Champions
Real Madrid - Manchester City: Rüdiger abrumó a Haaland
Haaland no logró rematar ni una vez con peligro y fue el futbolista que menos pelotas tocó. Rudiger celebraba cada acción defensiva como un gol
El partido destinado a ser el de Erling Haaland fue más el de Rodri y De Bruyne. Todos los focos apuntaban al delantero, el hombre de los 51 goles en 46 partidos esta temporada, pero estuvo o muy bien tapado o impreciso en los remates. No hay mejor escaparate para lucirse que el Santiago Bernabéu y la Champions, pero los tres intentos de Haaland en el encuentro fueron o muy flojos (el cabezazo de la primera parte y el tiro que quiso cruzar y le salió sin fuerza) o se los bloqueó la defensa, porque Alaba se lanzó de forma precisa para mandar a córner la oportunidad quizá más clara que tuvo, bien encarado y perfilado por el lado izquierdo, para poder chutar como a él le gusta.
Sólo 11 pases... Buenos
Haaland tuvo que pegarse con Rüdiger, que fue como una sombra cada vez que intentaba abandonar el área para recibir de espaldas y provocar segundas jugadas. Erling fue de largo el futbolista que menos participó de todos: apenas pudo completar nueve pases (más dos fallados) de los 522 que dio con acierto su equipo. Es verdad que él tiene que intervenir menos que sus compañeros por la posición en la que juega, pero esta vez fue exagerado. Estuvo aislado del resto de "citizens", algo que ya ha pasado en otras ocasiones porque incluso con sus números se le ha llegado a cuestionar: que si juegan mejor sin él, que si esto que si lo otro. Además Rüdiger le amenazó con mucha limpieza, porque el gigante vikingo sólo recibió dos faltas. Cada acción defensiva que conseguía el alemán, la celebraba como un gol.
"Rüdiger ha jugado muy bien. Siempre intenta presionar, pero a veces tiene que contenerse y lo ha hecho muy bien", opinó Ancelotti. "Los espacios entre Camavinga y Carvajal no los ocupaban los centrales, se quedaban con Erling. Kroos y Modric también estaban por el medio. No era para fácil para él", fue la explicación de Guardiola.
Maniatado el noruego, la solución la encontró el City desde fuera del área con un disparo fantástico que entró pegado al palo. La acción nació en una recuperación de Rodri, que propició con su anticipación todo lo que llegó después. Se pegó una paliza el mediocentro español tanto cuando su equipo tuvo la pelota como sin ella.
✕
Accede a tu cuenta para comentar