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Real Madrid-Espanyol (3-1): El Madrid se desatasca

El Real Madrid derrota al Espanyol en un partido que comenzó perdiendo, pero en el que sí que encontró el gol a tiempo

Encuentro de Liga entre el Real Madrid y en Espanyol en el Santiago Bernabeu. Gol de Vinicius Junior.
Encuentro de Liga entre el Real Madrid y en Espanyol en el Santiago Bernabeu. Gol de Vinicius Junior. Jesus G FeriaLa Razón

Todo lo que quiera hacer el Real Madrid esta temporada va a pasar por Vinicius: mete los goles que abren los partidos, crea ocasiones, genera amarillas a los rivales y no para quieto. Los partidos en los que noa aparece le cuestan mucho más al Real Madrid porque no hay nadie que tome su relevo y cuando en los otros encuentros se toma un respiro, el choque decae y el equipo de Ancelotti no termina de rematarlos. Como contra el Espanyol: ganó el Madrid, se quitó el peso de encima de los goles, pero no la sensación de que necesita algo más, quizá intensidad, quizá más ideas, para ganar partidos con rotundidad y apuntar con optimismo desatado al futuro. Es un Madrid con precauciones, al que le cuesta jugar con alegría. Un Madrid que depende de Vinicius, pero que con eso le vale para presionar al Barcelona en su encuentro en San Mamés.

El choque contra el Espanyol sirvió para recuperar autoestima y volver a marcar. Hizo tres el equipo blanco, que pudieron ser cuatro si una falta que lanzó Rodrygo no se llega a estrellar en el larguero. No fue una exhibición pero tampoco fue un choque complicado, pese a que se puso feo nada más empezar, cuando Joselu, en un remate fantástico, de primeras, mandó el balón a la escuadra de Courtois. Es un delantero excepcional el del Espanyol: la que tuvo, la metió dentro, pero eso no fue suficiente para su equipo, al que le faltó cerrarse mejor atrás o cerrar mejor a Vinicius.El Madrid se vio con un tanto en contra y con la rémora de su problema frente a la portería. Ancelotti sacó un equipo muy profesional, con un centro del campo tipo para los partidos grandes y arriba los dos brasileños. Y en la izquierda Camavinga, algo que le convence mucho a Ancelotti, aunque no termina de ser productivo. Camavinga entiende bien a Vinicius en ataque, y eso es clave, pero le cuesta atrás, como se vio en el tanto del Espanyol, cuando no midió en ese balón largo y fue a tierra de nadie.

Luego fue mejorando, porque también fue mejorando el Real Madrid, que ya no tuvo que mirar más a su espalda. El Espanyol se echó atrás, confiado quizá en lo que le había sucedido al rival en otros partidos: si se cerraba bien, podía sacar un buen tesoro del Bernabéu.

Y cerrarse bien supone poner hombres y hombres encima de Vinicius para que no tenga espacios y para que, tras cada regate, se encuentre otras piernas. Y no siempre funciona. No le salió al Espanyol y el brasileño se echó, como acostumbra, al equipo a la espalda. Con Rodrygo de delantero o el Madrid atacaba por la izquierda o no atacaba. Le faltaba velocidad al equipo blanco, con mucho balón y no muchas ocasiones hasta que Vini hizo una jugada que empieza a patentar: se fue abriendo en el área, hacia fuera, abriendo ángulo y con suavidad la puso en el lado contrario, imposible para el guardameta del Espanyol. Celebró el gol animando a la grada con la pasión con la que viv todo él (y con la pasión con la que los árbitros le enseñan tarjetas. No pasa un partido en el que no vea una).

Se desperezó un rato el Madrid y sucumbió el rival. Llegaron los mejores minutos y un pase con el exterior de Tchouameni (el legado de Modric) acabó en un remate de cabeza de Militao esos que tanto pide Ancelotti.

El partido se durmió hasta que apareció Asensio al final. Porque el Real Madrid no está para muchas guerras aún y porque el Espanyol no lo va a estar en todo el año. Marco Asensio salió cuando el partido se acababa para dejar su golito. No hay futbolista que se reivindique tanto con los goles que hace como él.