La banca española pidió al BCE en septiembre 289.676 millones, 766 menos que el año pasado

Por segunda vez consecutiva en los últimos 12 meses, la banca española redujo en septiembre sus peticiones de fondos al Banco Central Europeo (BCE). Se hizo con un total de 289.676 millones de euros, 766 millones menos que el mes anterior, según los datos provisionales publicados hoy por el Banco de España. Si comparamos estos datos con el mes de septiembre del ejercicio anterior, la demanda de liquidez subió casi un 13%, ya que entonces se solicitaron 256.802 millones, después de crecer todos los meses.

Con el inicio de la pandemia de la COVID-19, el BCE anunció que ofrecería mayor liquidez a largo plazo a las entidades de forma temporal, a través de los préstamos llamados TLTRO, que son préstamos a largo plazo en condiciones ventajosas que se conceden a la banca para que inyecte capital en la economía en forma de créditos a empresas y familias. El BCE también aseguró que mejoraría las condiciones de los préstamos ya concedidos, con el fin de dar un apoyo “inmediato” al sistema financiero de la eurozona.

Gracias a esta medida, y desde marzo de 2020, la banca española aumentó mes a mes sus peticiones al BCE, excepto durante los meses de agosto y febrero; en marzo y en abril la demanda volvió a subir, si bien en mayo y en junio apenas lo hizo, en julio se reactivó y en agosto se mantuvo.

Deuda pública y bonos

Respecto al programa de deuda pública y bonos, que se reactivó en marzo de 2020 por parte del BCE, el saldo vivo creció de nuevo en septiembre, llegando hasta los 560.827 millones, mientras que la cifra de agosto fue de 551.220 millones. Por otro lado, en comparación interanual el crecimiento fue del 30%, o lo que es lo mismo, de 126.433 millones de euros.

A comienzos del mes de septiembre, el BCE anunciaba que tenía intención de reducir en el cuarto trimestre del año las compras de activos, para hacer así frente a la situación pandémica. Según explicó la entidad, y teniendo en cuenta las perspectivas de inflación en la zona euro, se podrían mantener unas condiciones de financiación favorables con menos compras.