Fútbol

¿Qué te pasa, Italia?: crisis total en la selección tras tener que ir a la repesca del Mundial

Tras perder contra Noruega, el país se pregunta qué le pasa a una selección histórica y tetracampeona del mundo

Italy's head coach Gennaro Gattuso walks under the rain before the start of the 2026 World Cup Group I qualifier soccer match between Italy and Norway in Milan, Italy, Sunday, Nov. 16, 2025. (AP Photo/Luca Bruno)
Gattuso, seleccionador italianoASSOCIATED PRESSAgencia AP

El Corriere dello Sport, con esa capacidad intacta (aunque ya no se sepa) de los periódicos impresos de retratar la realidad, abría su portada ayer, a lo grande, con un: «Vamos», junto a una foto de Sinner, el héroe de Italia este fin de semana. Debajo, pequeño, pero aún llamativo, se leía un: «Non vamos», con la imagen desoladora de la selección italiana. Porque si Italia va al Mundial del año que viene será por la repesca. Porque Noruega le ganó los dos partidos del grupo y la dejó segunda.

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De temido a derrotado

La Azzurra, pues, tendrá que jugarse el billete por una vía dolorosa y de recuerdos negativos. Una anomalía histórica para una tetracampeona del mundo que ya se quedó fuera de Rusia 2018 y Qatar 2022, y que tampoco estuvo en la última Eurocopa. Una selección mítica, que tantos traumas ha creado en todas las aficiones del planeta. En España hay dos narices, la de Quevedo, sayón y escriba, y la de Luis Enrique, rota y sangrante por culpa de Tassotti, cuando la camiseta azul de Italia era tan bonita como temida y ganaba jugando bien, regular, mal y peor.

La caída, esta vez, va más allá de un simple tropiezo generacional. El último Mundial que jugó es el de 2014. Si no pasa la repesca, habrá una generación que no habrá disputado un campeonato del mundo. No han caído torres mucho más altas.

Demasiado Haaland

El golpe final llegó en San Siro. Italia empezó ganando con un tanto del joven Pio Esposito, pero fue un espejismo: el 1-4 final, con doblete de Haaland en dos minutos y el tanto definitivo de Larsen en el 93, retrató una segunda parte frágil, desordenada y sin respuestas. «Es correcto que me disculpe», dijo Gattuso, el seleccionador, «caímos. La mayor decepción es lo que sucedió en el segundo tiempo». El técnico repitió varias veces que el equipo «tuvo miedo» nada más encajar el primer disparo noruego a los treinta segundos del segundo acto. Y se derritió. «Llevamos la pesadez de no habernos clasificado para dos Mundiales y está en la cabeza de todos», explicaba el entrenador.

Aun así, el técnico, uno de los últimos jugadores con carácter en Italia, se esforzó en rescatar algo entre los restos: «Debemos empezar desde la primera mitad, en la que mostramos nuestro valor: fuimos compactos, circulamos el balón, no cedimos ante los noruegos».

Tras el partido se habló mucho, pero se soluciono poco. Di Lorenzo habló de «relajación imperdonable» y Locatelli fue más allá: «Debemos entender por nosotros mismos a qué jugamos. Hemos sido frágiles. Cuando empatamos, nos desunimos, y eso no puede pasar».

Antes, seguro, no pasaba.