Coronavirus

Coronavirus y turismo: cuestión de supervivencia

La situación del turismo español es dramática porque no hay un liderazgo gubernamental que defina una estrategia

Sevilla vacía por el estado de alarma
Plaza de la Encarnación de SevillaEduardo BrionesEuropa Press

La situación del turismo español es dramática. Más de 60 países excluyen a los viajeros españoles, lo que implica que tampoco sus nacionales pueden viajar a España. Respecto al turismo interior basta ver lo que ha ocurrido con la irresponsable escapada de madrileños, vascos y de otras regiones a las segundas residencias costeras. Los destinos, alarmados, les han confinado a sus casas y han cerrado restaurantes, bares y playa.

Dramático es el análisis porque no hay un liderazgo gubernamental que defina una estrategia, ni económica general ni específica para la actividad turística. Una prueba irrebatible: se pospone la declaración del estado de alarma 48 horas, ¿falta de definición de las medidas concretas, desacuerdos en el seno del Consejo de Ministros? Mientras 17 autonomías aplican sus propias medidas que son heterogéneas.

También es incomprensible la falta de información, tanto de fuentes oficiales como de las propias asociaciones empresariales que, salvo las representativas de las líneas aéreas, han permanecido extrañamente mudas hasta ayer.

El sector turístico español está doblemente amenazado. En primer lugar de forma directa e inmediata por el cierre de los mercados emisores y respecto al mercado interior por las limitaciones a los viajes impuestas por razones sanitarias.

En segundo lugar por la paralización de la actividad económica nacional, que va a suponer el cierre de empresas y masivos despidos de personal, que solamente una iniciativa gubernamental decidida y consensuada con los agentes sociales podría paliar. Por ello este análisis incluye la palabra supervivencia. La única estrategia viable para el turismo español es la definición y aplicación inmediata de medidas que permitan a las empresas grandes, medianas y pequeñas sobrevivir y mantener el empleo turístico, de modo que superado el período temporal de la pandemia, puedan aprovechar desde el primer momento la recuperación.

Esté análisis es dramático pero no pesimista. Hay capacidad de respuesta del sector, muestra de ello son las iniciativas de empresarios individuales que, como en el 11-M, están dando respuesta a la situación y provocan un movimiento solidario de todo el sector. Sólo se precisa que los responsables públicos definan la estrategia y el marco de actuación y los representantes institucionales lideren la respuesta.

Por otro lado esta situación servirá para que los poderes públicos y la sociedad española tomen conciencia definitiva de que sin la actividad turística la economía española difícilmente sobrevivirá en su nivel de bienestar actual.