Entrevista

Sánchez Llibre: «La lealtad institucional hace demasiado tiempo que no existe»

El presidente de la patronal catalana, Fomento del Trabajo, asegura a LA RAZÓN que sin generar riqueza no es posible redistribuirla y salir de la crisis. Por ello pide la implicación de las administraciones para salvar inversión y empleo

Josep Sánchez Llibre, presidente de Fomento del Trabajo
Josep Sánchez Llibre, presidente de Fomento del TrabajoMiquel GonzalezShooting

Josep Sánchez Llibre cumplió hace unos días sus primeros dos años como máximo responsable de la patronal catalana, Fomento del Trabajo. Dos años en que ha vivido lo más duro de las secuelas económicas de dos crisis históricas en Cataluña: la generada por el proceso secesionista y la consiguiente fuga de empresas y la actual provocada por el coronavirus.

¿Estamos al final de un año para olvidar para las empresas españolas y también catalanas?

Realmente 2020 ha sido un mal año, un año perdido. La irrupción totalmente inesperada de la COVID-19 ha supuesto un auténtico terremoto sanitario, económico y social. Quiero resaltar, sin embargo, el enorme esfuerzo de todo el sector productivo español para minimizar el impacto económico que ha provocado la COVID-19. Esfuerzo que, necesariamente, requerirá medidas concretas del Gobierno para que 2021 no sea otro año perdido y empecemos a recuperarnos económicamente con la mayor solidez posible.

¿Qué espera del nuevo año para la economía?

El año 2021 empieza con una muy buena noticia: tenemos vacuna. Sin duda ésta es la gran esperanza para empezar a normalizar la situación. Entre todos deberemos hacer posible que el efecto positivo de la vacuna vaya acompañado de la reactivación de nuestra economía. En este sentido, pensar que la vacunación masiva resuelve todos los problemas sería un error. Para recuperar empresas y empleo hay que ayudar a los sectores productivos que han sufrido con más dureza la situación generada por la pandemia. La salud requiere vacuna, la economía, estímulos económicos y fiscales para que también se recupere. Espero que empecemos a notar con fuerza mayor actividad y recuperación de empleo.

¿Cómo valora la actuación del Gobierno de Pedro Sánchez ante la pandemia, un Gobierno con dos almas, la socialista y la podemita?

Reconozco la dificultad de gobernar cuando irrumpe de repente un virus desconocido y con tanta virulencia. Al inicio no se tenían datos ni información suficiente para tomar medidas con garantía de eficiencia. Esto ha ocurrido en todos los gobiernos del mundo, también en el nuestro. Es cierto, y hay que reconocerlo para corregir errores y actitudes, que el Gobierno no ha tenido una sola voz, y no ha conseguido el consenso deseable con los Grupos Parlamentarios, ni una relación fluida con los gobiernos autonómicos, como hubiera sido deseable. Con demasiada frecuencia se escuchan voces discrepantes dentro del Gobierno, como ocurre en Cataluña, y cuando se piden esfuerzos y sacrificios a la ciudadanía, esta no es una buena forma de gobernar y de tener la necesaria confianza de la sociedad. Se debe hacer un esfuerzo en mejorar el diálogo y crear espacios de consenso. Es lo que creo que espera la sociedad de nuestros políticos.

¿Y la del Gobierno de la Generalitat, primero con el presidente Joaquim Torra al frente y ahora con Pere Aragonés?

Lo he anticipado en la anterior respuesta. En Cataluña hace demasiado tiempo que asistimos a un enfrentamiento duro entre los partidos que conforman el Govern de la Generalitat. El president Torra ya es pasado, un pasado que es mejor superar cuanto antes. Ahora vivimos con un Govern que podríamos definir de interino. Las próximas elecciones deben acabar con esta situación y centrarnos en la gobernación. Esperamos que del próximo Parlament de Cataluña pueda surgir un gobierno fuerte y estable, es lo que necesitamos cuanto antes.

¿Qué necesitan ahora las empresas de forma prioritaria tras nueve meses de pandemia y cuando se anuncia la llegada de una vacuna?

Las empresas necesitan, en primer lugar, estabilidad política y lealtad institucional, que hace ya demasiado tiempo que no existe. Necesitan también que toda la política económica, fiscal y laboral se oriente prioritariamente a reflotar nuestro tejido empresarial y a recuperar inversión y empleo. La tranquilidad y sosiego que aporta la vacuna han de ir acompañadas de medidas que curen el daño causado a la economía. Necesitamos un Gobierno valiente que sepa estimular la capacidad y potencial de nuestro sistema productivo, que es mucho, como ha demostrado en numerosas ocasiones.

¿Qué medidas económicas ha echado y echa en falta en estos momentos, tanto en toda España como en Cataluña específicamente?

He insistido, desde Fomento de Trabajo Nacional, en la urgente necesidad de inyectar dinero, no créditos, a las empresas y sectores viables para que se recuperen de la situación actual, mantengan el empleo y activen de nuevo sus planes de inversión. Nada distinto a lo que se ha hecho en los países de la UE, como Alemania, Francia o Italia. Por otra parte, actuando con las medidas que he citado hasta ahora, reactivaríamos nuestras exportaciones, que durante los últimos años han dinamizado mucho nuestra economía. Es preciso elaborar planes de choque para los sectores que han quedado más perjudicados, me refiero a turismo, hostelería, restauración, transportes, comercio, cultura y deporte. En Fomento cuantificamos estos planes de choque en 50.000 millones de euros.

En alguna ocasión ha reclamado más ayudas directas para las empresas. Con el déficit y la deuda actuales, ¿de dónde saldría el dinero?

En estos momentos lo que generaría más déficit y deuda pública es dejar caer empresas y autónomos, con el consiguiente aumento del desempleo. No debe asustarnos incrementar la deuda pública si es para reflotar empresas y empleo. Sería dinero bien empleado, ya que al mantener e incrementar la actividad productiva generaría ingresos a las arcas públicas en forma de impuestos. Si no actuamos así, la desaparición de empresas y el incremento del desempleo también aumentan el déficit, con el agravante de que disminuyen los ingresos al Estado por impuestos, al reducirse la actividad económica. Decía antes que el Gobierno debe ser valiente, confiar en nuestro potencial productivo y exportador y poner el sistema fiscal al servicio de la inversión y el empleo, que en modo alguno es incompatible con la redistribución justa de la riqueza, al contrario. Sin crear riqueza no hay redistribución justa. Hoy, con las políticas del Banco Central Europeo, no debe preocuparnos tanto el déficit, sobre todo si es utilizado para apuntalar empresas. En consecuencia, habría que emitir más deuda pública, aprovechar parte de los 140.000 millones de euros de Next Generation, aplazamiento y condonación de impuestos y finalmente, buscar equilibrios entre los créditos ICO y posibles condonaciones. Hay que buscar la fórmula que determine cuál ha de ser el grado de condonación de los créditos ICO para garantizar la viabilidad de la empresa, y habrá que reestructurar la deuda empresarial. Por último, buscar mecanismos alterativos para Pymes y autónomos que no solicitaron créditos ICO. No quiero olvidarme de la necesidad de ir aflorando paulatinamente la economía sumergida. Como le decía, hay que poner valentía.

¿No le preocupan los 1,3 billones de deuda pública actuales que, además, aumentarán en los próximos meses?

Claro que me preocupan, lo contrario sería irresponsable. Pero me preocupa aún más incrementar la deuda, como he dicho antes, de forma improductiva, dejando caer empresas. Nuestra economía no puede caer más, o la recuperación tardará demasiado tiempo. Todo esfuerzo para este objetivo es poco.

Desde Fomento han reclamado públicamente una «evaluación de las políticas públicas». ¿Qué medidas proponen en concreto?

El laboratorio de ideas de Fomento del Trabajo Nacional, el Instituto de Estudios Estratégicos, acaba de publicar un documento que habla de la necesidad de evaluar nuestras políticas públicas, en el marco de la indispensable y urgente reforma de nuestras administraciones. Debemos hacerlo para que el dinero del fondo Next Generation llegue a España. Es necesaria una evaluación antes para recibir los fondos. ¿Cómo se hace esto? Por ejemplo, dotando de los medios necesarios a la AIReF y al Tribunal de Cuentas, organismos independientes, para que puedan realizar sus informes a tiempo real. Es imprescindible, en un país con una economía moderna como el nuestro, evaluar a tiempo la eficiencia de la gestión de nuestras administraciones. Entre otras cosas nos permitiría medir la rentabilidad, o no, de nuestras inversiones públicas. Actualmente nuestras administraciones, en muchos casos, son un freno a la competitividad de nuestra economía, cuando debería ser al revés. Es imprescindible, en un país con tanta producción normativa, más y mejor coordinación de todos los niveles de la administración pública, evitar duplicidades y digitalizar. Nos jugamos mucho en esto.

¿Cómo se mejoraría la calidad institucional que reclaman para que se pueda favorecer el crecimiento económico?

La necesaria confrontación de proyectos políticos y el consiguiente debate ideológico deben transcurrir sin menoscabar el papel institucional de nuestra arquitectura constitucional. Nuestra clase política actual debe hacer un esfuerzo para preservar la neutralidad que deben tener las instituciones. Las instituciones son encarnadas por personas, que deben en todo momento preservar la función que el ordenamiento jurídico les asigna. Si no es así, crece la desconfianza en la política por parte de la ciudadanía, situación que ha de evitarse para que se genere la máxima complicidad entre política y ciudadanos. Aquí es importante que los políticos hagan un esfuerzo de situar el debate en cada momento en el lugar adecuado. No hace falta que insista en la imprescindible lealtad institucional, me parece una obviedad.

¿Qué piensa sobre la voluntad del Gobierno de volver a subir, ahora o más adelante, el Salario Mínimo Interprofesional?

Ahora mismo este no es el debate. El debate ha de centrarse en mantener y aumentar el empleo. En Fomento apoyamos la última subida del salario mínimo. Es más, en el primer documento de nuestro «Think Tank», abogamos por un nuevo pacto social en Europa que ayudara a reformular el capitalismo con el objetivo de reducir la injusta desigualdad generada por la crisis de 2008, proponiendo, entre otras cosas, revisar los criterios actuales en la distribución de las rentas, y que quizás era hora de retribuir más al trabajo que al capital. Ahora es prioritario, insisto, mantener y crear empleo. Tan pronto como veamos con claridad que hemos iniciado una recuperación sólida de nuestra economía, hablaremos del salario mínimo. Hay que saber fijar prioridades y no abrir debates a destiempo.

El vicepresidente Pablo Iglesias dijo en una ocasión que «a la izquierda le iría mejor si en lugar de paraísos para los parias de la tierra, prometiera un buen infierno rojo para los ricos». ¿Qué tiene que decir ante eso?

Nada. No comento comentarios que no conducen a ninguna parte y que significan concesiones al populismo.

Fomento defiende ahora la supresión del impuesto sobre el patrimonio, ¿por qué? ¿Cree que es un impuesto inconstitucional y expropiatorio?

El impuesto del Patrimonio es claramente confiscatorio. Grava rendimientos económicos que ya han tributado a través del IRPF, y que actualmente su importe supera las rentas generadas, por eso no existe en ningún país de la UE, y por eso es inconstitucional. Fomento del Trabajo solicitará formalmente al Defensor del Pueblo que presente recurso ante el Tribunal Constitucional. El discurso de mantener el impuesto para que paguen los más ricos es del siglo XIX y con tintes populistas. Nuestro sistema fiscal ya es progresivo, y, en todo caso, como dice la Constitución, la fiscalidad no puede ser confiscatoria. ¿Alguien es capaz hoy de obtener rendimientos patrimoniales del 1,2 o 3′5% como para pagar el impuesto que lo grava? Fíjese en los rendimientos negativos que han tenido las letras a 12 meses: - 0′58%; los bonos a 3 años: - 0′53% o los bonos a 5 años: -0′40%. A la iniciativa de Foment de solicitar al Defensor del Pueblo que interponga recurso de inconstitucionalidad se han sumado CEOE, CEIM, Confemetal, CEOE de Aragón y la Confederación Valenciana.

¿Sería partidario de una armonización fiscal a la baja y no al alza como reclama parte del Gobierno y algunos de sus socios, entre ellos ERC?

Este debate se ha planteado también mal y a destiempo. Desde el agravio comparativo no se puede orientar adecuadamente un debate. Le recuerdo al filósofo Daniel Innerarity cuando dice que la política consiste en «civilizar los sentimientos y evitar la confrontación de las pasiones». El gran debate es una reforma fiscal profunda, que garantice una justa distribución y estimule la actividad productiva e inversora. El debate generado sobre el «dumping» fiscal se resolvería eliminando el impuesto de patrimonio.

Como catalán y como empresario, ¿le gustaría que Cataluña aplicara unos impuestos similares a los que aplica Madrid?

Lo que me gustaría es que la administración pública sea eficiente y que haga sacrificios acordes con lo que pide a los ciudadanos, y me refiero no solo a Catalunya, sino a toda España. La fiscalidad debe adecuarse a la capacidad económica real de empresas, autónomos y particulares. No puede limitarse a calcular ingresos para simplemente cuadrar las cuentas públicas. Ya le he comentado anteriormente de la necesidad de una reforma fiscal profunda. De una vez por todas hemos de trabajar para que Madrid y Barcelona, o Barcelona y Madrid establezcan estrategias conjuntas para fortalecer a España en su conjunto. Dejemos de mirar de reojo y cooperemos más. Nuestro modelo está en Europa, y es en los países más avanzados en los que nos hemos de fijar.

¿Es partidario de reducir e incluso suprimir el impuesto de sucesiones?, ¿por qué?

El impuesto de sucesiones, aplicado de forma moderada y teniendo en cuenta siempre la capacidad económica del contribuyente, no me parece injusto. Hoy este impuesto tiene disfunciones, y la prueba está en la cantidad de herencias que son rechazadas por incapacidad económica del contribuyente a la hora de hacer frente a su pago. Es un impuesto razonable si se ajusta a tipos viables para el contribuyente.

¿Qué espera y qué pronóstico hace de las próximas elecciones catalanas? ¿Augura una nueva versión de un tripartito? ¿Le preocuparía?

Difícil pregunta. Está todo muy revuelto. Observo, eso sí, cansancio de la gente. Llevamos demasiado tiempo encerrados en un bucle que ha provocado cierta división en la sociedad. Es prematuro hacer hoy un pronóstico, falta auscultar bien cómo afecta la situación provocada por la pandemia y hacia dónde puede dirigirse el voto en una sociedad excesivamente tensionada por la política. En todo caso, lo que necesita Cataluña es un nuevo gobierno centrado en salir del bucle en el que estamos inmersos y en orientar sus políticas a recuperarnos económicamente. Y si me permite decirlo, también anímicamente.

¿Teme que el independentismo catalán vuelva a forzar la máquina y violente de alguna manera la legalidad como en el pasado reciente?

Creo que todos son conscientes hoy, o casi todos, de que violentar la legalidad no conduce a nada.

¿Qué pide a los Reyes Magos para 2021?

La recuperación de nuestra economía porque tenemos bien orientada la salud de todos, y la creación de empleo.

EMPRESARIO, POLÍTICO Y FOROFO

Josep Sánchez Llibre (Vilassar de Mar, Barcelona, 1949) es y ha sido, quizá no por este orden, empresario, político y forofo del Espanyol de Barcelona. Licenciado en Empresariales y Master por ESADE, es vicepresidente de Conservas Dani, la empresa familiar que preside su hermano Daniel, con presencia en varios países y más de 100 millones de facturación. Sánchez Llibre, durante un par de decenios, fue diputado en el Congreso, con un breve paso por el Senado, por Uniò Democrática de Cataluña, el partido, democristiano y catalanista moderado, que encabezaba Josep Antoni Durán i Lleida y del que era su número dos. Fue siempre una de las caras dialogantes y propicias a acuerdos de la política catalana. Futbolero impenitente, sus colores son los del Espanyol. Desde noviembre de 2018 preside la patronal catalana, Fomento del Trabajo Nacional.