Industria
Alerta por «coches viejos»: el parque automovilístico tienen ya 14,2 años de media tras envejecer tres en sólo una década
Uno de cada cuatro coches que circula tienen más de 20 años y casi uno de cada tres tiene prohibida la circulación en las grandes ciudades
Cuatro años consecutivos con un mercado del automóvil a la baja están provocando un paulatino y constante envejecimiento del parque automovilístico español, que no se renueva. Desde el año 2019 no se superan los 1,2 millones de unidades matriculadas y en el ejercicio pasado los coches nuevos vendidos en nuestro país estuvieron solo en el entorno de las novecientas cincuenta mil unidades. Por todo ello, la antigüedad del parque móvil que circula por España sigue al alza y supera ya los 14 años de media. En concreto, los turismos tienen de media 14,2 años, los comerciales ligeros o furgonetas, 14,4 años; los vehículos industriales, 14,9 años, mientras que los autobuses se mantienen estables en 11,8 años.
Según los datos que maneja la DGT, la suma total de turismos, vehículos comerciales, industriales y autobuses que se desplazan por nuestras carreteras subió el año pasado un 1,01% hasta 30.722.465 unidades. Y de ellos, el 29,4% de los vehículos en circulación, es decir, un total de 9.036.129 unidades, no tienen distintivo medioambiental de la DGT por su antigüedad. Es decir, casi uno de cada tres españoles tienen prohibido su desplazamiento por las zonas restrictivas que se están imponiendo en las ciudades con más de 50.000 habitantes. Las llamadas ZBE suponen una barrera inaccesible cada día para más españoles ya que no desciende la edad media del parque, sino que aumenta cada año. Solo hay que analizar que el mercado de coches de segunda mano (V.0.) dobla en su volumen de operaciones al de coches nuevos. Y las transacciones más habituales en el mercado de los usados son las de coches que tienen más de diez años de antigüedad.
A estas cifras habría que sumar otros 9.141.364 vehículos que tienen distintivo ambiental B, y que representan el 29,8 del total. También se sienten amenazados ya que la tendencia es que las medidas sean cada día más restrictivas para los coches de cierta edad. Así pues, los vehículos más viejos y que más emiten son el 59,2% del total del parque. El dato positivo es que los vehículos circulantes sin etiqueta han caído un 2% en 2023 respecto a 2022 y los de etiqueta B descendieron un 0,9%.
Los vehículos más viejos y que más emiten suponen casi el 60% del total
Ante esta situación, la asociación de fabricantes Anfac insiste en que, con un mercado de ventas de vehículos nuevos que lleva cuatro años por debajo del millón de turismos, el aumento de la antigüedad dificulta cumplir los objetivos de descarbonización que exigen los planes del Gobierno. Además, las bajas ventas de vehículos nuevos han provocado que caiga el peso de los turismos y vehículos comerciales de menos de cinco años un 1,4% y un 2,2%, respectivamente.
Lo realmente preocupante del aumento de la edad media del parque es que continúan en circulación cada vez más vehículos de más de veinte años. De hecho, por franja de edad, son los mayoritarios en turismos, comerciales e industriales. En total, 7.782.321 vehículos superan las dos décadas, lo que se traduce en el 25,3% del total. Es decir, uno de cada cuatro de los vehículos que vemos por nuestras carreteras tiene más de dos décadas de antigüedad.
Frente a esta situación de automóviles de alta contaminación se da la paradoja de que sólo el 5,7% de los vehículos en circulación son catalogados como de bajas y cero emisiones. Es cierto que los vehículos con etiqueta Eco y Cero han aumentado sus ventas, pero apenas representan el 5,7% del parque total de vehículos. En concreto, los coches con etiqueta ECO alcanzan las 1.386.925 unidades, creciendo un 31% y con una cuota de mercado del 4,5%, lo que supone la mayor subida de todas las etiquetas con un 1%. Estos son los automóviles que llevan motores o bien híbridos recargables o que pueden utilizar como combustible alternativo el GLP (Gases Licuados de Petróleo).
Los de etiqueta Cero emisiones, es decir, los híbridos enchufables y los eléctricos puros, suman, según las mismas fuentes de la Dirección General de Tráfico (DGT), un total de 364.765 vehículos. Son los que más crecen, con un incremento del 50,9%. Sin embargo, únicamente suponen el 1,2% del total con una ganancia de cuota en el último año del 0,4%.
En cuanto a las fuentes de energía, el parque móvil continúa estando «dieselizado» aunque su peso haya caído unos 1,3 puntos porcentuales sobre la cuota total en 2023. Pero todavía usan el gasóleo el 60,3% del total, o, lo que es lo mismo, 18.525.837 vehículos. Por su parte, los coches propulsados por gasolina son 10.439.449 vehículos, retroceden su peso en sólo un 0,1 punto porcentual respecto a 2022 y suponen el 34% del total del parque. Los vehículos diésel y de gasolina circulantes copan el 94,3% del parque móvil superando los 29 millones.
En este sentido, José López-Tafall, director general de la asociación de fabricantes, señala que tan sólo en la última década nuestro parque ha envejecido más de tres años. En su opinión, urge recuperar el mercado y superar el millón de turismos vendidos al año. Para lo cual hay que mejorar la eficiencia de los planes Moves con ayudas directas a la compra y, al mismo tiempo, fomentar una fiscalidad que incentive la compra de vehículos electrificados.
Otra de las soluciones propuestas por directivos de empresas del sector es que las ayudas del Gobierno no sólo se limiten a la adquisición de vehículos electrificados, sino que se promueva de alguna manera el cambio de coches más antiguos por otros más nuevos, independientemente de la tecnología de sus motores. Porque es una realidad que, para disminuir el nivel de emisiones, un coche con tres o cinco años tiene un nivel de gases muy inferior a otro con el doble de edad.
Medidas que serían más eficaces cara al medio ambiente, ya que las ventas de eléctricos no van a subir significativamente mientras se mantengan unos precios de compra elevados y no mejore el nivel de las infraestructuras de recarga. Porque cualquier vehículo nuevo siempre será mejor que un vehículo viejo. Ya no solo en materia de sostenibilidad, sino también de eficiencia y, sobre todo, de seguridad.
Un campeón exportador
La diferencia de ingresos entre importaciones y exportaciones en el sector del automóvil generó en el pasado ejercicio un saldo positivo en la balanza de pagos de 18.843 millones de euros, lo que significa un crecimiento del 14,5% respecto al año anterior. Una cifra que solo fue superada en 2021 y que convierte al automóvil en el primer sector en saldo positivo de la balanza comercial española.
Las exportaciones de vehículos crecieron en 2023 hasta un valor total de 44.574 millones de euros, lo que supone un alza del 26,8% con respecto a 2022. Este incremento se alcanza en paralelo a la producción de vehículos en España, que cerró el año pasado con una subida del 10,4%, hasta 2.451.221 unidades, y con el 89,8% de estos vehículos enviados a los mercados en el exterior.
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