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«El impuesto a los ricos de Iglesias es una pantalla para exprimirnos a todos»

Javier Fernández-Lasquetty, consejero de Hacienda y Función Pública de la Comunidad de Madrid, pide un fondo nacional no reembolsable para hacer frente al impacto del coronavirus

Javier Fernández-Lasquetty, consejero de Hacienda y Función Pública de la Comunidad de Madrid
Javier Fernández-Lasquetty, consejero de Hacienda y Función Pública de la Comunidad de Madridla razonLa Razón

Javier Fernández-Lasquetty reapareció en el primer plano de la política madrileña el verano del año pasado cuando Isabel Díaz Ayuso le nombró consejero de Hacienda y Función Pública. Estuvo al frente de la Sanidad de la Comunidad entre 2010 y 2014. Después, se marchó a Guatemala, donde fue vicerrector de la Universidad Francisco Marroquín, y regresó en el primer semestre de 2019 para convertirse en jefe del gabinete de Pablo Casado. Su hoja de cargos y responsabilidades institucionales y académicas es larga.

– ¿Están tiritando en estos momentos las arcas de la Comunidad de Madrid?

Las cuentas estaban saneadas, pues acabamos 2019 con el menor endeudamiento de los últimos 16 años y dentro del límite permitido. Pero han sufrido y seguirán sufriendo el impacto enorme del gasto generado por el coronavirus, principalmente por la atención médica y hospitalaria, pero también por la merma de ingresos. Estimamos que el coste no será menor de 2.500 millones de euros, de ellos 500 en el capítulo sanitario. Dado que estos costes están ocasionados por una desgracia imprevista, es por lo que pedimos un fondo nacional no reembolsable.

– ¿Qué hay que hacer para fortalecer esas cuentas?

– Demandamos un dinero extra para hacer frente a estos desembolsos excepcionales. Respecto a las demás partidas, queremos acabar el año lo más cerca posible del déficit cero, sin que dejen de funcionar, ni disminuir sus coberturas y calidades, todos los servicios públicos.

– Lo que ha hecho el Gobierno de Sánchez hasta ahora parece no satisfacerle.

– Se ha limitado a adelantarnos algún dinero que hubiéramos recibido con y sin virus, pero que no resuelve el problema. Después, nos ha aportado 107.000 millones de fondos supuestamente extras para Sanidad, Servicios Sociales y Vivienda, pero nos ha quitado 140.000 millones de políticas activas de empleo, por lo que el balance es de menos 33.000 millones. Ahora, ha anunciado ese fondo extraordinario no reembolsable, que es lo que venimos pidiendo desde el principio. Exigimos que sea adicional, que no esté condicionado a la puesta en práctica de políticas que marque el Ejecutivo, que sea suficiente y que se distribuya de acuerdo a unos criterios que contemplen sobre todo al gasto sanitario en relación a personas afectadas por la enfermedad. Las intenciones que han transmitido parecen correctas, pero hay que verlas plasmadas en un decreto ley.

– Sí, pero me parece colegir de sus palabras cierto escepticismo...

– Espero que cumplanla palabra dada, aunque ver para creer.

– ¿Cómo están yendo los nuevos mecanismos para captar fondos?

– Nos hemos visto obligados a poner nuestra imaginación en marcha y tratar de diseñar y articular vías nuevas para captar financiación sin superar el nivel de endeudamiento previsto. Dado que había que abonar una enorme cantidad de facturas y no queríamos que los proveedores sufrieran –en estos momentos, nuestra media de pago está en 26 días– hemos logrado liquidez mediante sistemas diferentes. Uno de ellos ha sido el bono sanitario que hemos lanzado con Mapfre. La compañía lo ha comprado y luego lo ha distribuido entre sus clientes con una prima mayor a la que nos ha cobrado, por lo que hay que agradecer, la aportación que ha hecho. En segundo lugar, hemos acudido, por primera vez, a financiación del Consejo de Europa, con un interés muy inferior al de mercado. También hemos sido pioneros en la emisión de bonos verdes destinados a financiar el transporte público no contaminante, lo que nos ha permitido llegar a inversores que habitualmente no apuestan por nuestra deuda. A través de estas vías, hemos ingresado mil millones de euros.

– ¿Teme verse abocado a un cambio de política fiscal?

– La subida de impuestos nunca es la respuesta y menos en un momento de crisis tan brutal como ésta. Si a esta coyuntura tan mala le añadimos el ingrediente de una subida masiva de impuestos como el otro día dio a entender el vicepresidente del Gobierno, sin que nadie le haya desmentido, le economía se va a convertir en un agujero que se va a tragar miles de empresas y millones de empleos. El impuesto a los ricos que propugna Iglesias es una pantalla para exprimirnos a todos a través del IRPF y del IVA. La Comunidad de Madrid no va a ir por ahí ni va a consentir que se nos pretenda obligar a subirlos.

– ¿Qué inversiones planificadas se van a quedar para mejor momento?

– Las de educación y metro continúan. En cambio, no se está avanzando en los grandes proyectos sanitarios porque los hospitales están hasta arriba. Si se van a levantar tres nuevos centros de salud y se está planeando el despliegue de una instalación preparada para convertirse en hospital de campaña en 24 horas.

Un plan industrial
La crisis sanitaria ha puesto en evidencia la debilidad de un país que carece de industria. «La Comunidad de Madrid –relata Fernández-Lasquetty– ya tiene un plan industrial en el que se ha venido trabajando con los agentes sociales y que ahora se está afinando para incluir al sector sanitario. Espero que muy pronto esté en marcha. Es bastante ambicioso. Se ha trabajado con los agentes sociales y ahora se está afinando teniendo en cuenta las debilidades que se han manifestado en la crisis».