Atlético de Madrid

Athletic de Bilbao

Monólogo en rojiblanco

Diego Costa (c) celebra su gol junto a sus compañeros. EFE/Ballesteros
Diego Costa (c) celebra su gol junto a sus compañeros. EFE/Ballesteroslarazon

Simeone volvió a mover el banquillo con acierto y con la entrada de Gameiro por un desdibujado Koke el equipo cambió de velocidad, fue más profundo, combinó mejor y encontró las vías suficientes para romper la defensa del Athletic. Primero Gameiro a pase de Griezmann y después Diego Costa con asistencia de Gameiro acabaron con la resistencia del equipo de Ziganda, muy gris, demasiado defensivo y notando en exceso la ausencia de Aduriz y Raúl García, dos futbolistas con personalidad y que siempre aportan mucho al conjunto vasco.

El Atlético hizo un ejercicio de paciencia. Sabía que tarde o temprano encontraría la solución a su dominio, a su mayor contacto con la pelota, a su superioridad en el centro del campo y al peligro que supone jugar con Griezmann y Diego Costa, dispuesto a enfadar a Íñigo Martínez, Unai Núñez o San José en cuanto hubiera oportunidad.

Y en el primer tiempo apenas las hubo. El ritmo era vivo, pero el juego transcurría por el centro del campo sin alteraciones. Thomas movía al Atlético y Williams era la única referencia ofensiva del Athletic. Muchos toques, algunas faltas y pocas llegadas. Cuando lo hizo Diego Costa (min 18) Unai Núñez lo derribó. Penalti claro, pero la estadística rojiblanca sigue en blanco desde los once metros.

Sin pólvora

El partido se encabritó. Hubo una acción de Lucas con Williams en la que los dos salieron mal parados; una tarjeta a Diego Costa, tan absurda como lógica, y poco más. El primer acto se cerraba más cerca de lo que quería Ziganda que de lo que buscaba Simeone. El Atlético había hecho el gasto, pero en pólvora y remates su inversión fue escasa. En la frontal morían los intentos de Diego Costa, Griezmann o Correa, poco inspirado el argentino.

Entró Godín por el lastimado Lucas para un segundo acto que se convirtió en un monólogo rojiblanco. El Athletic dio un paso atrás, sin pulso, sin alma ofensiva, enseñando sus carencias. Parecía preparado para que el Atlético le abofetease. Y dos bofetones se llevó. El primero se lo dio Gameiro, cuando Simeone se puso el mundo por montera y mandó a Koke al banco para que saliera el francés. La apuesta le salió bien. Cuatro delanteros, Correa tirado a la izquierda y más movilidad, más profundiad y dos goles.

Conexión francesa

Un error de San José, la pelota para Saúl que pasa a Griezmann y éste encuentra a Gameiro. La conexión francesa a todo gas para romper el partido, hundir un poco más al hundido Athletic y darle alas al Atlético. Simeone vuelve a sus orígenes logrado el objetivo. Gabi por Correa, se refuerza el centro del campo por si al Athletic le da por arrimarse, cosa que no hizo, y se maneja el partido con más criterio. Así, con paciencia y sin sobresaltos, llega el segundo. Diego Costa engaña a todos y a Kepa para firmar el segundo. Misión cumplida.