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De Punta Cana a Marbella: las lunas de miel se trasladan del Caribe a las costas españolas

El 40% de las parejas que habían contratado el viaje con una agencia han optado por no viajar al extranjero

Vista de un chiringuito en la playa del Cable en Marbella (Málaga)
Vista de un chiringuito en la playa del Cable en Marbella (Málaga)larazon

Los novios que tenían previsto darse el “sí quiero” durante el estado de alarma han tenido que hacer un doble esfuerzo de planificación. Si la celebración de una boda ya conlleva de por sí un sinfín de preparativos, la crisis del Covid-19 ha hecho que miles de parejas tengan que adaptar todos sus planes nupciales en función de las fases de desecalada y la apertura de fronteras. La celebración de enlaces estará permitida desde la fase 2 (25 de mayo, con variaciones en función de cada provincia), aunque con limitación de asistentes y respetando el distanciamiento social. A partir de la fase 3 (8 de junio) el número de invitados podrá ser más amplio y a finales de junio se alcanzará la “nueva normalidad”. No todos las parejas están dispuestas a celebrar su enlace sin abrazos de enhorabuena, por lo que buena parte de las bodas de primavera y verano han quedado pospuestas hasta otoño, y con ello, las lunas de miel. Los viajes a destinos paradisíacos como Punta Cana, las Maldivas, Costa Rica o la Riviera Maya dependen de la apertura de fronteras entre continentes y no todos los clientes quieren esperar. Por ello, según la experiencia de la agencia Felices Vacaciones, el 40% de los españoles que habían optado por disfrutar de una luna de miel en el extranjero han decidido cambiarla por un viaje dentro del país.

El turismo nacional es la opción más viable para poder disfrutar de una luna de miel este verano y otoño. Aunque la apertura de fronteras europeas parece algo más cercana, las lunas de miel ofertadas por agencias de viajes suelen traspasar esos límites. José Miguel Gomis y Pablo Díaz , profesores de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Cataluya, preveían ya el pasado mes de abril que las restricciones de movilidad y las dificultades económicas ocasionadas por el coronavirus reavivasen el turismo con aires de los años 70. Sí, el de la España de alpargata que hacía malabares para cargar en el 600 todos los bártulos necesarios y emprender su aventura vacacional hacia las costas españolas, aunque con las comodidades de los transportes actuales.

Los novios no llegarán al destino de su luna de miel en coche, pero sí optarán por las playas e islas nacionales. Los destinos más solicitados según Felices Vacaciones están siendo Formentera, Ibiza, Lanzarote o la Costa del Sol, donde despuntan Nerja, Marbella y Málaga. El 60% restante de parejas que tenían contratada su luna de miel fuera del país, a pesar de poder realizarla en España, continúan esperando a que sea posible viajar al extranjero para poder hacer la ceremonia con sus seres queridos y emprender por fin el viaje de novios a los destinos habitualmente más populares, como Maldivas, Nueva York, Riviera Maya o Tailandia.

¿Reembolso o bono canjeable?

Este tipo de viajes suelen ser contratados como paquetes vacacionales en una agencia. El Gobierno aprobó un real decreto en el que se permite que, para contratos de viaje combinado que hayan sido cancelados por el minorista con motivo del Covid-19, el organizador pueda entregar al consumidor o usuario un bono para ser utilizado dentro de un año desde la finalización de la vigencia del estado de alarma y sus prórrogas, explica Reclamador.es. Solo si el consumidor no utiliza el bono en el plazo de un año, deberán reembolsar el precio del viaje al consumidor. De ser el cliente el que decide cancelar este servicio por la crisis sanitaria, se le entregará el bono, pero la agencia solo procederá al reembolso si recibe previamente las cantidades correspondientes de los proveedores.

¿Y la diferencia de precio?

Las agencias dependen realmente de los proveedores para gestionar los bonos canjeables y poder ofrecer otras opciones a las parejas cuyas bodas hayan sufrido alternaciones por la crisis del Covid-19. En el mejor de los casos, el viaje contratado originalmente está gestionado por un mayorista que tiene su propia aerolínea y que ofrece otros transportes a diversos destinos. Los novios que se encuentren en este supuesto podrán cambiar su luna de miel a un destino español para no tener que retrasarla hasta la apertura de fronteras. Si el coste es inferior al viaje original, se generará un bono para gastar en otros viajes durante el periodo de un año desde que es entregado. Ahora bien, los operadores de esta agencia nos explican que, si el bono depende de una aerolínea que no ofrece transportes dentro de España, la luna de miel tendrá que posponerse hasta la apertura de fronteras. Por ejemplo, los viajes a las Maldivas son gestionados por la aerolínea Emirates, por lo tanto, el bono solo se podrá gastar en destinos de la aerolínea, que se encuentran fuera de las fronteras españolas y de las europeas.

Las parejas que decidieran contratar el alojamiento, el transporte y las actividades por separado y que quieran recuperar el dinero, podrán solicitar la devolución de las cantidades ya abonadas o un bono, aunque hoteles y aerolíneas deben ofrecer ambas opciones, señaló la Comisión Europea. En relación a aerolíneas sin sede en la Unión Europea, que realizan vuelos internos en el país de destino y que se rigen por el Convenio de Montreal, por ejemplo en el caso de aerolíneas con sede en Asia, la reclamación es más complicada, puesto que, pese a que el viajero puede ponerse en contacto con la compañía aérea para solicitar su dinero, no podrá pedir que se ejecute el pago si la compañía aérea no procede a realizar el reembolso, apunta Reclamador.es.