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Hípica

Tradición y ciencia en la cría de caballos

Las técnicas avanzadas como la inseminación artificial o la OPU-ICSI permiten multiplicar la genética de ejemplares de élite y alargar su vida reproductiva

Yeguas gestantes Chacco Marketing

En la cría de caballos, tradición y ciencia han encontrado un punto de encuentro. Si hasta hace unas décadas la monta natural era la única vía para la cría ecuestre, hoy la biotecnología avanza con paso firme y ya es un aliado indispensable para ganaderos, veterinarios y propietarios que buscan criar con éxito.

Una potra alcanza la madurez sexual en torno al año y medio, aunque lo recomendable es esperar a los tres o cuatro años, cuando su cuerpo ya está preparado para soportar la gestación, la cual dura once meses. A partir de los 15-16 años, los riesgos aumentan, de ahí que muchos criadores recurran a las técnicas de reproducción asistida para alargar la vida genética de yeguas o sementales excepcionales.

Los métodos más comunes siguen siendo tres: la monta natural, la inseminación artificial y, en los últimos años, la OPU-ICSI. Cada uno responde a distintas necesidades: desde la seguridad y control que ofrece la monta guiada por profesionales, hasta la inseminación con semen fresco, refrigerado o congelado, lo que incluso permite obtener descendencia de sementales fallecidos hace años. "Chacco Blue" falleció en 2012 y se subastan muy caras las pocas pajuelas suyas que hay en el mercado en la actualidad.

La inseminación artificial ofrece ventajas claras: reduce riesgos de accidentes entre yegua y semental, permite aprovechar mejor el material genético y facilita la cría a larga distancia. El semen fresco debe utilizarse pocas horas después de la recogida, el refrigerado mantiene su viabilidad unas 48 horas, y el congelado puede almacenarse durante años sin perder eficacia. Esto ha permitido que ejemplares de gran valor genético sigan teniendo descendencia décadas después de su muerte y que su material genético llegue a cualquier parte del mundo. El procedimiento, siempre llevado a cabo por un veterinario, requiere un seguimiento estricto del ciclo reproductivo de la yegua para inseminarla en el momento óptimo de la ovulación, lo que aumenta las probabilidades de éxito. Además, con un sólo salto del semental se pueden preparar varias dosis, algo impensable en la monta natural.

OPU-ICSI

Donde la ciencia está marcando la diferencia es en la OPU-ICSI. Esta técnica consiste en extraer ovocitos de una yegua y fecundarlos en laboratorio con el esperma del semental elegido. Durante esta primera fase, se extraen los óvulos mediante la técnica de aspiración folicular. La aspiración folicular (OPU) es el proceso por el cual los ovocitos (óvulos) se recuperan directamente de los ovarios de una yegua a través de la aspiración transvaginal. Se introduce una aguja larga a través de la pared vaginal hacia el ovario, para aspirar cada uno de los folículos presentes, utilizando la guía de ultrasonido. La yegua se encuentra bajo sedación y el procedimiento dura de 20 a 60 minutos, dependiendo del número de folículos. Normalmente se consigue una media de 5/6 óvulos por aspiración.

Los ovocitos recuperados maduran en el laboratorio durante unas 30 horas y seguidamente, con un micromanipulador, se inyecta un único espermatozoide en cada ovocito maduro bajo el microscopio. Para realizar la ICSI basta un espermatozoide por óvulo.

Después, los embriones resultantes se transfieren a yeguas receptoras, que serán las encargadas de gestar. La gran ventaja es que una misma yegua donante puede dar origen a varios potros en una misma temporada, incluso aunque ella esté compitiendo o sea demasiado mayor para parir.

El abanico de posibilidades se amplía todavía más: se pueden recuperar ovocitos de yeguas fallecidas recientemente, preservar embriones de gran valor genético para el futuro e incluso seleccionar el material genético más viable para asegurar tasas de éxito más altas. Eso sí, no todo está permitido: en el caso del caballo de carreras, el Pura Sangre Inglés, la normativa internacional prohíbe cualquier técnica distinta de la monta natural, precisamente para proteger el mercado y evitar una sobreproducción de ejemplares.

La clonación equina es otra técnica palpable a día de hoy. Aunque menos desarrollada, ya hay caballos míticos que han sido clonados y cuyos clones compiten. Para esta técnica, se extrae una pequeña porción de piel del animal a clonar, se trabaja con ella en el laboratorio y se introduce finalmente dentro del óvulo de otra yegua, la cual aportará en torno al 1 por ciento de la genética, que se sumará al 99 por ciento que aporta el caballo a clonar.

La reproducción asistida equina ya no es el futuro, sino el presente del sector de la cría. Gracias a estos avances, la genética de caballos de alto nivel no se pierde, se multiplica. El reto no es sólo preservar la esencia de cada raza, sino criar caballos más útiles, sanos y mejorados, cuidando tanto al semental como a la yegua. Sólo así la biotecnología tiene verdadero sentido en el mundo ecuestre.