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Testimonio

Andrea Jaeger: de estrella del tenis a monja tras sufrir más de 30 abusos sexuales

Se retiró prematuramente en 1987 debido a una lesión en el hombro. Pero esa fue la excusa oficial. Ahora 35 años después ha roto su silencio para confesar los abusos reiterados qué sufrió desde los 15 años

Andrea Jaeger Twitterlarazon

Fue todo un prodigio en el mundo del tenis, con apenas 16 años se consagró como número dos del ránking WTA tras ser profesional desde los 14. Jaeger llegó incluso a jugar una final de Roland Garros y otra de Wimbledon, sin embargo, con solo 22 años colgó la raqueta harta de las molestias en su hombro.

La estadounidense Andrea Jaeger pese a su juventud, tomó una decisión que asombró a propios y extraños del mundo del tenis. Un año más tarde de su retiro creó la Fundación Silver Lining para luchar a favor de los niños con cáncer y más tarde en el año 2006 se puso los hábitos como monja de la Iglesia Anglicana-Dominicana.

Invirtió toda la fortuna que había amasado y la indemnización tras sufrir un accidente de coche que pudo ser fatal para crear la Fundación ‘Silver Lining’, que ayuda a niños enfermos de cáncer y que está situada en un rancho en Aspen. Gracias a su popularidad y sus contactos en Hollywood y el circuito, empezó a ganar adeptos: John McEnroe, Andre Agassi, Pete Sampras, Gabriela Sabatini, Anna Kournikova, o celebridades como Paul Newman, Cindy Crawford, Madonna o Kevin Costner se cuentan entre ellos.

Nadie olvidará sus largas coletas rubias cuando apareció de manera fulgurante, entre el completo dominio de Martina Navratilova y la escasa pelea que podía darle Chris Evert en el circuito de la WTA que rige el tenia femenino. Andrea Jaeger solamente tenía 15 años, ganó 20 títulos y llegó a dos finales de Grand Slam, pero su estrella se apagó rápido.

Una treintena de abusos sexuales

La excusa oficial de su retirada fue una lesión en el hombro por la que pasó siete veces por el quirófano, pero hoy cuenta, que además, a esa temprana edad, sufrió no menos de 30 abusos sexuales por parte de una funcionaria de dicha WTA. En una entrevista a The Independient rompe su silencio para denunciar lo que vivió en aquellos tiempos. Admite que le ha resultado más fácil ocultar su trauma que seguir reviviéndolo. No quería convertirse en un ejemplo de abuso o ser vista como “una víctima o un juguete roto” pero ha decidido hablar para que estas situaciones no vuelvan a repertirse.

“Me cambiaba en baños portátiles o un baño para evitar los comentarios, el interés o las acciones de otras personas. Tuve al menos 30 incidentes con una miembro específico del personal, intentos físicos, todos en el vestuario muy, muy temprano en mi carrera. Esa empleada en particular del personal tuvo un gran problema para mantener sus manos quietas. Evitaba quedarme sola en las salas de entrenamiento porque allí también se me acercaba y me manoseaba”, contó Jaeger a dicho medio.

La ex tenista contó una situación particular: “Cuando llegamos, ella me acompañó hasta la puerta y probó algo conmigo. Estaba tratando de besarme. Estaba tan mal que subí las escalares de casa tratando de no vomitar para que mi papá no me viera”.

Bajo amenazas

Andrea quiso defenderse y alertar a las autoridades de la WTA, pero a cambio, lo que recibió fueron amenazas: “Me dijeron: ‘si dices una palabra más sobre esto, nos aseguraremos de que la beca de tu hermana en Stanford sea retirada’. “Cada vez que intentaba defenderme, me amenazaban con hacerle daño a otra persona”, explicó.

La tenista explica el motivo de la decisión de contar su historia después de tantos años de haber padecido los abusos cuando era una niña en el circuito. “Puedo ver cómo en cualquier deporte, incluso ahora, 40 años después, si un niño se enfrenta a situaciones similares, también puede quedarse callado cuando se siente amenazado. No quiero permitir que sufra más daño”.