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Hípica

Juan Antonio Jiménez Cobo, hípica sin edad

"La hípica es un deporte maravilloso porque no tiene edad", asegura el deportista más longevo de la expedición española en los pasados Juegos Olímpicos de París

Juan Antonio Jiménez Cobo Chacco Marketing

Juan Antonio Jiménez Cobo es una de las figuras más longevas de la hípica y del deporte español en general. Natural de Castro del Río (Córdoba), de niño se mudó a Madrid y creció en un entorno que respiraba caballos. "Mis principios me vienen de familia. Mi padre me educó para ser una persona autosuficiente y con capacidad para aprender por mí mismo, algo que ha sido clave en mi formación como jinete", afirma.

Sus inicios no fueron en la disciplina que lo catapultaría al escenario internacional y lo convertiría en medallista olímpico por equipos en 2004 con el equipo español. Empezó con la Doma Vaquera y la Alta Escuela "que en aquel momento eran las disciplinas más accesibles. Sin embargo, desde el principio tuve una forma de montar muy clásica. Recuerdo que fue durante los Juegos de Barcelona cuando descubrí realmente el camino que quería seguir", comenta. Ese descubrimiento marcó su entrada en la Doma Clásica y su carrera se disparó gracias a "Guizo", un caballo lusitano. "Fue el caballo que me permitió alcanzar lo más alto. Siempre lo tengo presente en los buenos momentos, porque fue clave en mi formación como jinete", asegura.

"Raio" fue otro muy especial. "He domado y competido con muchos caballos, pero el que más cariño me dejó fue ''Raio''. No fue el mejor en cuanto a movimientos, pero tengo los mejores recuerdos con él", señala. Motivado por su pasión por la formación y el respeto hacia los caballos, Juan Antonio fundó su propia escuela. "Lo hice con el objetivo de formar jinetes y caballos partiendo siempre de una buena base y del respeto hacia el caballo como pilar fundamental", explica sobre su centro ubicado en Torrejón de Ardoz.

Jiménez Cobo ha participado en tres Juegos Olímpicos. "Para mí fue un orgullo enorme poder llegar a mis terceros Juegos y también doy gracias a Dios por permitirme mantenerme en la mejor forma física posible", apunta.

En los Juegos de París, Juan Antonio fue el deportista español más longevo de la expedición con 65 años. "Euclides MOR" fue el caballo con el que compitió y que ahora disfruta su propietaria, Lorena Morales, en México. "De Euclides sólo tengo palabras de agradecimiento. Me llevó a lo más alto. Es un caballo con muchísima calidad, una gran cabeza y un carácter impresionante. No se le puede pedir más", dice orgulloso.

"La hípica es un deporte maravilloso porque no tiene edad. Puedes practicarlo toda la vida, siempre que mantengas la pasión y el respeto por el caballo", dice convencido hoy que cumple 66 años y sin pensar en la retirada. La clave de su longevidad deportiva radica en "la ilusión porque cada día me levanto con la motivación de siempre para ir a montar y eso es lo que me mantiene en forma. Espero seguir en este deporte mientras mi cuerpo aguante y Dios me dé las energías necesarias para estar al cien por cien.