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Gonzalo Bernardos, economista, se muestra contundente sobre el 'house flipping': "Van a salir mal parados"

Ganar casi 200.000 euros en un año con una sola vivienda. Es la promesa del 'house flipping', el negocio de comprar, reformar y vender que, sin embargo, esconde una operación de alto riesgo según los expertos

Gonzalo Bernardos, economista: "Las políticas del Gobierno en materia de vivienda no han funcionado" La Razón

«Van a salir mal parados». La advertencia del economista Gonzalo Bernardos en La Sexta Xplica es tajante y apunta directamente a quienes, seducidos por la promesa de dinero fácil en el sector inmobiliario, se lanzan sin red a una práctica cada vez más extendida. Se trata del llamado ‘house flipping’, una estrategia importada del mundo anglosajón que consiste en obtener un beneficio considerable en un tiempo récord, pero que esconde una cara mucho menos amable: es una apuesta de alto riesgo donde el fracaso es una posibilidad muy real.

De hecho, despojado de su nombre en inglés, el fenómeno no es más que la tradicional operación de «compra, reforma y vende». La mecánica consiste en adquirir una vivienda, someterla a una renovación integral o parcial y volver a ponerla en el mercado en un plazo muy breve para maximizar la plusvalía. El atractivo es innegable, sobre todo cuando surgen ejemplos de un piso que pasa de 230.000 a 420.000 euros en apenas un año, un cebo irresistible para muchos inversores, tanto profesionales como particulares.

Sin embargo, para que la jugada salga bien no basta con tener buen gusto para las reformas. El éxito depende de una confluencia de factores casi milagrosa que exige un control absoluto del proceso. Es fundamental comprar por debajo del precio de mercado, ejecutar la obra con un coste que no devore los márgenes y, de manera crucial, operar en un contexto de precios al alza que garantice la rentabilidad final.

El espejismo de la rentabilidad inmobiliaria inmediata

Por otro lado, la dependencia de un ciclo de mercado alcista es el verdadero talón de Aquiles de esta estrategia de inversión. La promesa de ganancias se evapora en el momento en que los precios de la vivienda se estancan o, en el peor de los escenarios, inician una tendencia a la baja. Un cambio de rumbo inesperado o un sobrecoste imprevisto en la reforma pueden convertir la inversión en una trampa de la que resulta muy complicado escapar sin sufrir pérdidas notables.

En este sentido, lo que se vende como una oportunidad de oro esconde un riesgo especulativo muy elevado, especialmente para quienes se aventuran sin la experiencia necesaria. La actividad, lejos de ser un camino sencillo hacia el enriquecimiento, exige una capacidad de prever los vaivenes del sector y una gestión impecable de todo el proceso, un nivel de profesionalidad que, desde luego, no está al alcance de cualquiera que busque un beneficio rápido y sin complicaciones.