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Los españoles se lanzan a la compra de piscinas ante el riesgo de perder sus vacaciones de verano

Las compras comienzan antes de lo habitual y la mayoría se producen vía online. Los clientes se ajustan el cinturón y optan por las piscinas desmontables antes que las de obra

Dos niños bañándose en una piscina
Dos niños bañándose en una piscinalarazon

Los territorios alejados de la costa se verán doblemente penalizados este verano. El desplazamiento entre provincias no está permitido hasta la “nueva normalidad”, por lo que la sombrilla, la nevera azul con asas blancas, las palas y los cubos de los niños se quedarán guardados en casa una parte del verano.

Los habitantes de Madrid, donde la desescalada está teniendo un ritmo más pausado al ser el epicentro de la pandemia en España, tardarán más en “colonizar” las costas españolas. La apertura de piscinas comunitarias y municipales también sigue en el aire. Ante este escenario de incertidumbre, algunas personas han decidido tomar las riendas de sus vacaciones y trasladarlas al jardín de su casa. La contratación de piscinas de obra y, sobre todo, la compra de piscinas desmontables, se ha disparado en las últimas semanas, convirtiendo a este sector en uno de los menos afectados por la crisis sanitaria.

“Estamos recibiendo muchas llamadas de gente que se va a quedar sin vacaciones y quiere destinar ese dinero a arreglar su parcela”, señala Óscar Ortiz, técnico de Piscitec, empresa madrileña de construcción de piscinas de obra.

Preguntan por presupuestos y se decantan sobre todo por los modelos desmontables. Cristian, director de Natur Clara, apunta que las ventas se han disparado un 50% en comparación con el año pasado. La popularidad de las piscinas desmontables ha superado a las de obra, ya que su precio suele ser bastante más económico y “ronda en torno a los 1.000 euros”. Su instalación no dura más de una semana, aunque su duración es tan solo de cuatro años de media. Pero hay opciones para todos los presupuestos, incluso los más bajos.

A por las opciones más económicas

Los dos modelos de piscinas desmontables más vendidos por Leroy Merlin cuestan apenas 149 euros y 229 euros. La empresa de bricolaje y construcción, tan solo en el mes de mayo, ha notado un incremento del 150% en las ventas de piscinas desmontables, pese a que buena parte de las tiendas están cerradas a particulares. Fuentes de la compañía explican a LA RAZÓN que, lo realmente llamativo, es que estas compras se han activo antes de lo habitual. La mayoría de las ventas se han producido vía online y telefónica. Amazon, el gigante del comercio online, también está experimentando esta tendencia. En el top cinco de los productos más vendidos de la sección “Jardín” se cuelan cuatro piscinas y en la posición número seis, una tumbona plegable con la que complementar las vacaciones en casa.

Natur Clara, que además ofrece servicios técnicos, también está viviendo una época dorada gracias a los clientes que han decido rehabilitar la piscina que tenían descuidada. “Ahora quieren tener su piscina perfecta porque no saben si se van a ir de vacaciones”, añade su CEO. Por este motivo, el sector dedicado a la venta de productos para el mantenimiento de las piscinas tampoco va a pasar apreturas esta temporada. Productos QP S.A. se dedica principalmente a vender y distribuir estos artículos entre tiendas de piscinas, bricolaje o supermercados como Carrefour. “Pese a que las dos primeras semanas del confinamiento no hubo pedidos, a partir de la tercera se animó la venta y estamos a niveles del año pasado”, explica su director comercial Luis Calvo. Los productos más solicitados están siendo desinfectantes y químicos en envases pequeños para uso privado. El objetivo es adecuar las piscinas al verano tan atípico que está por venir. Esta compañía también vende alrededor de 9.000 piscinas prefabricadas al año y aseguran que, en apenas 15 días, se quedarán sin “stock”. “La competencia ya las ha agotado”, añade Calvo.

Propietarios endeudados

La otra cara de la moneda es la de los propietarios de piscinas que ven acercarse el verano más duro de su historia. José Manuel Pérez, gerente de la escuela de natación Aquasport, afirma con rotundidad que no tienen perspectivas de abrir hasta septiembre. E incluso para entonces, si la vuelta a los colegios se vuelve a postergar, las piscinas seguirán sufriendo otros cuantos meses de sequía económica. Al tratarse de piscinas climatizadas su temporada alta fue en invierno, pero la época estival también les supone una importante fuente de ingresos gracias a los cursos de los campamentos de verano y a la población de la tercera edad. Precisamente, al tratarse de una piscina climatizada, las facturas simplemente de gas ascienden a 4.000 euros mensuales, por lo que abrir para un aforo reducido no es una opción viable. Esta empresa ha tenido que pedir dos créditos ICO por un valor total de 120.000 euros que se suman a su hipoteca actual. “Durante un año no vamos a tener ingresos decentes y nos han endeudado otra vez”, alerta Pérez.