarle un mano a mano a Weghorst.

El segundo milagro de la noche lo hizo el asistente de VAR, que llamó al árbitro para revisar una entrada sobre Lamela. Rakitic empató desde los once metros y aún hubo tiempo para que el Papu Gómez rozase la victoria con un centro-chut que repelió el poste.

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