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Fútbol

Josep Pedrerol escribe una palabra sobre la polémica del Mallorca - Barcelona que lo dice todo

El periodista de El Chiringuito ha opinado sobre el gol de Ferran Torres con Raíllo caído en el suelo en la primera parte del encuentro de LaLiga

Polémica en el Mallorca - FC Barcelona de LaLiga CATI CLADERAEFE

La primera parte [[LINK:INTERNO|||Article|||689dbaca841a380007fe4c15|||del Mallorca – Barcelona ]]se desarrolló en Son Moix bajo un clima de tensión absoluta, con un Barcelona dominante y un Mallorca que sufrió desde el primer minuto, pero sobre todo bajo el protagonismo de las polémicas arbitrales que marcaron el encuentro. Desde el inicio, el partido tuvo un ritmo vertiginoso: el Barça presionaba alto, recuperaba rápido y generaba ocasiones con relativa facilidad, mientras que los locales trataban de sobrevivir a base de balones largos y alguna que otra contra aislada. La grada, consciente de que la primera mitad podría marcar el resto del encuentro, no tardó en encenderse.

El primer aviso de que la contienda no se resolvería solo en el campo llegó pronto, cuando Lamine Yamal comenzó a mostrar su desborde característico. En el minuto 7, un centro preciso del joven atacante al segundo palo permitió a Raphinha cabecear y abrir el marcador.

La jugada polémica

El momento cumbre de la primera parte en cuanto a polémica llegó en el minuto 24. Lamine Yamal, desde fuera del área, lanzó un zapatazo que Raíllo despejó de cabeza, quedando tendido en el suelo. Ferran Torres recogió el balón y lo envió directamente a la escuadra, marcando el 0-2 mientras el árbitro José Luis Munuera se llevaba el silbato a la boca, pero no llegó a detener la jugada. La incredulidad se apoderó de los jugadores del Mallorca y de la grada: nadie entendía cómo, con Raíllo en el suelo, se validaba un gol que a todas luces generaba controversia. Munuera, sin embargo, decidió mantener el gol, argumentando que no había llegado a detener la acción, y esto desató una cascada de protestas. La imagen de Raíllo tendido, ignorado por el juego, se convirtió en el símbolo de la primera mitad y fue comentada constantemente por aficionados y medios. Josep Pedrerol, que hoy vuelve a El Chiringuito, fue muy claro en las redes: "Ufffff", escribió. Lo dice todo sin decir nada.

La tensión se prolongó durante los minutos siguientes con varias tarjetas y expulsiones que aumentaron la sensación de descontrol. Morlanes vio la segunda amarilla por derribar a Lamine tras protestar el gol de Ferran Torres, quedando el Mallorca con diez jugadores. Pocos minutos después, Vedat Muriqi fue expulsado tras una entrada peligrosa con la bota alta sobre Joan García, inicialmente amonestado con amarilla y luego revisado por el VAR, lo que dejó a los locales con nueve jugadores antes del descanso. La grada, ya desquiciada, abucheaba y pifiaba cada decisión arbitral mientras los jugadores locales intentaban mantener la calma.

Demasiada tensión en el partido

No fueron solo las expulsiones lo que marcó la primera mitad: Raphinha, que ya había abierto el marcador, fue amonestado al 45+7 por una falta dura sobre Mateu Morey, justo antes del descanso, en un episodio que mostró la tensión del Barcelona con los contactos permitidos. Koundé intervino en la discusión para proteger a su compañero, lo que añadió más calor a los últimos minutos del primer tiempo. Las continuas interrupciones, protestas y amonestaciones hicieron que la mitad se recordara más por las decisiones del árbitro que por el fútbol mostrado.

Cuando el árbitro pitó el final de los primeros 45 minutos de añadido, Son Moix se encontraba dividido entre la frustración por las decisiones que favorecieron al Barcelona y la resignación ante la situación de inferioridad numérica de su equipo.