Coronavirus

El BCE lanza un paquete de estímulos de 120.000 millones para hacer frente a la crisis sanitaria

Anuncia más liquidez y quiere “proporcionar un apoyo de liquidez inmediato al sistema financiero de la zona del euro, aunque no ve signos materiales de tensiones en los mercados de dinero, ni escasez de liquidez en los sistemas bancarios”

El Banco Central Europeo (BCE) lanzó hoy su contraofensiva contra el coronavirus anunciando una compra de deuda en la eurozona, adicional a los programas de compra que ya tiene en marcha, por valor de 120.000 millones de euros hasta finales de año. Con esta medida, la entidad monetaria pretende apoyar unas condiciones de financiación favorables para la economía real que mitiguen el impacto económico del coronavirus. Así lo confirmó la presidenta del organismo, Christine Lagarde, quien también anunció que el paquete de medidas incluye nuevas operaciones de refinanciación a largo plazo de forma temporal para proporcionar “apoyo de liquidez inmediato” al sistema financiero de la eurozona. El BCE repartirá esta cuantía durante los próximos meses, según lo considere, y se sumará a los 20.000 millones de euros de compras netas mensuales que ya están en marcha.

Lagarde dijo que la economía enfrentaba un “shock fuerte” y que la medida está dirigida “casi quirúrgicamente” a áreas en las que puede ayudar la política monetaria. Además, la presidenta del BCE pidió a los gobiernos de la zona del euro una respuesta de política fiscal “ambiciosa y coordinada para apoyar las empresas y los trabajadores en riesgo” para paliar los efectos económicos de la pandemia y advirtió que “la inflación podría ralentizarse sustancialmente los próximos meses“ como resultado de la interrupción de las cadenas de suministro y la reducción de la demanda nacional y externa. “Desde nuestra última reunión del Consejo de Gobierno a finales de enero, la propagación del coronavirus ha sido el principal impacto para las perspectivas de crecimiento de las economías global y de la zona del euro y ha aumentado la volatilidad en el mercado”, según Lagarde que además agregó que la entidad que preside está “determinada a apoyar los hogares y firmas ante las actuales perturbaciones económicas y la creciente incertidumbre”.

La situación es tal que, según la presidenta del BCE, la crisis del coronavirus podría tener un impacto económico similar a la del 2008, lo que ha movido incluso a Alemania a apostar por la flexibilización del déficit público, y sigue dejando cada día un goteo de efectos en sectores como el turismo o la industria de automóvil, entre otros. Motivo de más, para que Lagarde diera asimismo la bienvenida a la decisión del Consejo de Supervisión del BCE de decidir también bajar las exigencias de capital para los bancos de la zona del euro y permitirles que operen temporalmente por debajo de sus actuales requerimientos de capital. No obstante, cuando se le preguntó a Lagarde si la eurozona enfrentaba una recesión, dijo que eso dependía “de la velocidad y la fuerza de un enfoque colectivo” por parte de todos los interesados.

A pesar de esta decisión, el supervisor anunció que mantendrá los tipos de interés sin cambios, una medida que sí han adoptado en los últimos días otros bancos centrales como la Reserva Federal de EE.UU. o el Banco de Inglaterra. Una decisión que fue unánime en el Consejo de Gobierno y que van a posponer seis meses la revisión de la estrategia de la entidad. Algo que, sin embargo no gustó a los mercados y que se reflejó con caídas en las bolsas europeas. Así, el Ibex se fue por debajo del 6.400 con una caída del 14,06% a la par que otros mercados europeos que continuaron su declinación tras el anuncio del BCE, con los principales índices cayendo por encima del 10% en medio de temores globales de que las autoridades pueden hacer poco para aliviar los daños causados por la pandemia de coronavirus.

De hecho, el BCE no redujo las tasas de interés como muchos analistas esperaban. Las tasas ya son bajas y los economistas han dicho que recortes más profundos podrían no ser de mucha ayuda. “El Consejo de Gobierno espera que las compras sigan durante tanto tiempo como sea necesario para reforzar el impacto acomodaticio de sus tipos de interés, así como darlas por finalizadas poco después de cuando comiencen a subir los tipos de interés”, especificó el organismo.Por otro lado, el BCE revisó a la baja sus pronósticos de crecimiento para este año hasta el 0,8 % (1,1 % previsto en diciembre), hasta el 1,3 % en 2021 (1,4 % en diciembre) y hasta el 1,4 % en 2022 (invariable). Estas proyecciones prevén un crecimiento débil sobre todo en la primera mitad de este año al que seguirá “una mejora en la segunda mitad”, dijo Lagarde. Asimismo, el BCE prevé ahora una inflación del 1,1 % este año, del 1,4 % en 2021 y del 1,6 % en 2022, sin variación respecto a los pronósticos de diciembre.