Tenis
Así es Berrettini, el hombre que separa a Djokovic de Nadal y Federer
El italiano disputa la final en Londres ante el serbio, que puede llegar a los 20 Grand Slams
Matteo Berrettini tiene 25 años y cuando era pequeño idolatraba a Nadal y Federer. Pero hubo un partido del español que le molestó. La final del Masters 1.000 de Roma que Rafa jugó contra Coria en 2005 es uno de los partidos más míticos del zurdo. El balear venció al por aquel entonces referente sobre tierra batida por 6-4, 3-6, 6-3, 4-6 y 7-6 (8/6), y como el duelo se fue a las cinco horas y cuarto, el joven Matteo, que sólo tenía nueve años, se quedó sin ver los dibujos animados que tanto le gustaban. El italiano lo recordó entre risas en 2019, cuando estaba a punto de disputar las que eran sus primeras semifinales de un Grand Slam, las del US Open, en las que el tenista de Manacor le superó en tres sets, aunque en el primero hubo mucho que disputar. Ahora, Berrettini ha dado un paso más y está en su primera final «Grande», que en parte también la «juegan» Rafa y su igualmente admirado Federer al que, por cierto, se enfrentó ese mismo 2019 en los octavos de Wimbledon y después bromeó dándole gracias por la lección: 6-1, 6-2 y 6-2 para el suizo en una hora y 14 minutos. Sólo Berrettini se impone entre Djokovic y el cielo. El serbio puede conquistar su sexto Wimbledon, y así llegaría a los 20 Grand Slams, para igualar en la cima histórica del tenis al español y al suizo.
Será un domingo de muchas emociones para Italia, que por la noche juega la final de la Eurocopa ante Inglaterra y por la tarde verá a Berrettini medirse a Djokovic por el título de Wimbledon. El último tenista de su país en conquistar un Grand Slam fue Adriano Panatta, que ganó Roland Garros en 1976. Al partido definitivo en la hierba del All England Club no había llegado ninguno hasta ahora.
Italia puede presumir en la actualidad de ser una potencia, con tenistas con mucho talento, desde los más veteranos como Fognini hasta los más jovenes como Musetti o Sinner, pasando, claro, por Berrettini. Pero es que la explosión del gigante romano que mide 196 centímetros y pesa 95 kilos fue tardía. Vincenzo Santopadre es su entrenador desde hace once años y le llevó despacio para que todo ese potencial que tenía no se desperdiciara y, como ha reconocido en una entrevista a la web de la ATP, para intentar hacer de él un jugador completo en todas las superficies. «Piano, piano». No batió ningún récord de precocidad y hasta los 21 años no jugó un partido del circuito ATP. Carlos Alcaraz, por ejemplo, lo hizo el año pasado sin haber cumplido los 17. El tenis ya lo tenía en las venas Berrettini, cuyos padres son jugadores de club, y que tiene un hermano mayor que también es profesional y que un día le dijo que probara, que le iba a gustar, algo que a día de hoy todavía le agradece. «Está en nuestro ADN, hasta mis abuelos siguen jugando», confesó Matteo tras superar a Hurkacz en las semifinales.
Su poderoso saque y su derecha es lo que le permite mandar en los partidos, aunque también tiene una mano fantástica para el juego más corto. El revés a dos manos es su punto más flojo, aunque el cortado lo domina a la perfección. Con estas armas, lleva 11 triunfos seguidos sobre hierba, tras conquistar Queen’s y superar las seis primeras rondas de Wimbledon. En Roland Garros, en los cuartos de final, llegó a hacer dudar a Djokovic. Cuando ganó el serbio, dio uno de esos gritos enloquecido que ofrece de vez en cuando y que son como una liberación para él.
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