Trabajo

La cualificación, un derecho del empleado y un deber de la empresa

La cualificación, un derecho del empleado y un deber de la empresa
La cualificación, un derecho del empleado y un deber de la empresalarazon

La formación de los trabajadores es el mayor valor con el que cuentan las empresas, ya que mejora su competitividad. Los expertos aseguran que tener un personal con capacidad para desarrollar el trabajo y con talento es sin duda una de las tareas más prioritarias de las direcciones. Por esta razón es imprescindible que la formación continua se encuentre integrada dentro de la propia estrategia de la compañía y que cuente con el apoyo y compromiso de todos los trabajadores.

El número de compañías que están por esta labor es cada vez mayor. Según el II Barómetro DCH sobre la Gestión de Talento en España publicado por DCH y EAE Business School, el 63,82% de las empresas ha impartido formación a más del 75% de los empleados en el último año. Este dato se ha incrementado en un 22,23% respecto a 2016, por lo que se puede estimar una mejora importante en la dedicación a la formación de los empleados en las empresas. «Es un elemento esencial dentro de la gestión del talento. La formación está presente de manera transversal en toda la historia profesional de los empleados. Se tiene en cuenta en el momento de la selección, a la hora de planificar carreras profesionales y debe estar también presente en los momentos posteriores a la desvinculación. Sin duda las empresas son cada vez más conscientes de su importancia y también los propios empleados, al tiempo que está cambiando la forma de entenderla. Se está pasando de una más estática y tradicional y promovida por la compañía a una más dinámica, cada vez con métodos pedagógicos más innovadores», subraya Teresa Cervera, directora de Recursos Humanos Adjunta de Douglas Spain.

Transformación digital

La revolución digital está transformando los modelos de negocio en todos los sectores y cada vez más empresas entienden la urgente necesidad de adaptarse a este nuevo entorno si no quieren desaparecer. «Sin duda la transformación digital es la asignatura pendiente en cuanto a formación. Debe impactar en todas las áreas de la empresa y con independencia de la edad del trabajador. Este tipo de formación es algo más que tener un conocimiento o un manejo adecuado del mundo digital, tiene que ver con aspectos vinculados a la estrategia en entornos cambiantes en los que las funciones tradicionales se transforman radicalmente gracias al uso de la inteligencia artificial», señala Cervera. Sin embargo un 85,14% de las empresas no dispone de un programa de recolocación o adaptación a la transformación digital del talento más senior.

Modelos de negocio

El director de Programas Formativos del EOI, Ramón Gurriarán, pone al sector del taxi de ejemplo de cómo la transformación digital puede afectar sobremanera a un negocio «La digitalización ha entrado como un tsunami en la vida de las empresas y hace unos años no nos podíamos imaginar que la llamada economía colaborativa, el poder acceder a los servicios de manera virtual perjudicaría tanto a los modelos tradicionales de negocio. Igual que el sector del taxi se ha visto afectado por la digitalización de los servicios con la entrada en escena de empresas como Uber o Cabify, lo mismo le ocurrió años atrás a la multinacional dedicada al equipamiento fotográfico Kodak con la irrupción de las cámaras digitales o a Nokia con la entrada de los smarthphones». Por tanto si las empresas no dan formación a sus empleados en competencias digitales, «corren el riesgo de quedarse fuera del mercado, porque o se adaptan pronto o lo hará la competencia», advierte este experto.

La formación no sólo es un factor de motivación sino que también ofrece la oportunidad de desarrollar una carrera profesional más exitosa. «En el mercado laboral actual en el que están cambiando rápidamente los perfiles que las empresas necesitamos, tener la formación adecuada permite contar con la capacitación profesional que se requiere y por tanto tener más posibilidades de ser contratado. No podemos entender la formación como algo externo que reciben los trabajadores, es el propio empleado el que debe estar comprometido con su formación», explica Cervera. La formación tradicional también está cambiando. Se está dando paso a una más basada en el desarrollo de las habilidades en el propio puesto de trabajo.