
Coyuntura
Exceso de regulación y burocracia, lastres para la UE
Las barreras internas equivalen a un arancel del 45% sobre los productos manufacturados

Las barreras internas en la Unión Europea (UE) siguen siendo un desafío significativo para la integración económica y el comercio dentro del bloque. A pesar de que la UE fue diseñada para fomentar la libre circulación de bienes, servicios, personas y capitales, numerosos obstáculos burocráticos y regulatorios continúan limitando la eficiencia del mercado único. Un informe publicado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) reveló que estas barreras internas equivalen a un arancel del 45% sobre los productos manufacturados y un 110% sobre los servicios.
Aunque la UE no impone aranceles tradicionales dentro de sus fronteras, la complejidad administrativa y la falta de armonización regulatoria generan costos adicionales que afectan la competitividad de las empresas europeas. Estas barreras internas no son aranceles en el sentido tradicional (es decir, impuestos directos sobre las importaciones o exportaciones), sino que se refieren a obstáculos significativos, como regulaciones divergentes, burocracia y restricciones nacionales, que generan costes adicionales para las empresas y afectan la libre circulación de bienes y servicios dentro del mercado único europeo.
Por ello, lo expertos apuntan a que la guerra arancelaria emprendida por Donald Trump podría ser un momento idóneo para que la UE emprendiera reformas encaminadas a liberalizar su economía.
Uno de los principales problemas es la diversidad de normativas entre los distintos Estados miembros. A pesar de los esfuerzos por armonizar regulaciones a escala europea, muchos países aún mantienen normativas específicas que dificultan la operatividad de empresas extranjeras en sus mercados. Por ejemplo, las diferencias en estándares de calidad, certificaciones y licencias provocan que las empresas deban adaptar sus productos y servicios a cada mercado, lo que incrementa significativamente los costos operativos.
El sector servicios es el más afectado por estas barreras. Según el informe del FMI, las restricciones regulatorias en este ámbito encarecen el comercio en un 110%. Esto se debe a que muchas profesiones y actividades dependen de licencias nacionales, lo que impide a las empresas y trabajadores operar libremente en otros países de la UE sin cumplir con complejos requisitos adicionales.
Otro obstáculo importante es la burocracia excesiva. A pesar de la digitalización y los esfuerzos de simplificación administrativa, en muchos Estados miembros persisten procedimientos complicados y largos para establecer negocios, registrar productos o contratar empleados extranjeros. Esto desincentiva la inversión y dificulta la expansión de las empresas dentro del mercado europeo. Varios economistas y líderes políticos han advertido sobre la necesidad de eliminar estas barreras para fortalecer la competitividad de la UE en un contexto global cada vez más desafiante. Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo, señaló que la falta de integración total del mercado único es una de las principales debilidades económicas del bloque. Para superar estas barreras, la UE necesita avanzar en la armonización regulatoria, simplificar trámites administrativos y promover una mayor cooperación entre los Estados miembros. Solo así se podrá alcanzar un mercado único verdaderamente eficiente y competitivo a escala global.
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