Consumo

La inflación se deja notar en las comidas y cenas navideñas: los alimentos están un 10% más caros que en 2020

Suben un 11,3% de noviembre a diciembre. Los mayores incrementos se dan en los percebes (77%), la merluza (58%), las almejas (19%), el besugo (14%) y la piña (9%)

Puesto de pescado y marisco en el Mercado de San Isidro, a 17 de diciembre de 2021, en Madrid, (España)
Puesto de pescado y marisco en el Mercado de San Isidro, a 17 de diciembre de 2021, en Madrid, (España)Isabel InfantesEuropa Press

Un indeseado invitado hará acto de presencia en las comidas y cenas navideñas de este año: la inflación. Los alimentos típicos de los menús festivos siempre se suelen encarecer las semanas previas a la Navidad, pero este año lo han hecho aún más por el entorno inflacionista generado por los disparados precios de la energía y los carburantes. En septiembre, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ya advirtió que productos básicos como la carne, los huevos y los lácteos se estaban encareciendo por el alza de la energía, una tendencia que a lo largo de estos últimos meses se ha extendido a toda la cesta de la compra y se hará notar en lista de la compra navideña. En concreto, según el último observatorio de precios de la OCU, las cenas y cenas navideñas saldrán este año un 10% más caras que en 2020.

El gasto medio por persona en la Navidad 2021 será de 641 euros, según la OCU, y una parte importante de ese presupuesto irá destinado a comidas y cenas. Por ello, OCU sigue desde hace años el precio de 15 alimentos típicamente navideños y de gran demanda en estas fechas, en mercados municipales, supermercados e hipermercados de Albacete, Barcelona, Bilbao, Madrid, Sevilla, Valencia, Valladolid y Zaragoza. En concreto, recoge el precio del cordero lechal para asar por cuartos, el redondo de ternera, la pularda, el pavo, el jamón ibérico de cebo al corte, la lombarda, la piña, el besugo, la lubina de acuicultura, la merluza al corte, las angulas, los langostinos cocidos, los percebes gallegos, las almejas y las ostras. Este tercer estudio, que sucede a uno realizado a primeros de diciembre y otro de hace 10 días, recoge los precios antes de la Nochebuena.

Si se toma como referencia el mes anterior (noviembre), los precios de los alimentos típicamente navideños han subido en diciembre un 11,3%: no se habían incrementado tanto desde 2016. Las mayores subidas de precios en las últimas semanas se dan en los percebes (77%), la merluza (58%), las almejas (19%), el besugo (14%) y la piña (9%). También subieron, aunque en menor medida, el redondo de ternera (5%), el jamón ibérico (4%), la lombarda (3%) y la lubina (2%). Mientras que el cordero, los langostinos y las ostras apenas variaron sus precios durante diciembre. ¿Bajadas significativas? En pocos alimentos: la pularda (-10%), las angulas (-6%) y el pavo (-3%).

El nivel general de precios de estos productos respecto al año pasado por estas mismas fechas es un 10% superior. De hecho, cinco alimentos están en precios máximos: la merluza (20,60 euros/kg), las angulas (1.299 euros/kg), la piña (1,75 euros/kg), el cordero (18,52 euros/kg) y la pularda (8,67 €/kg). Salvo dos productos (el besugo y los percebes), los demás productos son más caros que el año pasado. Las mayores subidas las registraron las angulas, un 54% más caras, y las almejas, un 43% más caras, hasta alcanzar los 27,18 euros/kg.

Productos que están más caros que nunca

Si se comparan estos precios con los de 2015, los precios medios son un 41,3% mayores que entonces, lo que habla de cómo se han encarecido los productos navideños en unos pocos años. El cordero lechal, la merluza, las angulas, la pularda y la piña están ahora más caros de lo que han estado nunca. Estos y otros alimentos como el besugo, las angulas, las ostras, las almejas, la merluza o el cordero han incrementado su precio, en estos años, más del 50%. Solo el pavo es ahora algo más barato.

La OCU lo venía advirtiendo

En septiembre, la OCU ya advertía del encarecimiento de los alimentos que estaba provocando el alza de la luz. El caso de los huevos y la carne fueron los primeros ejemplos, ya que la crianza de los animales requiere mucha electricidad, aunque todos los productos frescos y envasados necesitan electricidad y carburantes para su transporte y distribución. “Nos consta que hay cadenas que todavía no están trasladando este encarecimiento al consumidor, pero para todo hay un límite. Prevemos que para este otoño e invierno vaya a haber un impacto mayor. El gasto de electricidad es muy alto para los supermercados. Si esa variación al alza comienza a convertirse en coste fijo, el coste de la energía se trasladará a todo tipo de productos. Las cadenas con más recursos aguantarán un poco más, pero el resto repercutirán la subida antes”, advirtió la OCU hace tres meses.