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La ‘generación covid’, mejor formación, peor sueldo, igual precariedad

El Banco de España alerta sobre el empeoramiento de los salarios percibidos en los últimos años frente a las generaciones anteriores. Los mejor formados se llevan la peor parte

Sede del Banco de España en Madrid
Sede del Banco de España en MadridRubén MondeloLa Razón

Ser joven, ambicioso y con una mejor formación académica ya no es sinónimo de éxito. Al menos para lo que ya se conoce como “generación covid”, que agrupa a los jóvenes que se incorporan al mercado laboral pero lo hacen con peores perspectivas y salarios más bajos que las anteriores promociones. Así lo constata el Banco de España en un artículo analítico divulgado este lunes y en el que sus autores -Sergio Puente y Ana Regil- analizan las posibilidades laborales de estas nuevas generaciones, tomando de base las que disfrutaban las anteriores, cuando estas tenían una edad similar en función de sus salarios, el tiempo real trabajado y la temporalidad de los contratos. De este modo, han llegado a la conclusión de que la Gran Crisis financiera de 2008 provocó un “empeoramiento” de las rentas laborales anuales, sobre todo entre las generaciones más jóvenes, y una mayor rotación laboral entre aquellos y con una mayor temporalidad. Al cruzar la información sobre salarios con el tiempo efectivo trabajado, el estudio advierte de que “las rentas anuales medias han disminuido de forma generalizada”, si bien lo achacan a “cierto componente cíclico”.

Otra de las conclusiones estudio, que sólo tiene en cuenta a la población masculina por la menor participación de la mujer en el mercado laboral, es que los salarios reales medios percibidos a cada edad por los trabajadores más cualificados han caído a lo largo de las distintas generaciones, mientras que apenas han variado en el caso de los trabajadores de menor cualificación. Estas nuevas promociones “no parecen enfrentarse”, en términos de temporalidad, a un mercado de trabajo más precario que generaciones anteriores, pero sí que se observa una “clara tendencia estructural” hacia una menor duración de la jornada, algo que afecta a todos los grupos de edad y a todos los niveles educativos, pero con mayor intensidad entre “los jóvenes menos formados y con estudios medios”. Por tanto, el estudio quiere desmentir que en los últimos años se haya acentuado la precariedad laboral a lo largo del tiempo, “ya que esta estaba plenamente asentada desde 1993”, pero sí admite que “aquellos casos con contratos temporales sufren una mayor rotación” y la jornada a tiempo parcial “ha acelerado su ritmo de avance, especialmente entre los jóvenes con estudios medios y bajos”.

Conforme a las estadísticas que han manejado, constatan que el uso de la contratación temporal en España se disparó a partir de su introducción con el Acuerdo Económico y Social en el año 1984 y hasta 1993 “en todas las generaciones y para todos los niveles educativos y edades, fruto del cambio regulatorio” que lo posibilitaba, para estabilizarse después hasta nuestros días -salvo el paréntesis de la crisis de 2008-. También se ha reducido la duración de los contratos para los empleados con nivel alto de estudios, “con la excepción de los trabajadores de más edad, para los que oscila entre cinco y seis meses desde 2005”.

Por otro lado, certifica que los salarios medios mensuales que obtenían los trabajadores antes de cumplir los 30 años “eran similares a los recibidos por las generaciones anteriores, e incluso algo mayores en el caso de los trabajadores de baja cualificación”. Sin embargo, con la llegada de la crisis económica en 2008 y en años posteriores, éstos “dejaron de crecer con la misma intensidad” que antes “ante el incremento de la experiencia del trabajador, un fenómeno generalizado entre todas las generaciones y niveles educativos”, alerta el Banco de España. Así, este artículo explica que el salario medio mensual de los trabajadores con estudios bajos nacidos en 1967 superaba ligeramente los 1.000 euros al cumplir los 20 años, “incrementándose de manera progresiva, en consonancia con la acumulación de experiencia laboral”, hasta superar los 2.000 euros mensuales a la edad de 40 años. En el caso de trabajadores con estudios altos, un universitario nacido en 1967 recibía un salario medio de algo más de 2.500 euros al mes a los 30 años, cifra que aumenta hasta cerca de 4.000 euros a los 40 años.

Sin embargo, la crisis de 2008 lo cambió todo y “los salarios medios dejaron de crecer con la misma intensidad ante incrementos de la experiencia”, que algo que no ocurría hasta ese momento. Y pone un ejemplo clarificador: “Un trabajador con estudios altos nacido en 1977 recibía un salario medio a los 40 años (en 2017, es decir, una vez finalizado el período de crisis), sensiblemente inferior al percibido a esa misma edad por los nacidos en 1967. Mientras que los nacidos ese año tenían entre 30 y 40 años en el decenio 1997-2007 -un período expansivo-, los nacidos en 1977 tenían esa edad entre 2007 y 2017 -un periodo regresivo-.

Por tanto, el Banco de España sostiene que los salarios medios mensuales “presentaban una estabilidad intergeneracional bastante marcada, tan solo rota por ligeras subidas en el caso de los jóvenes menos formados y pequeñas bajadas en los trabajadores de mediana edad más cualificado”, algo que ya no sucede de forma generalizada.