Empresas
Más de la mitad de las empresas familiares no ve una recuperación hasta 2022 o más allá
Casi la mitad no podrá hacer inversiones en 2021, aunque el 63% espera mantener el empleo. Solo el 1% cree que la recuperación económica será intensa
La crisis del coronavirus va a marcar el XXIII Congreso Nacional de la Empresa Familiar. El lema elegido lo dice todo: “La fuerza de la recuperación”. Patrocinado por KPMG y Banco Santander, el congreso abarcará todos prismas de una pandemia que ahora lo marca todo, como la experiencia de las empresas durante la pandemia, el movimiento #DamosLaCara, la situación económica, las expectativas de recuperación, la evolución de la crisis sanitaria o el compromiso y el propósito de las empresas familiares ante todos estos nuevos retos, entre otros asuntos. Inaugurado por su Majestad el Rey Felipe VI, esta edición del congreso ha estado condicionada por la crisis sanitaria por lo que se celebra sin sede física y en un formato virtual, seguido de manera telemática por los 900 empresarios familiares inscritos en el congreso, entre miembros del IEF y de las Asociaciones Territoriales de Empresa Familiar vinculadas al Instituto de la Empresa Familiar.
El Rey reclamó en su discurso inaugural -celebrado en Casa América- la unión de instituciones, empresas y familias para superar esta crisis. “Tenemos que unir fuerzas entre todos y las empresas familiares son fundamentales para lograrlo”, destacó. También quiso realzar los “valores" que siempre han demostrado este tipo de empresas, “que han sabido estar siempre a la altura de las circunstancias, y más aún ahora con la crisis que sufrimos con el covid-19″. Por eso, el monarca pidió que el país “necesita seguir contando con vosotros para poder seguir adelante y superar esta crisis”. Don Felipe, que ha estado acompañado por el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha resaltado que estas empresas son “un pilar fundamental” de la sociedad y tienen un papel fundamental en la recuperación económica gracias a su experiencia en “afrontar y superar crisis precedentes”.
Durante la apertura del foro, el presidente del Instituto de Empresa Familiar, Marc Puig, ha agradecido la presencia del Rey y ha valorado el fundamental papel de la Corona “en un momento como este”. También abogó por salir de la crisis con un nuevo modelo de desarrollo centrado en la inclusión y abrazando la protección del medio ambiente. “La empresa debe crear simultáneamente prosperidad económica y valor social”. Puig insistió en que el lema elegido para el congreso es el mensaje que se quiere transmitir a la sociedad y a las instituciones, que las empresas familiares “somos imprescindibles para llevar adelante el proceso de relanzamiento, recuperación y transformación que tiene que abordar nuestro país”. Asimismo, destacó que la empresa familiar gestiona de manera distinta su negocio, con la voluntad de que permanezca, y destacó que son compañías “más resilientes” a destruir empleo y tiene el “afán de la familia de proteger la reputación y el legado”.
En este congreso quiere ponerse de manifiesto que el sentimiento de los empresarios familiares va de la mano del empeoramiento de la evolución de la economía, como consecuencia del impacto de la pandemia y la segunda ola de contagios. En esta coyuntura, "las empresas están enfocadas en conseguir mejoras operativas para ser más eficientes y en impulsar su transformación digital”, según estima Miguel Ángel Faura, socio responsable de Empresa Familiar de KPMG en España, para el que “las medidas laborales, fiscales y financieras llevadas a cabo por las administraciones públicas han permitido frenar el impacto del parón económico”. A pesar de ello, cree que las empresas deben “anticiparse a un año 2021 complejo, revisando sus compromisos de deuda y considerando alternativas de refinanciación”, al mismo tiempo que adaptan su producción al nuevo nivel de demanda y aprovechan oportunidades que pueden surgir en el nuevo entorno, como el acceso a los fondos del Plan de Recuperación para Europa. Para Faura, "la vocación de largo plazo de las empresas familiares y su conexión con las comunidades donde están presentes hace que sean más resilientes a las crisis económicas y, por tanto, su actividad es estratégica para apuntalar la recuperación económica. Estamos presenciando cómo la pandemia ha acelerado varios años la implementación de la transformación digital en las empresas familiares, tanto en la digitalización de sus operaciones como en la adaptación de su oferta a un consumidor más digital, así como en la formación y orientación de sus plantillas a la nueva realidad”, defendió.
Como hacen en cada edición, este congreso presenta los resultados de su encuesta empresarial, que abarca toda una visión económica del escenario de recuperación de la crisis. Según sus resultados, la valoración de la situación económica actual -con un baremo de 0 a 9- ha obtenido un resultado de 4,1, una nota que no era tan baja desde el año 2013, en pleno pico de la anterior crisis financiera. Además, el 68% de los empresarios encuestados ve un crecimiento frágil de la actividad, en la que no habrá creación de empleo; un 31% ve un moderado aumento de la actividad con una limitada creación neta de empleo; y solo un 1% cree que el crecimiento será intenso. En cuanto a la previsiones para 2021, solo un 31% de los empresarios familiares prevé un aumento de las ventas, un 42% las ve iguales al pasado año y un 27% las reducirán. Asimismo, el 63% espera mantener los niveles de empleo actuales el próximo año, el 27% reducirá la plantilla y únicamente el 10% la incrementará. En lo que respecta a la inversión, el 21% no lo hará por no tener beneficios, el 58% lo reinvertirá en la empresa; el 12% disminuirá deuda; el 7% buscará nuevos mercados y solo el 2% repartirá beneficios. Casi la mitad de estos empresarios, el 48%, reconoce que no realizará inversiones en 2021.
En un segundo bloque de la encuesta, sobre el papel de la empresa en el horizonte de la recuperación, los empresarios han colocado por orden de importancia cómo creen que deberían centrarse los fondos europeos de reconstrucción: infraestructuras, digitalización y nuevas tecnologías, transición energética y crecimiento sostenible, educación y formación y modernización de la Administración.
En un tercer bloque sobre el impacto de la pandemia, a la pregunta de cuándo esperan recuperar los niveles de facturación precovid, la disparidad es absoluta: el 22% cree que en el primer semestre de 2021; el 25%, en el segundo; el 27% en el primer semestre de 2022; y un 26% se van al segundo semestre de 2022 o más allá. Por tanto, más de la mitad de las empresas familiares (53%) no ven un horizonte de recuperación económica antes de dos años. Sobre las medidas necesarias para salir de la crisis, los empresarios apunta cuatro: reformas estructurales de calado, acuerdos políticos, aprovechamiento eficiente de los fondos europeos y soluciones sanitarias. Respecto a las medidas que han tomado estos meses, el 56% ha hecho un ERTE; el 18% ha reducido jornadas o salarios, el 71% ha implementado el teletrabajo, el 55% ha adaptado su estructura productiva, el 30% se ha endeudado y el 37% ha reducido inversiones y contrataciones.
En el cuarto bloque, dedicado al relevo generacional en las empresas familiares, el 60% tiene un plan de relevo en la dirección de la compañía, pero el 40% no lo tiene.
EL quinto, dedicado al impacto de la pandemia en estas empresas, refleja que el 38% ha reducido su facturación entre un 0% y un 15%; un 21% lo ha hecho entre un 16% y un 30%; un 16%, entre un 31% y un 45%; un 10%, más del 45%; y solo un 15%, la ha aumentado. Si de lo que se habla es del empleo durante estos meses de pandemia, el 67%, la gran mayoría, ha reducido sus plantillas, por contra solo un 18% la ha aumentado.
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