Grupo E
Euro 2021, Suecia-Eslovaquia: El vuelo de Jordan
hJordan Larsson a escapado de la sombra de dos mitos: el de Henrik, su padre, una leyenda en Suecia; y el del jugador de los Bulls, al que debe su nombre
La historia de Jordan Larsson es la de un chico que lleva toda la vida intentando ser él mismo. Tratando de quitarse las etiquetas que le ponen. La primera, la de «el hijo de». Su padre es Henrik Larsson, futbolista que pasó en los años 90 y el comienzo del siglo XXI por clubes como el Feyenoord, el Celtic, el Manchester United y, por supuesto, el Barcelona. Allí se le recuerda por ser uno de los protagonistas de la Champions conquistada en 2006, pues salió en la segunda parte y dio las asistencias de los dos goles de la remontada ante el Arsenal, y a la Ciudad Condal ha vuelto ahora como tercer entrenador de Koeman. Con Suecia marcó 37 goles en 104 partidos y formó parte de la selección que logró la tercera plaza en el Mundial de Estados Unidos 1994 siendo uno de sus referentes.
La segunda etiqueta contra la que lucha Jordan es por su propio nombre. Se llama así por Michael Jordan, al que su padre idolatraba y homenajeaba sacando la lengua en las celebraciones de sus goles. Cuando fichó por el Spartak de Moscú en 2019 en su camiseta ponía «Jordan», incluso llevaba el número 23, y el equipo ruso montó una campaña alrededor de eso, pero él se terminó hartando. «Primero pensé que sería bueno, es un referente, uno de los mejores deportistas de la historia, pero fue demasiado para mí», confesó el futbolista en RT Sport. Ahora el nombre que figura es «J. Larsson». Jordan no odia a su padre, al revés, lo considera un modelo y le da las gracias por formarlo como futbolista y como persona, pero hay una contrapartida. «Siempre he tenido que demostrar que soy un gran jugador», dice el delantero. Otra leyenda como Ibrahimovic ya le señaló como el futuro del fútbol de su país. Precisamente la baja de Zlatan por una lesión en la rodilla ha propiciado que el atacante de 23 años esté en la Eurocopa con Suecia. Sólo ha sido internacional en seis ocasiones.
Jordan nació en Rotterdam cuando su padre estaba en el Feyenoord, hay montones de imágenes de él siendo un crío junto a su padre celebrando los títulos con el Celtic en el césped y comenzó a jugar en La Masia cuando Henrik pertenecía al Barcelona. Después de conquistar esa Champions, papá Larsson dejó España porque quería que su hijo se criara en Suecia. Padre e hijo llegaron a jugar incluso un partido juntos en el Hogaborgs de su país, cuando Jordan empezaba y Henrik volvió de su retiro un tiempo para ayudar al equipo. Fueron sólo diez minutos, pero un momento histórico. Después, el progenitor llegó a ser su entrenador en el Helsingborgs, de la Primera División sueca, en una aventura que terminó mal para ellos porque el equipo descendió.
Tras pasar por Holanda y volver a la Liga de su país, el gran salto lo dio en 2019 al fichar por el Spartak de Moscú. Tardó un poco en adaptarse, pero cuando Jordan pasó a ser J. Larsson ha llegado la explosión. Ha marcado 15 goles y 5 asistencias en la Superliga Rusa y equipos como el West Ham o el Borussia Dortmund están llamando a su puerta. Aunque no posea el instinto anotador ni el remate de su padre, tiene más calidad que él en ese pie izquierdo. Muchos de sus tantos han dando la vuelta al mundo en las redes sociales, por la precisión de su zurda para dar una maravillosa rosquita al balón. Contra España no jugó, pero porque el equipo escandinavo estaba más preocupado de defender que de atacar. Hoy ante Eslovaquia puede ser su momento.
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