Historia

El partido de fútbol que paró la I Guerra Mundial no fue único: así fue la "Tregua de Navidad" de la Guerra Civil española

Las dos Españas se enfrentaron con el balón como única arma en una de las desvencijadas explanadas cercanas a sus posiciones en Málaga.

 "Tregua de Navidad" en la Guerra Civil española
"Tregua de Navidad" en la Guerra Civil española@Velezeadario

Las guerras cambian el curso de la historia y el fútbol no se han mantenido ajeno a ello. Demasiadas reseñas históricas convierten al deporte rey en protagonista de los grandes conflictos bélicos mundiales. En la mañana del 1 de julio de 1916, en el apogeo de la I Guerra Mundial, se va a vivir de las más sangrientas luchas de la historia y, aunque parezca increíble, en aquella Gran Guerra también hubo fútbol. Se trata de la cruenta batalla del Somme, planificada como si de una final de Champions se tratara. El capitán Nevill imaginó el campo de batalla como uno de fútbol: Balones, contrataques y hasta un cartel en el que se podía leer: “Sin árbitro”. De hecho uno de los balones de este cruento choque aún se conserva en el museo del Regimiento de Surrey y el otro en el Castillo de Dover, en el Museo Real de la Princesa de Gales. El daily Mail dedicaría el siguiente poema al batallón del capitán Neville: “Conducen el balón, para ellos el miedo a la muerte es una expresión vacía. Fieles a la tierra que los parió los de East Surrey, jugaron el partido”.

"Tregua de Navidad"

Pero, si hay un hecho histórico en el que el fútbol ha emergido como símbolo de paz en medio de la guerra ese ha sido el llamado "Milagro o Tregua de Navidad", que se produjo dos años antes de la batalla de Somme. El 25 de diciembre de 1914 soldados aliados y alemanes acordaron un pequeño alto el fuego que derivó en un partido de fútbol durante la Primera Guerra Mundial. Ocurrió en el año 1914 en un pequeño pueblo de Bélgica, a 20km de la frontera con Francia, empotrado en el frente occidental de la Primera Guerra Mundial. Habían pasado cinco meses desde que se inició la guerra y acababa de producirse gran ofensiva de los aliados que terminó con un gran número de muertos.

En vísperas de Navidad, la princesa María, del Reino Unido, y el káiser Alejandro, de Alemania, enviaron a los soldados cartas y regalos de Navidad. El 24 de diciembre, desde la trinchera alemana comenzaron a cantar Noche de Paz mientras bebían y uno de ellos salió de su tienda y plantó uno de los árboles regalados por el káiser en el suelo. Los soldados del bando aliado lo vieron y entendieron que había llegado el momento de parar la guerra, por lo que durante esa noche se intercambiaron bebidas y alimentos.

Esta tregua no sentó muy bien y desde los cuarteles generales pidieron responsabilidades para saber quiénes habían participado, pues lo consideraron una deslealtad. Sin embargo, los soldados continuaron con la tregua. Cientos de muertos enterrados durante el día de Navidad y, por la tarde, un escocés salió con un balón en la mano. El partido entre alemanes y aliados concluyó con una victoria de los alemanes por 3-2.

Este parón futbolero apodado como el "La Tregua de Navidad" ha sido considera como un hito histórico que jamás volvería a repetirse pero la realidad es que tuvo su réplica en la Guerra Civil Española. En tierras malagueñas el balón de fútbol también saltó las alambradas y unió por unos minutos a los dos bandos.

El partido de Vélez

A finales de 1936 las tropas sublevadas, comandas por el teniente general Queipo de Llano, avanzaban hacia Málaga. Al otro lado se formaron diversas columnas de milicianos. El 24 de diciembre, cansados del hastío de las trincheras, los jóvenes que defendían el frente entre Vélez y Zafarraya decidieron proponer a sus adversarios, entre los que había antiguos vecinos e incluso algún hermano, una tregua navideña. Para celebrar el pacto acordaron disputar un partido de fútbol. Así fue como, pasadas las 12 de la mañana del día 25, las dos Españas jugaron un encuentro en una explanada cercanas a sus posiciones.

Según relata Juan Jesús hurtado Navarrete en su blog "Velezedario", un grupo de militantes de la CNT, casi unos niños, salieron de sus defensas para proponer un atregua. Para celebrarlo, los hombres del subteniente Melgares, la mayoría de un regimiento que se movía entre Vélez y Zafarraya , propusieron, aún a riesgo de que los acusaran de alta traición, jugar un partido contra los del bando enemigo en una de las pocas zonas libres y despejadas que había.

El encuentro, que se jugó el día 25 de diciembre sobre las 12:00 de la mañana. Duró una hora aproximadamente y, según algunos testigos - como el centrocampista del Vélez C.F., Antonio Castaños Monleón- éste partido acabó con victoria republicana: por 3 goles a 2. Y según los historiadores de la época no sería la única vez que los bandos enfrentados en la Guerra Civil cambiaban las trincheras por dos palos a modo de portería un pelota de trapo. Algunas reseñas dan cuenta de que en el frente de Guadarrama se disputó un partido que acabó con una abultada derrota franquista (7-1). Hubo otra tregua navideña en el monte Kalamua pero ahí solo intercambiaron vinos, cartas y cigarrillos.

No existe historia sin fútbol ni fútbol sin historia...