Economía

Avalancha de despidos en plena pandemia por el coronavirus

Sindicatos y patronal acuerdan justificar las regulaciones temporales por el coronavirus para proteger a empresas y trabajadores

Una cascada de despidos. Eso es lo que se avecina en los próximos días, tras la constatación de que la crisis del coronavirus se va a cobrar miles de puestos de trabajo en los sectores más sensibles: el turismo, el transporte, el comercio y la industria. En el primero, las cancelaciones hoteleras, la paralización de la facturación de las agencias de viaje y el cierre de bares, restaurantes y locales de ocio auguran miles de despidos por falta de actividad. Estaban a la espera de conocer las medidas del Gobierno para proceder a la aplicación de regulaciones de empleo con sus plantillas, algo que harán en los próximos días. En cuanto a las aerolíneas, las navieras y las empresas de transporte de pasajeros y mercancías su situación no difiere mucho de las anteriores. La mayoría de los vuelos despegan vacíos, el desplazamiento de personas se ha restringido y la llegada de componentes y materias primas del exterior está prácticamente paralizada. El comercio ha visto desaparecer un 80% de la clientela y en la industria ya se preparan regulaciones temporales ante la falta de suministros para sus factorías.

De momento, ya ha comenzado el goteo de despidos. La dirección de la empresa de automoción Kostal Eléctrica, situada en Sentmenat (Barcelona), ha comunicado a los trabajadores su intención de aplicar un Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) para 800 trabajadores para hacer frente a la caída de la producción. Air Europa, que en España emplea a unas 3.600 personas, ha comunicado a los sindicatos que ejecutará un ERTE. En el plazo de siete días se formará una comisión negociadora con el fin de definir la necesidad y el alcance del expediente. La ocupación hotelera se ha reducido un 80% en la mayoría de destinos turísticos y las patronales hoteleras advierten de que las regulaciones de empleo serán constantes a partir de la próxima semana. Por ejemplo, la cadena hotelera Meliá Hotels International ya ha anunciado la salida de 200 de sus empleados en España. La dirección de algunos centros comerciales -los que agrupan infinidad de tiendas multimarca- se estaría planteando cerrar la totalidad de sus instalaciones ante la falta de asistencia de clientes y para proteger a sus trabajadores.

En el sector de automoción, los trabajadores afectados por expedientes de regulación de empleo (ERE) se ha disparado un 40% en el conjunto de la economía española, y un 85% en la industria durante el último año, una cifra que irá a más en las próximas semanas. A la crisis de ventas que sufre el sector, se han unido ahora los problemas de abastecimiento de piezas y componentes, que ya ha provocado el anuncio de ERTE de varias compañías. Representantes sindicales y la dirección de la planta de Volkswagen en Landaben (Navarra) ya han sellado un acuerdo para aplicar un expediente de regulación temporal condicionado a que la pandemia del coronavirus afecte al proceso de producción con el desabastecimiento de algunas de las piezas clave para la fabricación del Polo y el T-Cross, que tendrá las mismas condiciones que el que se aplicó en 2018. Seat ya ha mantenido contactos con los representantes sindicales para hablar de diferentes medidas que se podrían aplicar en la planta de Martorell (Barcelona). De momento, ya ha suspendido el turno de mañana de producción adicional para la Línea 2, que produce el modelo Seat León, por falta de suministro y lo hará el próximo lunes con otras dos cadenas de montaje. El parón podría afectar a 1.200 trabajadores. Las plantas de Ford en Almussafes, Iveco en Madrid y Valladolid, y la de Nissan en Barcelona ya plantean medidas similares. La planta de Mercedes Benz en Vitoria, con 5.000 trabajadores, flexibilizará los horarios entre algunos de sus empleados durante los 15 días en los que permanezcan cerrados los centros educativos. Y estos son solo algunos ejemplos.

En las últimas horas se ha sabido que Iberia prepara un expediente temporal como consecuencia de la fuerte caída de la actividad por razones de fuerza mayor, aunque no ha concretado su alcance y lo hará, previsiblemente, la próxima semana. La planta de Nissan en la Zona Franca de Barcelona ha tenido que parar su producción por falta de suministros de un proveedor clave, un fabricante de ruedas situado en la zona de Igualada, que se encuentra bajo confinamiento. La empresa de seguridad y servicios Ilunion, del Grupo ONCE, ha anunciado otro ERTE ante la reducción de servicios de sus clientes. El Grupo Ingesport ha anunciado el cierre de sus centros deportivos GO-fit en España y Portugal, medida que afectará a más de 245.000 clientes de Gofit.

Con este sombrío panorama, CEOE, Cepyme, CC OO y UGT ofrecieron ayer una inusual imagen de unidad y enviaron un claro mensaje al Ejecutivo, el de que el objetivo común es atajar la sangría que el coronavirus puede provocar tanto en empresas como en trabajadores. Por ello, a través de un documento consensuado por los agentes sociales, presentaron al Gobierno su propia receta, con la que pretenden hacer frente a «una crisis sin precedentes». Entienden ambas partes que las consecuencias de esta pandemia debe tener una respuesta suficientemente contundente y resolutiva, por lo que piden adaptar la actual normativa laboral y de la Seguridad Social a esta situación de crisis, además de reclamar que todas las medidas de carácter temporal y excepcional que se tomen «deben negociarse con las organizaciones sindicales y empresariales».

En dicho documento se enumeran los puntos más importantes, que pasan por una nueva normativa de los expedientes de regulación de empleo temporales (ERTE), incidiendo en la causalidad vinculada a los efectos del coronavirus; la simplificación de los procedimientos y el acortamiento de los plazos de resolución; que se contemple el acceso a la protección por desempleo sin exigir periodo de carencia; que los periodos de empleo consumidos durante esta suspensión no perjudiquen al reconocimiento de futuras prestaciones de desempleo y que se suspenda el pago de las cotizaciones por parte de las empresas ante la falta de liquidez provocada por la inactividad derivada de esta situación.

También entienden que las medidas aportadas por las Administraciones por motivo de salud pública –el cierre de centros y la cancelación de actividades, las restricciones a la movilidad de las personas o mercancías, el aislamiento para evitar el contagio o la carencia de suministros, entre otros– «podrán justificar los ERTE por fuerza mayor». Asimismo reclaman medidas de protección de los trabajadores fijos discontinuos y facilitar el teletrabajo. Sindicatos y patronal trasladaron este acuerdo al Gobierno para que sea consensuado en la mesa de diálogo social.