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China acapara el litio mundial por tomar el control del mercado de las baterías eléctricas

Stellantis y Samsung ya han establecido una alianza para asegurarse sus propios suministros

Estación de carga para coches eléctricos
Estación de carga para coches eléctricosCristina BejaranoLa Razón

La siguiente guerra comercial que marcará el dominio del mercado automovilístico mundial se libra ya en la producción de baterías de litio. Para ello, China intenta acaparar las reservas de litio en el planeta, ya que su minería es incapaz de producir lo suficiente para abastecer la demanda interna de automóviles eléctricos. Frente a ello, algunos grupos automovilísticos están reaccionando para no quedarse desabastecidos o sometidos a los precios que marque el gigante asiático.

La crisis de los microchips, que ha dejado paradas a buena parte de las factorías de los principales fabricantes mundiales de automóviles, parece que ha hecho reaccionar a algunos directivos sobre los peligros de la falta de suministro en elementos esenciales para su construcción. Y en el futuro, sin duda las baterías serán fundamentales dentro del desarrollo de los coches eléctricos. Consciente de ello, China, que no tiene reservas suficientes de litio dentro de sus fronteras, ha iniciado un programa de compra de litio en todo el mundo. Algo que ya ha hecho reaccionar a algunos fabricantes.

Alarmas disparadas

Las alarmas saltaron cuando se supo que Zijin Mining había pagado unos 660 millones de euros por la compañía canadiense Neo Lithium. Un sobreprecio viendo los números de una empresa que por el momento daba números rojos. Pero Neo Lithium posee algunos de los mayores yacimientos de litio del mundo. Un mineral que, por otra parte, ha multiplicado por cinco su valor durante el último año y que continuará subiendo ya que las reservas no son inagotables y la demanda de coches eléctricos continúa creciendo de manera constante, especialmente en los mercados asiáticos.

Para la producción de mayores cantidades de litio se estima que deben hacerse grandes inversiones para sacarlo de las rocas y las salinas donde se encuentra, especialmente en países como Argentina, Chile o Australia. Desde hace años, China negocia con el primero de estos países acceder a sus reservas de petróleo y otros minerales, consciente de que el negocio de la movilidad será determinante en un futuro.

Los fabricantes reaccionan

Para tratar de evitar un dominio chino en el mercado de las baterías, varios fabricantes mundiales de primer nivel ya están planteando asegurarse el suministro por sus propios medios. El último ejemplo se produjo la semana pasada con el acuerdo entre el grupo Stellantis (la unión de PSA y FCA) y Samsung para formar una empresa conjunta que producirá celdas y módulos de baterías para Norteamérica. La planta, cuya puesta en funcionamiento está prevista para el año 2025, tendrá una capacidad de producción anual inicial de 23 gigavatios hora, con la posibilidad de incrementarse en el futuro hasta 40 gigavatios hora.

Este grupo automovilístico tiene muy avanzado el proceso para asegurar la capacidad de producción anual de baterías para vehículos eléctricos, allanando el camino para conseguir que el 40% de sus ventas en Estados Unidos sean de vehículos electrificados en el año 2030. Las fábricas de baterías cubren las necesidades de las plantas de montaje de Stellantis en Estados Unidos, Canadá y México para su instalación en la nueva generación de vehículos electrificados; tanto híbridos enchufables como vehículos 100% eléctricos, que se venderán bajo las diferentes marcas que posee esta unión.

Stellantis tiene previsto invertir más de 30.000 millones de euros hasta 2025 en la electrificación y desarrollo del software tanto para los coches eléctricos como para el coche autónomo.