Macroeconomía

Las amenazas a las que se enfrentará el elegido

El presidente Mariano Rajoy habla con Luis De Guindos, a quien tiene que buscarle sucesor
El presidente Mariano Rajoy habla con Luis De Guindos, a quien tiene que buscarle sucesorlarazon

El crecimiento de España, que ha sido superior al 3% en los últimos tres años, puede estar en riesgo. La crisis política en Cataluña, el Brexit o la retirada de estímulos a los bancos generan incertidumbre.

Después de tres años creciendo por encima del 3%, el Fondo Monetario Internacional ha rebajado la previsión del PIB español para 2018 en una décima, hasta 2,4%, tras revisar la actualidad económica el pasado enero. Y es que el nuevo ministro, como bien le avisan las nuevas estimaciones de la institución presidida por Christine Lagarde, tiene que estar atento a ciertas amenazas que proceden desde diferentes ámbitos y se ciernen sobre las cuentas de nuestro país.

La incertidumbre política en Cataluña, que ha sido el gran lastre de la economía española durante 2017, lo seguirá siendo en 2018 después de que la celebración de nuevas elecciones no lograse resolver la crisis. Los inversores siguen dudando de la seguridad jurídica que encuentran en nuestro país y, especialmente, en Cataluña, comunidad que acumula casi una quinta parte del total del PIB. La labor del nuevo ministro será recuperar la confianza de los inversores y que las empresas y el sistema financiero se vean lo menos afectado posible por un conflicto que parece alargarse más de lo que esperaba. «El referéndum catalán ha reducido el PIB de la comunidad y ha afectado al PIB español, empeorando la imagen del país en el exterior, pero todavía es pronto para valorar su alcance e implicaciones», cuenta Isabel Giménez Zuriaga, directora general de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros (FEBF).

Brexit

La catalana no es la única cuestión política que debe inquietar al sucesor de De Guindos. La salida del Reino Unido de la Unión Europea, aunque ya esté prácticamente pactada y el acuerdo no ha levantado tantas ampollas como se creía, todavía genera dudas por los efectos que puede tener la decisión y cómo se va a llevar a cabo el proceso de desconexión. «El Brexit es todavía una incógnita, aparece un nuevo partido para integración, empiezan a ver los verdaderos costes en los que incurren, etc. A lo mejor vemos, pronto, un ‘estado asociado’ menos europeo de nombre y más de hecho», dice Juan Abellán, director del Máster online de Banca y Finanzas del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB).

El nuevo ministro deberá aliviar lo máximo posible las consecuencias del Brexit, que ya se han notado en nuestros negocios con Reino Unido y entre los numerosos ciudadanos británicos que piensan en España como país de residencia. Giménez matiza que «ha supuesto una reducción de las exportaciones e importaciones españolas a Reino Unido, pero hay otros destinos europeos como Francia, Alemania e Italia que continúan con estabilidad. Sin embargo, el turismo con Reino Unido continua mostrando síntomas de fortaleza y analizando datos en concreto, por ejemplo la venta de inmuebles de la Comunidad Valenciana a ciudadanos británicos se ha duplicado en cinco años (de 2.000 a 5.000), a pesar de la devaluación de la libra en un 20%. Ahora bien, esta reducción de la capacidad adquisitiva se nota porque el precio medio de las viviendas compradas por británicos en Alicante en 2017 fue de 133.609€ frente a los 229.093€ de los holandeses, los 177.240€ de los belgas o los 192.040€ de los noruegos».

No obstante, Abellán también añade que España puede aprovecharse de la salida del Reino Unido de la UE a nivel económico, sobre todo en lo que a presencia continental se refiere: «El problema es más inglés que europeo, no significa esto que no perdamos todos, pero para España puede significar más peso en Europa, más eurodiputados y nuevos puestos que deberían seguir dando el peso que, como uno de los grandes, España debería tener en el conjunto de Europa».

Decisiones del BCE

Paradójicamente, el sustituto del nuevo vicepresidente del Banco Central Europeo tendrá que estar atento a las decisiones de esta insitución. La institución encargada de la política monetaria en el continente tiene tres líneas de acción marcadas que afectarán a nuestra economía: la reducción de compra de deuda pública, la retirada de estímulos a los bancos y la subida de los tipos de interés, que se encuentran por debajo del 1% desde verano de 2012. Todas estas medidas estaban enfocadas a incentivar el crecimiento y, una vez recuperado el ritmo, toca normalizar otra vez el panorama. Cuando esto sea efectivo, de verdad se verá realmente si la economía española está preparada para seguir por su propio pie. «La posible subida de tipos es importante que se armonice con el ciclo económico para evitar que suceda como en el año 2011, que al ser brusca supuso una segunda recesión económica europea. En España ahora es un momento complejo, con la economía creciendo pero convaleciente por la crisis y con un IPC que crece con demasiada lentitud. Es importante la cautela que transmite Guindos, al asegurar que las futuras retiradas de estímulos monetarios se acompasarán con la recuperación de la Unión Monetaria. Guindos puede servir de contrapeso en el BCE frente a las tendencias alemanas, mas partidarias de la retirada de estímulos monetarios», sostiene Isabel Giménez.

La subida de tipos amenaza con encarecer la deuda española, pues lógicamente tendríamos que pagar más intereses por ella. Por otro lado, favorece a las naciones más productoras y mejor financiadas, como Alemania. Que el BCE cuente ahora con De Guindos en la Vicepresidencia y Mario Draghi, italiano, en la Presidencia, será positivo para los países más endeudados, como de los que son originarios.

Seguro que tanto De Guindos como Draghi tendrán cuidado con los efectos de la subida de tipos y la retirada de estímulos sobre el sistema bancario de sus estados, ya que pueden ser bastante dispares. Abellán mantiene que «los bancos tienen su cara y cruz; cara en las subidas de tipos que les reportarán un incremento sustancial de márgenes, a lo que le queda más de un año (así que de momento hay que seguir reduciendo costes y digitalizándose) y, por otro lado, la cruz, que es el volumen de activos que los bancos tienen en sus balances y cómo puede afectarles».