El Reto de Carmen: 1.150 kilómetros en bicicleta sin parar a beneficio de la Fundación Pequeño Deseo

Carmen era una niña que soñaba con ser princesa y que allá por 2017 estaba luchando contra un tumor renal. Original de Higueruela (Albacete), su deseo se hizo realidad gracias a la intervención de la Fundación Pequeño Deseo. La pequeña viajó hasta Valencia, donde vivió un día mágico en un castillo rodeada de princesas de Disney y acompañada de su familia. Aquel recuerdo pasó a formar parte del diario que con tanto cariño escribía cada día.

Su luz se apagó, pero desde entonces su memoria sigue viva entre todos los que la conocieron, y sobre todo en los corazones de sus padres y su hermano Fran, que trasladaron la ilusión que vivieron aquel día a pedalear por los sueños de otros niños gravemente enfermos que necesitan un momento de empuje y fuerza como el que la pequeña vivió.

"La primera ley de la amistad es pedir a los amigos cosas honradas; y sólo cosas honradas hacer por ellos". Por eso, la familia pide el apoyo de todo el mundo colaborando a través de la web www.migranodearena.org, haciendo un Bizum al número 33605 con el mensaje El Reto de Carmen, o haciendo una donación a la cuenta de la Fundación Pequeño Deseo ES27 2100 0835 180201044861 poniendo en concepto el Reto de Carmen. En la anterior edición con los fondos recaudados, la fundación pudo cumplir 24 deseos de niños con todo tiempo de enfermedades graves y... sacarles una sonrisa.

Este año, por segunda vez, su padre, Francisco Correoso, se enfrentará a 1.150 kilómetros de carretera en una sola etapa que hará del tirón de Finisterre a Higueruela con el fin de recordar a su hija y recaudar fondos para que la Fundación Pequeño Deseo siga realizando sueños, prestándoles de esta manera apoyo emocional tanto a ellos como a sus familiares. Francisco arrancará la madrugada del día 15 y tiene previsto llegar 40 horas después a su pueblo natal en Albacete.

La Fundación Pequeño Deseo trabaja desde el año 2000 para hacer realidad los deseos de niños y niñas con enfermedades graves y crónicas, con el fin de apoyarles anímicamente y hacer más llevadera su enfermedad. Está demostrado científicamente, según un estudio realizado por la propia fundación en 2012 junto al Colegio de Psicólogos de Madrid y la Universidad Complutense, que el cumplimiento de un deseo genera en el niño emociones positivas que tienen un efecto enorme en su bienestar y, lo que también es importante, en su entorno más próximo, en muchos casos sus padres. En todos estos años ya se han cumplido más de 6.700 deseos.