Crecimiento

Enésimo varapalo a la previsión del Gobierno: el IEE avisa de que el crecimiento del PIB podría bajar del 5%

Alerta de los riesgos que supone equivocarse con estos datos y tacha a los Presupuestos de ser “una oportunidad perdida” para retomar la consolidación fiscal

Gregorio Izquierdo e Íñigo Fernández de Mesa, presidente y director general del IEE
Gregorio Izquierdo e Íñigo Fernández de Mesa, presidente y director general del IEELa RazónLa Razon

“Como valoración general, estamos en línea con la mayor parte de los institutos de coyuntura: las previsiones del Gobierno son excesivamente optimistas”. Así arrancaba la presentación que ha realizado esta mañana el Instituto de Estudios Económicos (IEE) sobre los Presupuestos Generales del Estado para 2022. Íñigo Fernández de Mesa y Gregorio Izquierdo, presidente y director general del IEE, han puesto de manifiesto lo inconexos que están estos presupuestos de cara a los tiempos que vivimos. “Para que el crecimiento llegue al 6,5%, como ha sostenido el Gobierno, tendríamos que crecer en el último trimestre un 9%. Creemos que eso va a ser francamente difícil”, han apuntado. En este sentido, y teniendo en cuenta que para tener un aumento del PIB del 5% “hará falta que en los últimos tres meses alcancemos un 4%, la decisión del IEE es que el crecimiento económico puede quedar por debajo de ese 5%. De hecho, nosotros, que lo teníamos en un 5,5%, lo vamos a revisar a la baja”.

El IEE destacaba la importancia de estas afirmaciones, ya que, “a menor crecimiento económico, menores ingresos”, y defendía que “un crecimiento del PIB inferior en un 1% al previsto, puede suponer un incremento del déficit público de 5 décimas de PIB”. Dada la situación actual, se ha hecho hincapié en la necesidad de ser prudentes, ya que el escenario está plagado de incertidumbres y riesgos. En caso contrario, como estamos viendo, “un crecimiento menor al esperado puede comprometer las cifras previstas”.

Para el IEE, los presupuestos de este año tendrían que haber ido “en la senda de consolidación fiscal”, pero el camino seguido ha sido el contrario: “En lugar de iniciar una estrategia para la consolidación de las finanzas públicas a medio plazo, los PGE-2022 apuestan por la expansión del gasto público estructural, sin incorporar, además, medidas de eficiencia y calidad de dicho gasto. Como consecuencia, se compromete aún más la credibilidad acerca de nuestra sostenibilidad fiscal, con el consiguiente aumento del riesgo de subidas impositivas a futuro, que suponen un deterioro de las expectativas, y condicionan negativamente la actividad y las decisiones de inversión”, han señalado.

Gasto excesivo y presión fiscal

En relación a esto, se ha tachado al gasto de ser “muy expansivo”. El Instituto ha recordado que desde el año 2012 no veíamos semejante nivel, y se ha fijado concretamente en el “gasto estructural, el gasto que no baja con el ciclo económico”. A esto hay que añadirle que de cara a 2022, “España será de los países europeos que más déficit estructural tiene”, y lo que es peor, será el único en deteriorar este saldo. “Esto habrá que recortarlo en el futuro”, han lamentado desde el IEE. A esto han añadido que, ahora que la economía empezaba a recuperarse, habría que haberse enfocado en conseguir un descenso del déficit estructural a medio plazo, algo que no se ha hecho.

Respecto a los ingresos, la opinión del IEE pasa por afirmar que estos presupuestos “aumentan sustancialmente la presión fiscal sobre las empresas”. “España es prácticamente el único país donde la presión fiscal ha aumentado en plena pandemia”, ha recordado, y ha afirmado que si para el año 2022 se espera que los ingresos sean superiores al PIB, la presión seguirá incrementándose. Si a esta presión y a la falta de estrategia le añadimos un “contexto transitorio de relajación de reglas fiscales y la llegada de los fondos europeos”, lo que se obtiene es un “presupuesto muy expansivo en gasto que alcanza máximos históricos, lo que comprometerá la sostenibilidad de las finanzas públicas y distorsionará la inversión y la actividad, al aumentar la presión fiscal”.