Récord histórico
Autónomos y empresas españolas pagan la luz más cara de Europa
La industria nacional abona el doble que la francesa un 30% más que la alemana. Los trabajadores por cuenta propia afrontan hasta un 50% más en el recibo. Las explotaciones agrarias, un 1.000% en los últimos años
La ola de calor que golpea a la península no da tregua y tampoco lo hace el precio de la luz. El mercado mayorista vuelve a superar todas las marcas históricas anteriores y el coste del megavatio hora alcanzará hoy los 115,83 euros, con lo que batirá el récord absoluto por cuarto día consecutivo y superará en un 1,6% al anterior, fijado ayer mismo en 113,99 euros. Si se compara con el que se pagó el segundo miércoles de agosto de 2020, 40,52 euros/MWh, prácticamente se ha triplicado, según datos del operador del mercado ibérico OMIE. Lo peor es que el valor mínimo será de 105,51 euros el MWh a las 5.00 horas de la madrugada, pero tocará máximos nunca vistos a las 21.00 horas, cuando la cota alcance los 130 euros MWh.
Y ante esto, el Gobierno mantiene su mutismo amparado por el periodo vacacional. Varias ocasiones tuvieron ayer los diferentes representantes del Ejecutivo en contestar a esta situación récord del mercado eléctrico, pero todos pasaron de puntillas, incluido el propio presidente del Gobierno.
Pero este mutismo solo provoca indignación generalizada, no solo en los hogares con la tarifa regulada (PVPC), algo más de 10 millones, a los que afectan directamente los desorbitados precios de mercado, sino a millones de empresas, pymes y autónomos que están empezando a sufrir graves problemas para afrontar el recibo eléctrico mensual, ya que estos precios mercantiles penalizan fundamentalmente a la industria –que es la principal consumidora eléctrica del país–, que ven cómo las medidas de contención de precios adoptadas por el Gobierno no pueden ser aplicadas en su beneficio. La razón es que la rebaja del IVA aprobada por el Gobierno del 21% al 10% no es aplicable a empresas, ya que se limita por debajo de los 10 kilovatios, y el 90% de las empresas y una gran parte de los autónomos mantienen contratadas tarifas por encima de esa cantidad.
En el caso de los trabajadores por cuenta propia, que suman 3.320.000 en España, es especialmente sangrante. «En el Consejo de Ministros de finales de junio se aprobó una bajada del IVA en la factura de la luz que, según ellos, iba a beneficiar al 72,5% de los autónomos. Pero se ha demostrado que no es así. Los que tienen locales contratan bastante más que los 10 kilovatios que ha marcado el Gobierno como el máximo para beneficiarse de esta medida», critica con dureza Lorenzo Amor, presidente de ATA. «¿Acaso una peluquería, o una heladería o una lavandería funcionan con menos?», se pregunta. «Para algunos puede ser ya la puntilla. Y si no se repercute en los consumidores, en los clientes, en los usuarios de los servicios antes llegará el cierre de unos negocios que ya no pueden más».
Un autónomo, dueño de un pequeño supermercado en Extremadura, pone un ejemplo de esta situación. «Me ha llegado la factura y me he llevado un disgusto. Voy a pagar tres veces más en comparación con la factura del año pasado, más del doble. Hemos pasado de 1.200 euros a 3.500 euros y como ahora he puesto el aire acondicionado se me va a ir a 5.000 euros».
La asociación UPTA cuantifica que el encarecimiento de la energía eléctrica disparará las facturas de los autónomos por encima del 30% de media, contando con los incrementos de este mes de agosto. «La desproporcionada subida de los costes energéticos tendrá una especial repercusión en aquellos autónomos con actividades económicas en las que se utilizan equipos de refrigeración para la conservación de productos».
En peor situación si cabe se encuentran las explotaciones agropecuarias, atadas de pies y manos. Los agricultores que utilizan la electricidad como fuente de energía para regar no pueden utilizar la doble tarifa y la doble potencia, ya que la actual ley les impide utilizarlas en función de las necesidades de suministro. Según denuncian, la factura eléctrica supone ya casi el 50% de los costes de producción de una explotación de regadío, con un incremento del 1.000% en los últimos años.
Tampoco se encuentran en una buena situación los grandes consumidores eléctricos españoles. Su patronal, Aege, advierte de que en estos primeros siete meses del año los precios de la luz han estado por encima de los de Alemania y Francia. Para las electrointensivas se estima un precio a fin de año en España de 88,36 euros el MWh, más del doble que el precio francés, que es de 40,39 euros el MWh, y superior en casi 30 euros el MWh al alemán, que es de 59,22 euros.
En los casos de Alemania y Francia, el incremento de precio de la luz experimentado en los mercados mayoristas ha sido también récord, pero no se ha trasladado ni a hogares ni a empresas. Esto se debe a las diferencias regulatorias y a los tipos de contratos más comunes en el mercado minorista de electricidad en estos países. Alemania no cuenta con precio regulado y Francia marca diferencias entre los consumidores que están en el libre mercado con los acogidos en el mercado regulado.
Portugal afronta los mismos importes desorbitados, dado que su territorio se encuadra en el Mercado Ibérico de la Electricidad (MIBEL), pero los consumidores lusos afrontan una presión fiscal mucho menor. Su Ejecutivo redujo el IVA del término fijo del recibo de luz y el gas del 23% al 6% en el año 2019. Y lo hicieron de forma generalizada para empresas y particulares, aunque con matizaciones según el consumo. España es el único que cuenta con un precio regulado dinámico. Así nos va.
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