Baloncesto

Horario y dónde ver el Real Madrid-Barcelona de la Euroliga

El equipo de Chus Mateo llega al tercer Clásico de la temporada tras haberse impuesto en los dos primeros. Llull y Poirier, factores decisivos en las doce victorias en doce partidos de los blancos. El Barça llega con siete triunfos seguidos

Sergio Llull celebra un triple ante el Milán
Sergio Llull celebra un triple ante el MilánJUANJO MARTINAgencia EFE

Antes de comenzar la temporada, la Euroliga hizo una encuesta entre los jugadores más determinantes de la competición. Se les preguntó por quién era el jugador más temido en los instantes decisivos. Hablaron estrellas como Mike James, Sloukas, Mirotic, Laprovittola, Willy Hernangómez, Juancho... hubo una extraña unanimidad porque todos mencionaron a Sergio Llull. El capitán del Real Madrid, el protagonista de la Undécima con su canasta por encima de Moustapha Fall, está viviendo un comienzo de curso que recuerda a algunos de sus mejores momentos en el club.

Llull, en su décimo octava temporada en el Real Madrid, ha recuperado el rol de dinamitero y está encantado. Sus apariciones desde el banquillo han sido básicas para que el Madrid sume doce victorias en otros tantos partidos. A su buen estado físico se añade una clave que ha repercutido en todo el equipo, el regreso de Campazzo. Liberado de la responsabilidad de dirigir al equipo, se siente muy cómodo con su nuevo rol. En Europa sólo necesita 19 minutos para ser el tercer máximo anotador del equipo (10,5 puntos por partido). Por delante de él están Yabusele y el jugador, con permiso del «Facu», que más impacto está teniendo en la buena trayectoria de Chus Mateo. Se trata de «Vicente» Poirier. El francés se está jugando la renovación, termina su contrato en junio del año que viene al igual que Tavares, y su nivel no se había visto hasta ahora en el Madrid.

Es el máximo anotador y reboteador del equipo (12,2 puntos y 5,2 rebotes en 20 minutos). Sus conexiones con Campazzo y Sergio Rodríguez le hacen feliz y en el último Clásico, el de la Liga Endesa, fue una pesadilla para los hombres altos del Barça con 22 puntos y 8 rebotes. La temporada pasada fue una pesadilla para Poirier. Sufrió una apendicitis antes de la eliminatoria de cuartos ante el Partizán y cuando trató de volver para el tramo definitivo sufrió una lesión muscular. Eso le dejó fuera de la selección francesa para el Mundial. Ahí está otro de sus objetivos para este año, además de la renovación con el Madrid, que es regresar a la selección francesa para los Juegos de París. Poirier presume que en tres veranos con la selección gala ha sumado tres medallas.

Barcelona y Real Madrid llegan al Clásico del WiZink (20:45, Movistar +), el tercero ya este curso, como los únicos invictos de la competición después de la derrota del Valencia ante el Efes. Los números lo ratifican: el Madrid es el máximo anotador del torneo (90,8 puntos por noche); el Barça es segundo (89,5) y sólo el Valencia defiende mejor que los azulgrana (71 puntos encajados frente a los 76,8 del Madrid).

El Barça llega al Clásico en un momento muy diferente al que se presentó en los dos anteriores: 80-90 en la semifinal de la Supercopa y 86-79 en Liga Endesa. En ambos partidos fue muy superior el Real Madrid y Campazzo manejó los partidos a su antojo. El equipo azulgrana, que suma siete victorias seguidas, está empezando a asimilar los nuevos planteamientos de Roger Grimau. Ya lo dice Chus Mateo: «El Barcelona juega diferente a como jugaba. Lo hace más rápido y con más libertad para los jugadores». A la fiabilidad de Jan Vesely y sus lanzamientos de 4-5 metros, que hacen daño a los interiores del Madrid, se suma el crecimiento de Willy. El pívot madrileño ya no es el jugador desubicado de los dos primeros Clásicos y volverá a ser examinado por Poirier y compañía.