Fiscalidad
Google se suma a Amazon y repercutirá a sus clientes la tasa digital
Cobrará a sus clientes un recargo del 2% en sus facturas relativa a anuncios
Al final, los vaticinios de los expertos y del sector que advertían de que la tasa sobre determinados servicios digitales, más conocida como “tasa Google”, la iban a pagar las empresas y los ciudadanos se está cumpliendo. Primero fue Amazon la que anunció el cobro por este motivo de un recargo a las compañías que venden a través de su plataforma para absorber su impacto. Y ahora es la compañía con la que se ha popularizado este impuesto la que ha seguido su estela. Google ha comenzado a informar a sus clientes de que, a partir del 1 de mayo, empezará a cobrar “nuevos recargos por los anuncios servidos en España y Francia”.
La compañía ha anunciado que incluirá un recargo del 2% en las facturas de los anuncios publicados “correspondiente a los costes operativos regulatorios que se aplican en el país”. Estos costes operativos regulatorios “se van a añadir para cubrir parte de los costes asociados al cumplimiento de la legislación que regula el Impuesto sobre Servicios Digitales en España y Francia”, ha informado la compañía a sus clientes.
Acuerdo global
Google, que ha asegurado que continuará pagando todos los impuestos que les corresponden tanto en España como en el resto de países en los que opera, ha pedido a los gobiernos que lleven una reforma fiscal internacional a nivel global en lugar de implementar impuestos unilaterales. En el mismo sentido se ha expresado también Amazon, que ha instado al Gobierno español a buscar una solución “global” en el seno de la OCDE en lugar de aplicar la tasa de forma unilateral.
La denominada “tasa Google” es nuevo impuesto por el que el Estado pretende obtener beneficios de las grandes empresas tecnológicas por servicios de publicidad en línea y venta de datos a partir de información proporcionada por el usuario. El impuesto afectará a las empresas que lleguen a facturar 750 millones de euros en todo el mundo y 3 millones en España. Algunas de las empresas afectadas serán Facebook, Amazon o Google, de ahí el nombre de este impuesto; Wallapop, por ejemplo, quedaría exenta, al facturar 3 millones de euros en España, pero no los 750 millones en todo el mundo que se requiere.
Desde que el Ejecutivo de Pedro Sánchez anunció su intención de aplicarlo con independencia de que hubiera o no acuerdo en el seno de la UE o la OCDE, desde el sector advirtieron de que se trata de una tasa que acabarían pagando las empresas y, por extensión, sus clientes. La patronal de las empresas tecnológicas, Ametic, presentó a finales de 2019 el estudio «Who will bear de Burden of DSTs?», elaborado por la Global Digital Foundation,cuya conclusión es que la tasa digital no sólo afectará a las grandes corporaciones como Google o Amazon a las que va dirigida, sino también a un conjunto más amplio de pequeñas empresas y, en última instancia, al consumidor que contrata sus servicios. El documento aseguraba que la tasa se basa en el uso de datos de consumidores y ciudadanos, «es previsible que el coste lo terminen soportando pequeñas empresas, autónomos, usuarios –especialmente aquellos con rentas más bajas– organizaciones sin ánimo de lucro u organismos públicos». Los cálculos de Ametic apuntan que el impacto del impuesto para estos colectivos sea de unos 500 millones de euros.
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