El aplazamiento de la huelga en Inspección de Trabajo rompe la unidad sindical

La huelga en la Inspección de Trabajo, la primera que iba a tener en su historia, ha acabado antes de empezar. Cuatro de los sindicatos convocantes han decidido aplazar al menos tres meses la huelga que estaba convocada para hoy al recibir la promesa del Gobierno de destinar al organismo más recursos económicos y personal, como pedían. Según ha informado en un comunicado CSIF, el Ministerio de Trabajo ha confirmado que iniciado ante el Ministerio de Hacienda los trámites para recabar la autorización de gasto que permita lograr dichos recursos, lo que ha sido el detonante de la desconvocatoria.

Pero esta decisión ha provocado un cisma en la unidad entre los sindicatos. De las ocho organizaciones convocantes, CSIF, UGT, UPIT y CIG abogaron por aplazar la convocatoria, mientras que el Sindicato de Inspectores de Trabajo, FESESS, SISLASS y CC OO optaron en un principio por mantenerla. Ante el empate, una de las asociaciones –cuyas siglas no han trascendido– cambió el sentido de su voto y, en una decisión colegiada, se decidió aplazar la convocatoria hasta el 30 de junio.

Los convocantes ya celebraron la semana pasada concentraciones en cada centro provincial para denunciar que la Inspección de Trabajo sufre una acumulación de déficit que colocan su actividad “al borde del fracaso”. “Tras ocho meses de espera solo se concreta el incumplimiento del Gobierno del acuerdo adoptado el pasado 7 de julio que recogía una serie de medidas fundamentales”, explicaban. “Se carece de la plantilla necesaria, se carece de los recursos técnicos y materiales fundamentales”, incidían.

Desde Trabajo se ha prometido aumentar la productividad vinculada a resultados en 6 millones de euros para destinarla a todos los grupos que integran este colectivo, así como un refuerzo de la plantilla con 200 interinos y la revisión de la relación de puestos de trabajo (subidas pendientes y reclasificaciones de categorías) estimada en otros 13 millones.