
Aniversario de la dana
El empleo se abre paso pese a las secuelas de la dana
Un año después de la catástrofe, los municipios más afectados muestran signos de recuperación laboral

La dana puso el empleo de las zonas afectadas en paréntesis forzado. Las fábricas perdieron su maquinaria, los comercios y bares anegados tuvieron que empezar de cero, los trabajadores se fueron al ERTE y los datos de contratación se desplomaron. Hoy, un año después de esta desgracia que no solo ha dejado una profunda cicatriz emocional sino también económica, el empleo late con más fuerza que nunca en los municipios que se llevaron la peor parte de las inundaciones.
Alrededor de 275.000 trabajadores se vieron afectados por la dana en la Comunidad Valenciana con más de 3.000 expedientes de ERTE que incluyeron a 33.000 empleados. A las puertas del primer aniversario de la tragedia, en torno a 3.000 empleados siguen en ERTE de fuerza mayor, una cifra que, aunque sigue siendo considerable, evidencia la resiliencia de las zonas golpeadas por las riadas. Víctor Tatay, director de Adecco en el Levante, comparte con LA RAZÓN las principales cifras de esta recuperación en materia de empleo.
Según los últimos datos de Trabajo, la Comunidad Valenciana ha registrado 44.800 afiliaciones a la Seguridad Social más que antes de la catástrofe y ha reducido el desempleo en 10.000 personas en el último año. Según los datos recabados por el director de Adecco en el Levante, las contrataciones crecieron en febrero (cuatro meses después de la Dana) un 14,5% de media en las zonas afectadas. “Aquellas poblaciones con mayor dinamismo económico se han recuperado mejor. Es decir, las poblaciones más grandes o más ricas a nivel empresarial de servicios, construcción, agricultura … han repuntado un poco más que el resto”, señala Víctor Tatay.
En el primer trimestre de 2025, apenas unos meses después de la tragedia, en comparación con el primer trimestre de 2024, exento de incidentes, las contrataciones de Aldaia crecieron un 8,4% (5.098 contratos), las de Chiva un 19,3% (1.119 contratos), las de Algemesí un 6,4% (1.397 contratos) y las de Picanya un 7,6% (593 contratos). En cambio, hay otras poblaciones en las que el empleo se resintió como el caso de Catarroja, donde las contrataciones cayeron un 7,3% (1.395 contratos), Massanassa (-9,9%, 610 contratos) y la peor parte se la llevaron Sedaví (-16,8%, 293 contratos) y Paiporta, zona cero de la devastación, con un batacazo del 20,3% (666 contratos).
Si ahora ponemos el foco en las ofertas de empleo publicadas en septiembre de 2025 en los portales de trabajo en comparación con el mismo mes de 2024, estas crecen un 22% en la provincia de Valencia. Se han publicado 16.338 ofertas contra 13.389 del año pasado. El principal sector es el industrial, concentrando el 12% de las ofertas, le sigue la logística y la distribución con un porcentaje prácticamente igual, en tercer lugar la industria con un 10%, en cuarto la hostelería con un 9,7%, en quinto la construcción con un 9,4%, el comercio con un 8,6% y el sector salud con un 5%.
En el caso de los municipios afectados, los datos de septiembre reflejan una recuperación del empleo más generalizada. Las ofertas de empleo crecieron en septiembre un 36% interanual en Massanassa, un 16% en Chiva, un 14% en Algemesí, un 13% en Paiporta y destaca el caso de Picanya, donde las ofertas se han disparado un 336%. Se reducen en cambio un 5% en Aldaia. “La mayoría, a excepción de algún decrecimiento, muestran una tendencia a la contratación, al empleo”, señala Víctor Tatay.
“Paiporta y Catarroja son las que peor han estado. Por sectores, todavía está muy tocado el comercio local, el turismo en ciertas zonas desoladas está muerto y la restauración está tocada. Los regadíos en zonas como el Barranco del Poyo también se resienten porque hay mucho sedimento. Otro cosa a tener en cuenta es que muchas de estas poblaciones tienen un mayor riesgo a sufrir desigualdades laborales, por edad, género o por vulnerabilidad”, explica Víctor Tatay.
Por su parte, según recoge el informe “Balance de la situación empresarial de la zona cero, tras un año de la dana de octubre de 2024”, presentado por la Cámara de Comercio de Valencia este pasado 20 de octubre, en el tercer trimestre de 2025, en comparación con el mismo periodo de 2024, justo antes de la dana, la afiliación a la Seguridad Social en la industria de la zona cero ha crecido un 1,5%, mientras que los contratos han avanzado un 4,7%. En el sector servicios la afiliación ha crecido un 4% y los contratos un 7,4%.
“Esta evolución evidencia el esfuerzo de las empresas por mantener a las plantillas de trabajadores así como el efecto de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE)”, señala el informe. Tanto el Gobierno central como el regional centraron una parte importante de sus esfuerzos en proteger el tejido productivo. Los ERTE fueron aparejados de una exoneración de las cotizaciones sociales para las empresas acogidas a la fuerza mayor. El Gobierno concedió ayudas directas para autónomos que también pudieron solicitar la prestación por cese de actividad, se estableció una incapacidad temporal extraordinaria y se activaron aplazamientos, suspensiones y reducción en el pago de impuestos.
Asimismo, el Ejecutivo aprobó en diciembre un plan de empleo dotado de 50 millones para la contratación de personas que no pueden desempeñar su trabajo por culpa de la dana y para el refuerzo de las labores de construcción de esas zonas del que en octubre de 2025 se habían ejecutado 35,5 millones con 3.100 contrataciones. A este se suma una segundo plan de empleo de 80,6 millones de euros lanzado este mismo mes con la previsión de superar las 7.700 contrataciones.
Por su parte, la Generalitat lanzó un programa de 100 millones de euros para ayudas directas dirigidas al mantenimiento del empleo y a la reactivación económica de las empresas que sufrieron daños por las inundaciones, así como otra línea dotada con 90 millones para autónomos sin trabajadores.
Los ayuntamientos también han hecho todo lo posible para que los negocios afectados salgan adelante y, con ellos, sus trabajadores. Un ejemplo de ello es la librería Somnis de Paper, en Benetússer, que hasta el 17 de mayo, cuando reabrió sus puertas, estuvo despachando libros en un puesto del mercado local gracias al Ayuntamiento de Benetússer, que les cedió una antigua carnicería y charcutería, bautizada por ellos mismos como "charcu-librería". Estos casos y datos demuestran que, incluso tras la tormenta, la recuperación es posible.
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