China

China devuelve el golpe a Trump

Comienza «la mayor guerra comercial de la historia», como calificó ayer el régimen chino su contraataque a las tasas de Washington a sus importaciones. La respuesta es equiparable, lo que aplaza una escalada.

El presidente de EE UU, Donald Trump, en su reunión con el mandatario chino, Xi Jinping, el pasado mes de abril en Florida
El presidente de EE UU, Donald Trump, en su reunión con el mandatario chino, Xi Jinping, el pasado mes de abril en Floridalarazon

Comienza «la mayor guerra comercial de la historia», como calificó ayer el régimen chino su contraataque a las tasas de Washington a sus importaciones. La respuesta es equiparable, lo que aplaza una escalada.

Comienza «la mayor guerra comercial en la historia económica» en palabras del Gobierno de Pekín. China respondió ayer a los aranceles comerciales estadounidenses con unas medidas de similar cuantía: 29.000 millones de euros anuales, unos 34.000 millones de dólares. Son los primeros disparos de una batalla comercial que ambas partes se preparan para luchar durante meses. Desde ayer, EE UU aplica un nuevo arancel del 25% sobre centenares de productos procedentes de China que suman alrededor de 29.000 millones de euros en importaciones anuales.

Tras meses de retórica, la medida entró en vigor a medianoche de Washington dejando a los mercados con la respiración entrecortada a la espera de la respuesta china. Durante horas no se supo qué haría el Gobierno de Pekín hasta que la agencia oficial Xinhua anunció que su respuesta ya se había producido y había sido instantánea. «Después de que EE UU elevara injustamente los aranceles contra China, inmediatamente pusimos en vigencia un aumento de los impuestos a la importación de algunos productos estadounidenses», indicó el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Lu Kang. Así que, un minuto después de que EE UU atacara, China devolvía el golpe.

Pekín había advertido de que reaccionaría de forma simétrica a los impuestos de importación de Trump y ha contraatacado con la puesta en marcha del mismo porcentaje de aranceles sobre bienes estadounidenses, ese 25% con el que ha arrancado la guerra.

Horas atrás, Pekín había acusado a Washington de haber «violado las reglas de la Organización Mundial del Comercio» y, a pesar de comprometerse a no hacer «el primer disparo», afirmó que no se quedaría de brazos cruzados mientras el presidente estadounidense Donald Trump extremaba sus amenazas de imponer aranceles.

China anunció la introducción del mismo porcentaje arancelario a 545 productos estadounidenses, entre ellos, soja, aeronaves y automóviles. Sin embargo, el Ministerio de Exteriores no especificó cuáles de esos bienes comenzarán a ser gravados a partir de este 6 de julio.

Ni China ni EE UU muestran signos de dar marcha atrás y la escalada en el conflicto parece inevitable, con el presidente norteamericano, Donald Trump, amenazando con imponer gravámenes punitivos sobre cientos de miles de millones más de exportaciones chinas. Trump ya está considerando otros 13.600 millones de euros (16.000 millones de dólares) de productos chinos y sugiere que el total final podría superar los 426.000 millones de euros (500.000 millones de dólares), cifra que supone más de lo que compraron EE UU en 2017.

A pesar de las tensiones comerciales, la creación de empleo en EE UU ha superado todos los pronósticos. El mercado laboral americano creó más empleos de lo esperado el mes pasado, aunque el crecimiento de los salarios sigue siendo moderado.

En cuanto a los mercados bursátiles asiáticos, el Shanghai Composite cerró con una subida del 0,5%, pero cerró la semana un 3,5% menos, su séptima semana consecutiva de pérdidas. Tokio cerró un 1,1% más alto, pero Hong Kong cayó un 0,5% en las últimas operaciones. Además de las consecuencias en las economías de ambos países, la guerra comercial entre EE UU y China afectará al funcionamiento del comercio global, tal como han previsto numerosas organizaciones multilaterales, como el FMI.

Por otro lado, la guerra comercial no es solo con China, puesto que Washington ha abierto también la contienda hacia la UE y sus socios y vecinos Canadá y México, por lo que las consecuencias son casi impredecibles. Ya en marzo, el semanario «The Economist» alertaba de que Trump haría explotar el mercado con sus tasas.