Así le ha ido a Alcaraz en los precedentes con Zverev, su rival en la final del Mutua Madrid Open

Pasada la una de la madrugada del sábado al domingo Carlos Alcaraz conoció quién será su rival en la final del Mutua Madrid Open: se trata del alemán Alexander Zverev, que derrotó al griego Tsitsipas (6-4, 3-6 y 6-2). Estamos, por tanto, ante el defensor del título, campeón en 2021 remontando en la final a Berrettini y siendo el verdugo de Nadal en los cuartos de final. También ganó en la capital de España en 2018 y durante esta semana ha reconocido en varias ocasiones que la Pista Manolo Santana de la Caja Mágica es la que más le gusta del mundo.

Pese a su todavía corta carrera, ya hay precedentes de enfrentamientos entre Carlos Alcaraz y Zverev. Se vieron las caras dos veces en 2021, y siempre fueron triunfos fáciles para el alemán: 6-3 y 6-1 en Acapulco y 6-3 y 6-3 en Viena. En ambos casos fue en pista dura y la gran diferencia es que ahora el español es un tenista mucho más maduro, mucho mejor que el de hace un año, y ya curtido en batallas importantes como las dos últimas en Madrid contra Nadal en los cuartos de final y Djokovic en las semifinales. “Haberles ganado a ellos me da mucha confianza para la final”, afirma el joven murciano.

Zverev es ganador de cinco torneos Masters 1.000 y una Copa Masters, además de ser el actual campeón olímpico, al colgarse el oro en Tokio. Es el típico tenista al que desde niño le dicen que va a ser el futuro número uno, lo que seguro que a Alcaraz le suena. Es el tres, su mejor clasificación hasta ahora. Ya tiene 25 años y en los Grand Slams es donde no ha terminado de dar el nivel, con la disputa sólo de una final, la del US Open 2020, el año duro de la pandemia, en la que Thiem le remontó dos sets. El punto de unión que tiene con Carlitos es que Juan Carlos Ferrero, el hombre que lleva la carrera del murciano, fue entrenador de Zverev, aunque la relación apenas se alargó unos meses. Busca entrenadores españoles el germano porque también ha estado a las órdenes de David Ferrer y ahora en su palco se sienta Sergi Bruguera, el capitán español de la Copa Davis.

Es un tenista con un revés impecable y que tiene un saque con una doble lectura: el primero es un cañón, pero a veces se enreda con el segundo y comente alguna que otra doble falta de más. Por eso, tanto después de los cuartos como de las semifinales, aunque ya se había dejado atrás la media noche, se quedó un rato entrenando el servicio en la central de Madrid.