Macroeconomía

La Airef acusa al Gobierno de no hacer nada para rebajar la deuda

Considera improbable que el Gobierno cumpla con la senda de deuda prevista para 2019 y la ve “en el límite de lo factible” para el 1,7% de déficit previsto en 2020

José Luis Escrivá, presidente de la Airef
José Luis Escrivá, presidente de la Aireflarazon

Considera improbable que el Gobierno cumpla con la senda de deuda prevista para 2019 y la ve “en el límite de lo factible” para el 1,7% de déficit previsto en 2020

Las cuentas de Sánchez no complacen a Europa ni a la Autoridad Fiscal. El Plan Presupuestario enviado por el Gobierno en funciones el pasado 15 de octubre a la Unión Europea rebajaba las previsiones de crecimiento pero mantenía su pronóstico de reducción de déficit en el 2%. No obstante, “el esfuerzo fiscal apenas nulo” ha llevado a la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal a revisar en sentido negativo las estimaciones de déficit hasta situarlo en el 2,1% del PIB. Este alza del 0,1% supone un desajuste de 1.202 millones de euros.

En su valoración sobre las líneas fundamentales del Plan Presupuestario la Airef considera improbable la senda de deuda prevista para 2019 y “en el límite de lo factible” para el 1,7% de déficit previsto en 2020. Por ello, las cuentas del Gobierno en funciones prevén un incumplimiento del ajuste estructural del 0,65% exigido para 2019 y 2020 por las autoridades europeas para corregir el déficit, así como del límite de gasto que se debería situar en el 0,6% en 2019 y 0,9% en 2020 y que el Plan de Sánchez se sitúa en el 3,8%. Ante estos pobres resultados, la Autoridad fiscal lamenta que tras cinco años de fuerte crecimiento económico y tipos de interés históricamente bajos, la ratio de deuda prácticamente no ha disminuido.

“Hay que liquidar el stock de deuda, legado de la crisis”, advierten fuentes del organismo. Esta herencia reside en las Administraciones Públicas. La Autoridad Fiscal señala el empeoramiento de su déficit como la principal causa de este incumplimiento. Con la celebración interminable de la “fiesta de la democracia”, estos organismo han disparado su gasto electoral y también se han elevado las transferencia de financiación de las comunidades autónomas, con un impacto final de 700 millones de euros.En este escenario inercial en el que no se pueden poner en marcha medidas de tipo fiscal, en 2019 sólo la Administración Central cumplirá la regla de gasto, aunque si se eliminan los gastos no recurrentes ninguna de las administraciones públicas obtendría un aprobado.

El optimista objetivo de elevar la previsión del PIB al 2,3% planteada por el Gobierno este mismo verano también han quedado atrás. El anteproyecto de presupuestos recoge una rebaja de una décima en las previsiones de crecimiento del PIB para este año (del 2,2% al 2,1%) y también para el que viene (del 1,9% al 1,8%). Una cifra que más razonable para la Airef, que considera dentro de los límites de lo factible. Este escenario macroeconómico queda avalado teniendo en cuenta revisión estadística las Cuentas Nacionales llevada a cabo por el INE, así como la información coyuntural. Sin embargo, sin medidas y sin un viso de Gobierno, este escenario sigue siendo solo una conjetura.

El Gobierno en funciones ha infravalorado los gastos. Según el Plan de Presupuestos estos suponen un 41,3% del PIB en 2019, cifra que la Airef eleva hasta el 41,6%. En 2020, esta discrepancia se reduce a una décima entre el 41,3% de Sánchez y el 41,4% de la Autoridad Fiscal. En sus estimaciones al alza la Airef tiene en cuenta la revalorización de las pensiones con el IPC, una subida del salario de los empleados públicos según el acuerdo con los sindicatos y la puesta en marcha de alguna de las recomendaciones derivadas del «Spending Review» realizado por el propio organismo fiscal.

También hay discrepancias en cuanto a los ingresos. Para el cierre de este año la Airef sitúa el nivel de ingresos en un 39,5% del PIB y en un 39,7% para 2020 teniendo en cuenta e nuevo escenario macroeconómico, que supone una desaceleración respecto al informe de la Actualización del Programa de Estabilidad 2019-2022 y rebaja algo más de una décima del PIB a la estimación de ingresos realizada en ese momento. Las diferencias entre ese documento y el Plan Presupuestario se observan, principalmente, en una mayor previsión recaudatoria de los impuestos sobre la renta y patrimonio que se ve compensada por una estimación a la baja en impuestos de la producción y de las importaciones.

El consumo privado seguirá siendo el principal motor de la economía, así como la evolución de la renta bruta. Por su lado, las exportaciones se mantendrán en línea tanto en 2018 y 2019 por debajo del patrón de recuperación de años anteriores afectadas por el empeoramiento de las perspectivas de crecimiento de sus principales socios comerciales. El Brexit, la guerra comercial y el frenazo alemán pueden pesar en las exportaciones, reduciendo así el crecimiento económico. La destrucción de empleo, consolidada por los datos de afiliación a la Seguridad Social, se suma a los factores que dibujan un escenario económico que permanecerá sumido en la sombra del desgobierno.