Protestas

La industria se suma a las movilizaciones sociales contra Sánchez

La automoción se une al campo y al transporte en las convocatorias contra el Ejecutivo

varios trabajadores en plena faena en una industria
varios trabajadores en plena faena en una industriaCHINA STRINGER NETWORKREUTERS

El diciembre caliente que tendrá que afrontar el Gobierno, en general, y el presidente Sánchez, en particular, se complica cada día que pasa. El campo, los transportistas, los funcionarios, los controladores aéreos, los regantes... son solo algunos de los colectivos que amenazan con sus movilizaciones paralizar el país si el Ejecutivo no encuentra soluciones a los problemas causados por la inflación, los desorbitados precios de la energía y los carburantes, los problemas de suministro y el encarecimiento continuo de las materias primas.

Aunque desde Asuntos Económicos se insiste en que la «recuperación va bien», la «tormenta perfecta» que afecta sobre todo a la industria, a la agricultura y al transporte empieza a paralizar la actividad en muchos sectores, que optan por aplicar expedientes de regulación de empleo para solventar la situación de forma temporal.

Sectores como el de la automoción se está viendo obligado a parar la producción de manera intermitente por la escasez de semiconductores y de suministros esenciales, lo que está causando problemas en las ventas de turismos, al quedarse los concesionarios sin stock, y retrasos en las entregas de vehículos, con un periodo que ya se alarga entre seis y ochos meses de media.

Según datos de las asociaciones de fabricantes (Anfac), concesionarios (Faconauto) y vendedores (Ganvam) recogidos por EP, las matriculaciones de automóviles en España alcanzaron las 59.044 unidades en octubre, un 20,5% menos que un año antes, mientras que la venta de vehículos de ocasión de alta antigüedad está disparada.

La situación del sector y la «inacción» del Gobierno han llevado a CC OO a convocar una concentración ante el Ministerio de Industria para reclamar soluciones para el sector y que «se actúe con firmeza» ante los cambios que están afectando a un sector que genera el 10% del PIB y más de medio millón de empleos. Asimismo, exigen «planes reales» para garantizar su «la soberanía industrial de España» en el terreno de la movilidad, con fábricas propias de semiconductores, para seguir produciendo en momentos de gran demanda como los actuales.

Pero estas movilizaciones corren ya como la pólvora entre otros sectores. En Cádiz, los trabajadores del metal mantienen una huelga indefinida contra la pérdida de derechos y la merma del poder adquisitivo, y desde el pasado jueves los polígonos industriales de la provincia de Alicante convocaron un paro general para exigir un convenio digno. Además, en Toledo se multiplican desde el miércoles concentraciones sindicales para reclamar mejoras laborales. Las conserveras de Vizcaya ya han confirmado que harán huelga el 30 de noviembre y en la industria cárnica, se han anunciado huelgas para el 25 y 26 de noviembre, y del 3 al 8 de diciembre, a la espera del resultado de la mediación en el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA).

El campo es otro sector en pie de guerra. Las organizaciones profesionales agrarias Asaja, COAG y UPA han anunciado ya un «gran proceso de movilizaciones» de ámbito nacional y preparan ya «una gran manifestación en Madrid». Aunque aún no han dado fechas, sí han avanzado que se celebrarán en numerosos puntos del territorio nacional durante el mes de diciembre y algunas de ellas coincidirán con las de los transportistas, que han anunciado un cierre patronal justo antes de Navidad. Y los funcionarios pueden sumarse si no se atiende su petición de subida salarial del 3,5% y la jornada de 35 horas.