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Javier Díaz-Giménez, economista, sobre la falta de vivienda: “Los ayuntamientos se niegan a recalificar terrenos”
España necesita casas, pero construye cada vez menos mientras la demanda se dispara. Para los expertos, la solución no es controlar el mercado, sino señalar a los ayuntamientos y permitir que se levanten muchos más pisos, como ya hacen otros países

La raíz del problema de la vivienda en España no está en la creciente necesidad de las familias, sino en una oferta artificialmente restringida. Así de contundente se muestra el economista Javier Díaz-Giménez, que pone el foco directamente en los ayuntamientos como los principales responsables de la escasez de pisos que ahoga al mercado nacional.
De hecho, las cifras confirman un desajuste cada vez mayor entre la necesidad social y la realidad del sector. Mientras en España se crean hasta 250.000 nuevos hogares cada año, un ritmo que marca máximos, la industria del ladrillo avanza en dirección contraria. Los datos del primer trimestre de 2025 son demoledores: la finalización de obras se desplomó un 11,4%, con apenas 20.000 viviendas entregadas en todo el país.
En este sentido, durante su intervención en el programa laSexta Xplica, el economista fue tajante al diagnosticar el principal cuello de botella. Según Díaz-Giménez, la parálisis responde a una razón muy concreta: "Los ayuntamientos se niegan a recalificar terrenos". Esta negativa impide en la práctica que se pongan en marcha nuevas promociones inmobiliarias que podrían aliviar la enorme presión sobre los precios.
Un mercado anquilosado por la falta de flexibilidad
Por otro lado, la situación actual revela un abismo con el pasado reciente. La experta Montse Cespedosa recuerda que hoy apenas se levantan 100.000 viviendas al año. Esta cifra contrasta de forma dramática con las 600.000 que llegaron a edificarse en 2005, en la cúspide de la burbuja inmobiliaria, evidenciando una parálisis constructiva de envergadura que afecta directamente al bolsillo de los ciudadanos.
Asimismo, el bloqueo municipal no es el único freno. Díaz-Giménez identifica un segundo obstáculo normativo en la rigidez de la Ley de Propiedad Horizontal española. Esta legislación, en la práctica, hace casi inviable la división de pisos de gran tamaño en varias viviendas más pequeñas y asequibles, una solución que podría aumentar la oferta de manera rápida y eficiente para adaptarse a las nuevas estructuras familiares.
Frente a este escenario, otros países demuestran que existen modelos de gestión urbanística mucho más pragmáticos y ágiles. Se cita como ejemplo el caso de Tokio, donde la política se resume en un elocuente "construye donde quieras", o el de Bélgica, que sí facilita la segregación de inmuebles para adaptarlos a la demanda. Estas experiencias internacionales sugieren que una mayor flexibilidad podría ser la clave para desatascar el anquilosado mercado español.
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