Investigación

El devastador informe de los abusos a gimnastas que sacude al Reino Unido: Así eran los aberrantes métodos

El informe final de Whyte QC corrobora la privación de agua y comida, humillaciones públicas y abusos sexuales físicos y psicológicos a atletas menores de 12 años

El demoledor informe de abusos que sacude al deporte de Reino Unido
El demoledor informe de abusos que sacude al deporte de Reino UnidoAgenciaslarazon

La triste confesión e de Simone Biles asegurando que “debería haber dejado la gimnasia mucho antes” de los Juegos Olímpicos de Tokio, donde tuvo que renunciar a varias competiciones por su salud mental estremeció al mundo del Deporte, ya bastante consternado por la comparecencia de la gimnasta ante una comisión del Senado de Estados Unidos sobre los abusos que sufrió por parte del del médico Larry Nassar, quien cumple una sentencia de cadena perpetua después de haber sido condenado en 2017 y 2018 por agresiones sexuales a más de 250 gimnastas.

Pero las agresiones sexuales y los abusos no se circunscriben al equipo estadounidense. Otra potencia del deporte internacional como Gran Bretaña también se ve ahora sacudida por un escándalo por abusos físicos y mentales. Los hechos son de tal magnitud que se encargó investigarlos a una experta en juicios penales complejos y apelaciones, investigaciones, indagaciones, revisiones judiciales y cuestiones de derechos humanos: Anne Whyte QC. Sus conclusiones finales son demoledoras.

El duro precio de las medallas

La investigadora ha presentado ahora un informe devastador sobre cómo el UK Sport, el organismo que financia los deportes olímpicos de Gran Bretaña, fomentó un método de abusos mediante los cuales los jóvenes atletas, la mayoría menores de 12 años, eran avergonzados y humillados con la sola finalidad de alcanzar objetivos, en este caso, medallas en competiciones deportivas. Anteponiendo ese sistema por sobre los cuidados de los niños. Un sistema perverso. Unos métodos injustificables. En la investigación, UK Sport admitió que “el bienestar de los deportistas no figuró como prioridad hasta 2017″.

Proteger a los niños debiera ser la prioridad, expone Whyte QC en su informe final. No sólo la gimnasia registra casos de abusos en el deporte británico: también los hubo (al menos los que se conoció) en ciclismo, natación, remo y bobsleigh. Pero es en la gimnasia donde los hechos alcanzaron mayor relevancia en las últimas horas.

Mataron de hambre a la gimnastas jóvenes y fueron obligadas a colgarse de los anillos como castigo como parte de una cultura abusiva en la gimnasia británica.

La Revisión de Whyte, que examinó más de 400 quejas, descubrió una «cultura inaceptable» que ha dejado a innumerables jóvenes humillados, avergonzados y permanentemente dañados psicológica o físicamente por su paso por el deporte.

El informe, que se basa en las aportaciones de más de 400 personas, describe un sistema en el que los gimnastas eran sobrecargados por los entrenadores hasta el punto de llorar y lesionarse, privados de comida y agua y humillados regularmente delante de sus compañeros. “Escuché relatos extremos de gimnastas que escondían comida, por ejemplo, en los azulejos del techo o debajo de la cama en sus habitaciones”, añade Whyte. “Recibí relatos de entrenadores que revisaban las habitaciones de hotel ‘al estilo del ejército’ y las bolsas de viaje en busca de comida”.

El informe devastador

Whyte menciona que los abusos surgieron con la llegada de entrenadores de la antigua Unión Soviética. British Gymnastics, la federación de ese deporte, no tiene registros de las quejas entre 2008 y 2016, cuando imperó “la cultura del miedo”. Los atletas estaban demasiado asustados como para presentar una denuncia formal.

La estadística marca que hasta 2008 Gran Bretaña no tenía medallas olímpicas en gimnasia. Hoy cuenta con 16. ¿Pero a qué precio? El informe encontró que los entrenadores habían avergonzado públicamente a las jóvenes por su peso; en algunos casos, las gimnastas se vieron obligadas a colgarse de los anillos en el gimnasio durante un período prolongado de tiempo por llegar tarde. Otro joven atleta fue obligado a mantener el equilibrio en la viga durante dos horas como castigo.

A los jóvenes también se les impidió ir al baño y se les prohibió beber agua durante largas sesiones de entrenamiento.

Otro dijo que «el entrenador gritaba y gritaba en nuestras caras tan cerca que podía oler (su) aliento y sentir (su) saliva aterrizar en mi cara». Las gimnastas también se vieron obligadas a usar una «orejas de burro» si no podían completar un movimiento en particular.

La tiranía de la balanza

La obsesión dentro del deporte por el peso y la apariencia de un atleta también se destacó como un problema central. «El control del peso estuvo, a veces, acompañado de una actitud inculta hacia la dieta y una elección humillante del lenguaje», se asegura en el informe. Lo que Whyte describe como la “tiranía de la balanza” llevó a las gimnastas a sufrir trastornos alimentarios y problemas de salud mental asociados. “En un caso, me dijeron que incluso cuando la entrenadora era consciente de que la gimnasta tenía un trastorno alimentario, seguían nombrándola y avergonzándola en público”, afirma.

También hubo 30 denuncias relacionadas con abusos sexuales, pero Whyte señaló que esto no era sistémico y que la organización se lo tomaba más en serio.

La investigación fue solicitada después del documental de Netflix. Atleta A reveló acusaciones de abuso sexual dentro de la gimnasia estadounidense. Si bien se hicieron 30 denuncias de abuso sexual como parte de la investigación del Reino Unido, la gran mayoría de las denuncias se centraron en el abuso físico y emocional.

El organismo rector del deporte, British Gymnastics, fue descrito como una «organización insular» que estaba desconectada del deporte, las gimnastas y las personas involucradas en el deporte.

Sarah Powell, que asumió el cargo de directora ejecutiva de British Gymnastics en 2021, ha ofrecido una disculpa: «Las prácticas del pasado no van a ser las prácticas del futuro. Creo que este es un momento decisivo para salvaguardar no solo en la gimnasia sino en todos los deportes. Esta es una disculpa genuina… tenemos que marcar un nuevo camino, la gimnasia será diferente por la valentía de los que han hablado», afirmó.

En una declaración conjunta, UK Sport y Sport England afirmaron que «las experiencias de las gimnastas compartidas en esta investigación son desgarradoras y angustiosas de leer. Nadie en el deporte debería ser objeto de tal abuso».

La Revisión de Whyteha sacado a la luz una «cultura inaceptable» que ha dejado a innumerables jóvenes humillados, avergonzados y permanentemente dañados psicológica o físicamente.