Industria aeronáutica
La huelga, una bomba de relojería para las finanzas de Boeing
El paro de 33.000 de sus empleados paraliza buena parte de su producción y golpea sus frágiles cuentas, obligándola a realizar despidos temporales y detener las contrataciones para mantener la liquidez
Si algo no le había falta a Boeing para rematar el rosario de problemas técnicos, reputacionales y financieros que le acosan en los últimos años era una huelga. Y aunque por un momento creyó que podría evitarla con el acuerdo de subida salarial que alcanzó con la Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales, finalmente, 33.000 de sus 171.000 trabajadores de las plantas del noroeste de Estados Unidos acordaron el pasado 13 de septiembre ir a la huelga.
La decisión de estos trabajadores, que han rechazado una subida salarial del 25% en cuatro años y reclaman una del 40%, ha puesto al descubierto las vergüenzas financieras de la compañía. La situación es tan delicada que el jefe financiero de Boeing, Brian West, ha optado por congelar las contrataciones, rebajar un 25% el sueldo a sus directivos y aplicar despidos temporales a gran número de ejecutivos, jefes y otro personal para preservar su liquidez. "El negocio atraviesa un periodo difícil y esta huelga pone en peligro nuestra recuperación de forma significativa, por lo que debemos tomar decisiones para preservar la liquidez y salvaguardar el futuro común", ha asegurado West en una nota para los trabajadores difundida por la CNBC.
El agujero que la huelga pueda hacer en las ya maltrechas cuentas de Boeing dependerá de lo que dure. Aunque no será menor. Varios analistas consultados por Reuters calculan que los costes superarán los 100 millones de dólares diarios, si bien los de Bank of America reducen esas pérdidas a unos 50 millones de dólares. Las movilizaciones han obligado a la compañía a paralizar la producción de los aviones 737MAX, los más vendidos por la firma, así como los 777 y los 767, que Boeing estaba entregando a un ritmo de uno por día.
Junto a estas detenciones en la cadena de producción, Boeing también se ha visto obligada a detener los pedidos de piezas para todos los programas de aviones, excepto el 787 Dreamliner. Sobre este modelo, West añadió que "no tomaremos ninguna medida que inhiba nuestra capacidad de recuperarnos en el futuro. Todas las actividades críticas para nuestra seguridad, calidad, apoyo al cliente y programas de certificación clave tendrán prioridad y continuarán, incluida la producción de los 787", dijo.
La decisión sobre estas paradas está afectando a los proveedores de Boeing, uno de los cuales confesó a Reuters que a la compañía más le valdría alcanzar un acuerdo porque "se está acercando demasiado al precipicio".
Este proveedor no es el único que piensa que la situación del fabricante americano empieza a estar al límite. Fitch, Moody's y S&P, las principales agencias de calificación de riesgos, ya han advertido de que si la huelga se prolonga, no sólo tiene el riesgo de impactar en la nota de la compañía sino también en sus cuentas, cuyos "números rojos" no paran de engordar. La rebaja de la calificación de la compañía a "bono basura" con la que han amenazado incrementaría sus costes de financiación. A 30 de junio, el fabricante tenía una deuda de 58.000 millones de dólares.
Las agencias han advertido de que Boeing puede perder el grado de inversión
En el primer semestre del año, Boeing acumuló unas pérdidas de 1.794 millones de dólares, 1.220 millones más que en el mismo periodo de 2023. Sólo el incidente de Alaska Airlines ocurrido el pasado mes de enero cuando uno de los aviones perdió parte de su fuselaje en pleno vuelo le costó a las compañía 160 millones de dólares en concepto de indemnización. Durante los primeros seis meses del año, el fabricante "quemó" 8.000 millones de dólares de liquidez.
Boeing lleva cinco años en pérdidas, primero por la crisis surgida al estrellarse dos 737-8 MAX en similares circunstancias en octubre de 2018 y marzo de 2019, accidentes en los que murieron 346 personas; y después por la pandemia de la covid-19. En total, y según asegura la CNN, el fabricante suma 33.000 millones desde 2019.
Además de la huelga, a la compañía se le acaba de sumar otro abultado contratiempo económico en forma de una nueva indemnización. La semana pasada, el fabricante brasileño Embraer comunicó que recibirá 160 millones de euros del americano tras la fallida "joint venture" que ambas compañía acordaron en 2018 para fabricar aviones pequeños y que no llegó a concretarse dos años después.
Aunque desde la Administración que preside Joe Biden se ha instado a ambas partes a llegar a un acuerdo, lo cierto es que no han logrado acercar posturas ni siquiera con la intermediación del Servicio Federal de Mediación e Intermediación. Y los trabajadores se preparan para resistir lo que sea necesario con trabajos al margen de Boeing y una ayuda de 250 dólares semanales del fondo de resistencia de su sindicato. Aunque Boeing ha realizado una nueva oferta de subida salarial del 30% que ha calificado como la "última y mejor", el sindicato que representa a los trabajadores en huelga la ha rechazado por el momento.
✕
Accede a tu cuenta para comentar