Real Madrid

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Inversión mínima, potencial máximo

Ha sido un verano extraño en el Real Madrid, donde sólo se ha fichado a un canterano, Morata, y se ha recuperado a Asensio.. Pocos movimientos, que rompen con lo habitual, para conformar un equipo tan competitivo, o más, que siempre

Ha sido un verano extraño en el Real Madrid, donde sólo se ha fichado a un canterano, Morata, y se ha recuperado a Asensio.
Ha sido un verano extraño en el Real Madrid, donde sólo se ha fichado a un canterano, Morata, y se ha recuperado a Asensio.larazon

Ha sido un verano extraño en el Real Madrid, donde sólo se ha fichado a un canterano, Morata, y se ha recuperado a Asensio.

Pocos movimientos, que rompen con lo habitual, para conformar un equipo tan competitivo, o más, que siempre

Cuando empieza el verano y se abre el mercado, los aficionados y los dirigentes del mundo del fútbol se vuelven hacia Florentino Pérez a la espera de ese movimiento que inunde de dinero al fútbol y ponga en marcha una cadena de fichajes. Pero el presidente del Real Madrid apenas se ha movido. Hubo un interés cierto por Pogba, pero no se entró a pelear de verdad. Sí que André Gomes fue un objetivo real del Madrid este verano, pero a la hora de la verdad, el empujón lo dio el Barcelona, quizá más necesitado de un centrocampista que el equipo blanco.

El Madrid ha cedido el protagonismo al dinero que llega de Mánchester y al movimiento de la Juve para fichar a Higuaín. Ningún galáctico, ninguna novedad y sólo 30 millones gastados en recuperar a Morata, una inversión mínima para un club que hizo de la grandilocuencia en los fichajes una manera de ser. En el regreso a la presidencia de Florentino, en el verano de 2009, el Madrid gastó 254 millones de euros. El hombre que había fichado a Figo, Zidane, Ronaldo y Beckham volvía con fuerza. Sólo en verano de 2012 contuvo el gasto: con Mourinho en el banquillo, ese verano llegó Modric, un desconocido para los aficionados, un fichaje espectacular visto el rendimiento. El Madrid acababa de ganar la Liga y se pensaba que lo único que necesitaba era un pequeño retoque. Además, llegó Essien como cedido, pero a coste cero.

Una filosofía parecida ha presidido el club blanco este verano. Se ganó la «Champions» y se peleó por la Liga hasta el minuto final, después de una épica remontada. Quizá es que lo que hay es suficientemente bueno para competir. Lo dijo Zidane después del Trofeo Santiago Bernabéu, cuando le preguntaron si iba a llegar Cesc: «Va a ser complicado meter otro centrocampista». El campeón de Europa ha mirado el mercado de verano, lo ha comparado con la plantilla y no ha encontrada nada mejor que lo que tenía. Quizá Pogba, pero no al precio al que al final se ha vendido el futbolista francés.

La presencia de Casemiro en el equipo titular al final de la temporada pasada solucionó el único problema que encontraba Zidane en la plantilla: un futbolista que diese equilibrio y supiese qué hacer para evitar el juego rival. En el resto de puestos no hay empresa de trabajo que encuentre algo mejor. O ésa, al menos, es la conclusión a la que ha llegado la sección de fútbol del club. Así que, con Jesé en la puerta de salida, el único agujero que había que tapar en la plantilla era el de un delantero con experiencia y calidad suficiente como para cubrir cualquier baja de los tres de arriba, y nada mejor que Morata para hacer ese papel. Un futbolista que conoce a la plantilla, es de la casa y nada le va a sorprender.

No hay nada nuevo en el Madrid: se mantiene la potencia de arriba, con una expectación inusitada en Bale, tras completar una temporada magnífica; un centro del campo muy creador con Casemiro vigilante y una defensa madura y aguerrida, que ha descubierto el secreto de la eterna juventud.

Y para presionar por la titularidad, unos clásicos: Isco y James y, sobre todo, la juventud hambrienta y desbordante de Lucas Vázquez y Asensio. El primero fue la gran sorpresa a final de año, el suplente más fiable y dispuesto a todo y se espera que un papel parecido cumpla Asensio esta campaña.

Todo bajo la mano de Zidane, que, con Pintus al lado, empieza la temporada desde el principio. En seis meses le dio tiempo a cambiar el ánimo de una plantilla que estaba desorientada, y le devolvió el orgullo para que demostrase que no había nadie mejor.

Y eso es lo que se cree en la T4 del Bernabéu, donde se toman las decisiones, donde el verano ha pasado tranquilo, inesperadamente tranquilo.