Gobierno de España
La "bobosfera" de Sánchez
Por mucho que escurra el bulto en saraos llenos de estómagos agradecidos que le ríen sus gracias, como la «fachosfera», cada vez son más los que reniegan de la «bobosfera» de la corte de Sánchez
«La mujer es vana, superficial, egoísta (...). Es inferior al hombre en cabeza y en corazón. ¿Qué sería de la mujer si el hombre no la amara? Bestia de carga». La perla es del Sabino Policarpo Arana, fundador del PNV, partido socio del líder «progresista» Pedro Sánchez. «Si algún español se ahoga y pide socorro, contéstale: ‘‘Niz eztakit erderaz’’ (‘‘no sé castellano’’)», apostillaba el muy católico Arana, cuya lengua materna era el español. Muy lógico todo. Algunos dirán que el PNV reniega de todas estas memeces y que eran otros tiempos, pero en esos mismos tiempos la sufragista Carmen de Burgos, que abriría el paso a Clara Campoamor, entre otras, luchaba por los derechos de las mujeres. De la estupidez de Arana bebieron los cachorros de ETA para legitimar sus crímenes y su brazo político, cuyo «spin-off» es Bildu, es socio del muy «progresista» Sánchez.
Del mismo racismo que considera «inferiores» a los castellanos surge el nacionalismo catalán de Junts y ERC, tan puros que hasta miran con simpatía el patriotismo sexual por el que lo adecuado es procrear de forma endogámica, entre «linajes puros». «La configuración racial catalana es más puramente blanca que la española y, por tanto, el catalán es superior al español en el aspecto racial», dijo el sonrosado Quim Torra, con sueldo vitalicio de califa. Torra, que se embolsa nada menos que 85.000 euros por haber sido presidente regional, se refiere a todos nosotros como «carroñeros», «víboras» o «bestias con forma humana». La actual presidenta del Parlamento catalán, Anna Erra, también de Junts, habló en 2020 de «catalanes autóctonos». Ahí lo tienen. Junts y ERC, como los separatistas gallegos del BNG, aluden a presuntas diferencias genéticas pese a que el 50% del ADN de un hombre es el mismo que el de un plátano. También a supuestos reinos y coronas imaginarios. Todos ellos son socios del muy «progresista» Sánchez, quien emulando a Trump y su muro Tex-Mex, habló de levantar otro contra la media España larga que no le vota ni a él ni a todos los nacionalismos rancios que le apoyan. Porque por mucho que escurra el bulto en saraos llenos de estómagos agradecidos que le ríen sus gracias –como la «fachosfera»– en vez de acudir al entierro de los guardias civiles ejecutados en Barbate, cada vez son más los que reniegan de la «bobosfera» de la corte de Sánchez.
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