Empresa

La CEOE responde a la “agresión electoral” de “difamación” a Roig: “Es populismo muy peligroso”

La patronal insinúa que la ministra Belarra debería dimitir en un duro comunicado contra las “fuerzas del Gobierno” que no se comprometen a resolver los problemas de España

La secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra
La secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione BelarraAlberto OrtegaEuropa Press

Por fin ha llegado la respuesta de la cúpula empresarial a los ataques vertidos desde el arranque del año por el ala morada del Gobierno contra las grandes empresas españolas, desde la banca a las energéticas, y centrada, desde el pasado fin de semana, en los supermercados y en particular contra Juan Roig, presidente de Mercadona, al que la ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra, ha acusado de ejercer un “capitalismo despiadado”.

“No hay nombre propio, por pomposo que este sea, que esté por encima del derecho de la gente de nuestro país a una alimentación asequible y sana, y quiero recordar que, desde que terminó el bipartidismo en España, ya no hay nadie innombrable, tampoco el señor Juan Roig”, subrayó Belarra, el pasado miércoles. Belarra reprochó que se “aprovechen duras crisis económicas para engordar la cuenta de resultados” y añadió que “cerrar la brecha de desigualdad pasa por que la elite económica más privilegiada arrime el hombro en los momentos difíciles para proteger a la mayoría social”.

“Lo que acaba con la desigualdad no son los discursos de los grandes empresarios en foros internacionales sino la intervención pública de la economía. Si mucha gente no puede pagar el alquiler o llegar a fin de mes es porque una pequeña élite económica muy poderosa está acumulando demasiado en este país y eso se corrige equilibrando la balanza con políticas públicas”, subrayó Belarra.

El pasado fin de semana, Belarra acusó al dueño de Mercadona de ser un “capitalista despiadado” por subir los precios de los alimentos en sus supermercados. El martes, el empresario respondió a Belarra defendiendo el papel de los directivos y empresarios en España. “Somos los que generamos riqueza y bienestar. Si después a los que les toca gestionar lo saben hacer, hay riqueza para todos; si no, hay enfrentamiento”, afirmó Roig en un desayuno informativo de Nueva Economía Fórum. El miércoles, Belarra persistió en sus andanadas, respaldada por todo su partido y ante el silencio del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que la nueva campaña de Podemos contra los empresarios le pilló con el pie cambiado.

En la carta hecha pública hoy por la CEOE, la cúpula empresarial considera que los ataques forman parte de una campaña “difamatoria” de “desprestigio” que “curiosamente se intensifica en este inicio de año electoral” por parte de “fuerzas del Gobierno” que no están comprometidas con resolver los problemas de España y de los españoles.

La CEOE insinúa que Belarra debería dimitir ya que es incompatible el ejercicio de un cargo público con sus ataques a la economía de mercado que ampara la Constitución y que los poderes públicos deben garantizar.

Este es el contenido íntegro del comunicado:

“En los últimos días, hemos asistido a una serie de declaraciones por parte de algunos actores políticos e, incluso, de miembros del Gobierno, que vienen a cuestionar el papel del empresariado con una agresión directa a la que se ha llegado a poner nombre propio.

Cada uno de estos ataques se extiende contra toda la iniciativa privada. Contra trabajadores autónomos, comerciantes y agricultores, pequeñas y medianas empresas y, también, grandes empresas. Todos ellos forman parte del tejido empresarial y ejercen legítimamente su actividad desde la libertad de empresa que la Constitución española les reconoce.

Queremos recordar que esa Constitución, en su artículo 38, ampara la libertad de empresa en el marco de la economía de mercado y exige a los poderes públicos necesaria garantía y protección en su ejercicio.Es incompatible el desconocimiento de estos mínimos principios con el ejercicio de un cargo en un poder del Estado.

Es en estos momentos complicados, que también sufren las empresas españolas, cuando los responsables políticos deben ser capaces de dar respuesta a las enormes dificultades que atraviesan los ciudadanos, pero no con consignas sino con reformas. Y no con ataques a los empresarios que afectan a la convivencia, a la estabilidad del país y la confianza, sino con llamamientos al acuerdo.

Así pues, CEOE condena y lamenta profundamente la injusta estrategia de desprestigio y descalificación que están sufriendo las empresarias y empresarios españoles, curiosamente intensificada en este inicio de año electoral.

La Confederación, en representación de todo el empresariado español –autónomos, pequeñas y medianas y grandes empresas-, seguirá insistiendo en que es un grave error dirigir la atención de la opinión pública hacia los empresarios, culpabilizándoles de determinados problemas económicos, en lo que consideramos es una estrategia peligrosísima de claro corte populista.

En su lugar, los empresarios españoles, y estamos seguros de que la sociedad en general, echamos en falta que determinadas fuerzas dentro del Gobierno se comprometan con la gestión de los problemas más importantes que arrastra la economía española y centren sus esfuerzos, como hacemos las empresas, en prepararla para un paradigma futuro en el que hará falta más formación, más innovación y más empleo.

Como hemos defendido siempre, las empresas son el motor de la economía, las generadoras de actividad, de empleo y, de este modo, de recursos para el sector público, que este después gestiona y distribuye en busca del bien general.

Las empresas están detrás de ocho de cada diez empleos y han dedicado todos sus esfuerzos a mantenerlos durante la crisis desatada por la pandemia de la COVID-19. Ahora, con la guerra de Ucrania, cuando se han disparado sus costes al tiempo que subía la inflación, que también están sufriendo las empresas, están haciendo un esfuerzo por no repercutirlos en su totalidad en los precios finales, mientras el mercado laboral se sostiene, a la vista de los últimos indicadores publicados.

Hay que tener en cuenta, además, que para sostener esta contribución y para aumentarla en beneficio de todos es preciso que las empresas sean competitivas. Posicionarse en contra y no junto a las empresas y adoptar decisiones que suponen obstáculos a su desarrollo es ir en contra de esa dinámica económica, de la recuperación, del empleo y, por tanto, del bienestar de los ciudadanos.

Todo esto nos lleva a recalcar, como venimos haciendo desde hace mucho tiempo, que los empresarios españoles merecen un respeto, lejos de las difamaciones a las que estamos asistiendo.

Una vez más, tendemos nuestra mano para dejar a un lado la crispación, que algunos parece que están buscando, y afrontar el momento actual desde la moderación y el espíritu constructivo. Es lo que esperamos las empresas españolas y todos los ciudadanos en favor de la convivencia.

En definitiva, nos sentimos orgullosos y defenderemos siempre la labor de los empresarios y empresarias de este país”.