Opinión

El «no equipo» agrario del PP y el farsante

El equipo del PP para la agricultura, en caso de existir, parece el «ejército de Pancho Villa»

El ministro de Agricultura, Luis Planas
El ministro de Agricultura, Luis Planas, el pasado lunes en BruselasOLIVIER HOSLETAgencia EFE

El pasado jueves, Núñez Feijóo visitó una de bodegas de García Carrión y estampó su firma en una barrica. El mismo día la Agencia de Información y Control Alimentario (AICA), dependiente de Luis Planas, publicó las multas por incumplir la Ley de la Cadena Alimentaria y la tercera más importante correspondía justamente a esta empresa. Lo más probable es que ambos hechos fuesen una casualidad y que Planas no estuviese enterado de la visita de Feijóo.

También es posible que, en caso de haber existido un equipo agrario dentro del PP, sus miembros no hubiesen alertado de que era mejor no visitar esa empresa. Pero el problema de raíz es que el equipo agrario del PP, en caso de existir, parece el «ejército de Pancho Villa» y brilla por el caos y la falta de coordinación entre los responsables de Génova con las competencias muy desperdigadas (PAC, agua, desarrollo rural, pesca), los grupos parlamentarios del Congreso y el Senado y los consejeros de Agricultura de las comunidades autónomas.

El gran beneficiado por este caos es «el farsante» personificado en Luis Planas. Según el diccionario de la RAE, farsante es «el que finge lo que no es o no siente». Y, Planas, unas veces es el socialista más de izquierdas que puede haber, como cuando acude a las manifestaciones del Día de la Mujer en segunda fila detrás de Carmen Calvo y la mujer de Pedro Sánchez, dando gritos y saltando, o cuando sale a despellejar a Feijóo, siguiendo las instrucciones que llegan desde La Moncloa.

Otras veces presume de moderación y, con sus modales suaves, hasta parece un afiliado del PP. Planas mantiene estrecha relación con prominentes miembros del PP, lo que le permitió, por ejemplo, que María Jesús Herrera, su mujer, nombrada por el Gobierno de Zapatero en 2011 Jefa de la Misión en España de la Oficina Internacional para las Migraciones de la ONU, fuese mantenida en este puesto, generosamente pagado con dinero público, por Rajoy. Ahora, Planas se va de rositas, gracias al caos en el «no equipo» agrario del PP y a sus buenas relaciones con parte de este grupo político.