El que faltaba: el padre de Lamine Yamal se lanza contra Nico Williams en las redes

Cuando todo apuntaba a que Nico Williams vestiría la camiseta del FC Barcelona la próxima temporada, el joven extremo sorprendió a propios y extraños al anunciar su renovación con el Athletic Club hasta 2035. La noticia cayó como un jarro de agua fría en las oficinas del Camp Nou, donde se daba casi por hecho su fichaje. Lo que parecía un simple trámite se ha convertido en un revés que ha desatado malestar, decepción e incluso tensiones personales.

La reacción no se hizo esperar. Las redes sociales estallaron al instante: los seguidores culés, incrédulos, manifestaron su enojo con mensajes que iban desde la frustración hasta la indignación. Algunos cuestionaron la planificación deportiva del club, otros apuntaron directamente al jugador, tildándolo de poco profesional o desleal. Mientras tanto, los aficionados del Athletic celebraron la decisión como una victoria institucional: retener a una de sus joyas en un contexto de mercado tan competitivo no es poca cosa. Los memes, las bromas y los guiños irónicos a la situación inundaron Twitter e Instagram.

Dolor y frustración en el Barcelona

En Barcelona, sin embargo, el ambiente es de claro malestar. Dentro del club había una convicción compartida de que el fichaje de Nico Williams era cuestión de días. Las negociaciones estaban avanzadas y existía un principio de acuerdo, al menos en lo económico. La noticia de la renovación se conoció sin que los dirigentes azulgranas fueran informados previamente, algo que ha sido interpretado como una falta de respeto por parte del entorno del jugador.

Más allá del impacto deportivo, porque Nico era una prioridad para reforzar las bandas del ataque,, lo que más ha dolido en el Barça es la forma en que se ha gestionado la decisión. Se sienten traicionados. Y ese sentimiento se ha extendido al círculo cercano de algunos futbolistas, como el caso de Mounir Nasraoui, padre de Lamine Yamal, muy amigo de Nico Williams.

¿Amistad rota?

Nasraoui publicó en sus redes sociales una historia que, aunque sin mencionar directamente a Nico Williams, fue leída por muchos como una indirecta cargada de intención. La imagen era simple pero simbólica: el escudo del FC Barcelona acompañado por la canción “No puede confiar” del rapero Skinny Flex, cuya letra repite una y otra vez que “no se puede confiar en nadie”. Un mensaje crudo, directo, difícil de malinterpretar.

Lo que le da aún más peso a esta publicación es el contexto: durante la Eurocopa, Nico y Lamine Yamal compartieron momentos dentro y fuera del campo, y su relación parecía cercana y amistosa. Las imágenes de ambos celebrando goles, riendo en los entrenamientos y compartiendo complicidad reforzaban la idea de que existía algo más que una conexión deportiva. Por eso, el giro de los acontecimientos ha dolido en lo emocional, especialmente en un entorno como el del joven Lamine, donde cada paso se vive con intensidad.